Producido por la canadiense Jade Raymond -quien ha trabajado de igual manera en otra icónica franquicia como Assassin’s Creed-, Splinter Cell: Blacklist marca el regreso de uno de los agentes de operaciones especiales más famosos y letales de los videojuegos. Sam Fisher regresa este año quizá con su misión más ambiciosa, en una aventura que se plantea como llena de intrigas, acción, momentos épicos y mucho, mucho sigilo.
Splinter Cell: Blacklist
Distribuido por Ubisoft, pareciera que fue ayer cuando se lanzó el primer título de la saga (2002) llamado simplemente Splinter Cell, un juego que inmediatamente recibió el visto bueno del público y múltiple ganador de premios como el Game Critics Awards, Game Developers Choice Awards, Interactive Achievement Awards y el Juego del Año para Xbox; el éxito fue tan rotundo que incluso se comenzaron a escribir una serie de novelas por David Michaels.
Ahora, once años más tarde, Splinter Cell sigue sorprendiendo a la industria, y no por sus detalladas gráficas o un sonido envolvente, sino por su elaborada jugabilidad y ese apego por los guiones dignos de cualquier superproducción de la pantalla grande. Una apuesta positiva que reúne aspectos de Conviction y los mezcla de excelente forma con el clásico estilo de esta saga: la importancia de pasar desapercibido.
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Eso es, jugadores, fanáticos y no tan fanáticos, seguidores de la acción y el sigilo, acomoden sus asientos, busquen tiempo libre, preparen palomitas y calibren sus televisiones para un negro perfecto y un contraste de blancos impactantes, pues Sam tiene trabajo por hacer: capturar o destruir a los terroristas que una vez más amenazan al mundo, esta vez bajo cualquier medio posible.
Regresa el sigilo
Luego de una introducción llena de explosiones y un “aterrizaje forzoso”, la historia nos presenta un nuevo grupo criminal llamado la Lista Negra y conformado por doce líderes terroristas, Los Ingenieros, quienes luego de mostrar un video aseguran que cada cierto tiempo habrá un ataque contra los Estados Unidos a no ser que dicho país retire los agentes que tiene esparcidos por el mundo.
El argumento de Splinter Cell: Blacklist nos plantea de entrada una serie de muertes inocentes y el inminente peligro que corren los elementos de las diferentes agencias de seguridad en territorios extranjeros. Es entonces cuando una cuenta regresiva es activada ante los ojos del nuevo Cuarto Echelon, ahora liderado por Sam Fisher, con quien tendrás la tarea de viajar por el mundo en el centro de comando El Paladín, una gigantesca aeronave que hace ver el Air Force One como un juguete de niños.
Dentro de este nuevo centro de control podemos hacer diversas tareas: elegir nuestro próximo destino, participar en partidas multijugador, visitar la enfermería, llamar por teléfono a Sarah (la hija del protagonista) para estar contacto con nuestro lado paternal y hablar con la tripulación para desbloquear nuevas misiones para los diferentes modos, normalmente con la opción de entrar en cooperativo (ya sea online u offline) o en solitario; hay que destacar que los mapas tienen nuevos caminos si uno llega acompañado, logrando así una experiencia diferente a cuando a avanzas solo.
Ahora, si hay algo que inmediatamente separa a Splinter Cell: Blacklist de los demás títulos de la saga es (para los seguidores) el abandono del actor Michael Ironside en su rol de prestarla la voz a Sam Fisher; lejos quedó el tono un tanto sarcástico y serio que representaba al famoso agente, para ahora tomar su lugar en el doblaje Eric Johnson.
¿La razón? Al parecer la actuación en general, tanto tono de voz como captura de movimientos. ¿El resultado? Ahora tenemos un soldado bastante ágil (aunque siempre lo fue) y con una actitud diferente: más enérgico, agresivo, directo, de carácter dominante e incluso un tanto malhumorado. Bueno, no puedo dejar de pensar en el Batman de Christopher Nolan, para que me entiendan, y a todo ello se le suma el “lavado de cara”, pues este nuevo líder del Cuarto Echelon luce más joven, aunque claro, sin perder su look de eternas canas.
Ghost, Phanter o Assault
Sin embargo, que sea más joven, casi con otra actitud y un gameplay con muchas opciones para acción trepidante no significa que los hardcore gamers se sientan olvidados por Ubisoft, pues al contrario, ahora tenemos una serie de herramientas que harán que podamos actuar como un Ghost (sigilo no letal), Panther (sigilo letal), o Assault (a la me vale madre con todo el armamento)… O, si son como yo, una mezcla de todos los estilos para una experiencia más completa desde la primera pasada.
Además, en Splinter Cell: Blacklist puedes comprar diferentes y variados elementos para Sam Fisher, desde piezas del traje para el sigilo, google de mayor rango, protección para disparos a quema ropa, hasta gadgets y una extensa variedad de armas. Los créditos para comprar estas mejoras se te otorgan dependiendo de tus acciones en el juego, con lo que podrás adquirir habilidades para actuar más a la Rambo, o accesorios para ser un mortífero y frío asesino desde las sombras. Ser un maestro en cada estilo de juego obviamente también tiene el incentivo de perfeccionarlo y sacar una serie de logros al respecto.
Hablando de sombras y luz, el contraste de la jugabilidad en este aspecto es muy vasta; gracias a escenarios abiertos las opciones para progresar son amplias. Normalmente veremos callejones y túneles de algún tipo, lugares para esconderse, trepar o correr para deslizarse contra algún objeto; encontrarás que las opciones para terminar una misión son muchas, desde la aniquilación tipo Splinter Cell: Conviction (varios objetivos a la vez) hasta el buen estilo clásico de la saga, permanecer en la sombra colgado de una tubería para ahorcar al enemigo.A esto se le agrega que Fisher, como ya he mencionado, es más ágil, haciendo que los ataques cuerpo a cuerpo sean más letales y silenciosos. También tenemos la opción de capturar ciertos objetivos o asesinarlos para olvidar la paga extra.
La variedad de escenarios y objetivos también sorprenderá, ya que tendrás que infiltrarte en la mansión de un gran capo, pasar desapercibido por un olvidado búnker del gobierno o inmiscuirte en las entrañas de complejos industriales. Claro que un título de este tipo, con diferentes escenarios y estilos de juego merece una inteligencia artificial equiparable a la habilidad del jugador para resolver cada situación, y Splinter Cell: Blacklist nos la ofrece.
El comportamiento enemigo será entonces muy variable dependiendo de lo que tu hagas, atraer al objetivo para ponerlo fuera de combate, crear desconcierto o entrar y matar; pareciera de hecho que las patrullas enemigas se van adaptando un poco a tu estilo de juego dominante y en niveles y dificultades avanzadas reaccionan mejor ante lo que les lances.
Previo a la misión podrás elegir tu configuración de traje y armamento, pero hay que tomar en cuenta que muchísimas ocasiones la mejor arma es tu habilidad con el control y las manos mortíferas del agente Fisher. Hay que mencionar que durante la campaña hay varios momentos donde la modalidad de Sam es predefinida: si tu moldeaste tu personaje para el sigilo, habrán instantes donde la narrativa te forzará (casi) a jugar a lo salvaje y enfrentar enemigos cuerpo a cuerpo, o viceversa, entregándote emoción y euforia, pero también un poco de dificultad elevada al poner tu agente en situaciones para las que no estaba preparado.
Espías vs Mercenarios, multiplayer para rato
Cada misión de cualquier tipo, -ya sea horda (sí, horda), alternas, cooperativa o de la historia-, nos dará, además de un puntaje por nuestro desempeño, una paga o créditos, con los que podremos comprar todos los aditamentos que necesitemos y no sólo para el personaje, también para el revivido modo Espías vs Mercenarios e incluso una serie de upgrades para El Paladín, nuestra fortaleza voladora.
Más allá de terminar la campaña, los modos en línea y cooperativos le darán una larga vida a Splinter Cell: Blacklist. Además de lo interesante de hacer equipo con alguien para pasar uno de los más diez mapas disponibles en modo cooperativo, el centro del multijugador será Espías vs Mercenarios.
La jugabilidad de este modo (para hasta cuatro jugadores) está hecha para competir y pasar literalmente horas mejorando, adaptando nuestro estilo y conociendo el entorno: nada se compara con rafaguear a un espía segundos antes de que te cortara la yugular, o por el contrario, sorprender al mercenario fuertemente armado después de haber logrado deslizarte a sus espaldas.
La configuración de controles y presentación cambia para este modo. Siendo espía, el título te presenta el esquema básico que conociste en la campaña más algunos giros menores; pero en el papel de mercenario tu pantalla cambia a vista de primera persona que te permite, si eres hábil en estos juegos, mayor precisión para liquidar a tus oponentes, aunque del mismo modo un rango de visión periférica más limitado si no estás atento en todo momento. Ubisoft dio en el clavo con el multijugador y es un seguro de vida para que Splinter Cell: Blacklist se mantenga en el gusto del público varios meses.
Si bien la saga ha caracterizado por su gameplay y su estilo narrativo, eso no quiere decir que Ubisoft no haga hincapié en la cuestión técnica. El diseño de sonido es muy bueno, con una banda sonora de 21 pistas compuesta por Mike Zarin y Kaveh Cohen que se dispara cuando llegan los momentos de tensión ya sean predefinidos o creados por ti, golpes electrónicos de ritmos fuertes y alguna distorsión que realzan el momento y hacen que sientas realmente la urgencia de correr, saltar, atacar o entrar en sigilo antes que el enemigo termine contigo.
En el aspecto gráfico, algunas texturas quizá se vean un poco “antiguas” para esta generación y los modelos de los personajes algo feos, pero en general y sumado a los escenarios abiertos, el nivel de detalle es muy bueno, incluso podría decir que es uno de esos juegos que necesitan de una gran pantalla (arriba de las 32 pulgadas) para ser disfrutado como se debe; y no me refiero a que “las letras de texto son muy pequeñas, o que los enemigos casi no se ven”, sino a un alto cuidado la paleta de colores y en la construcción de escenarios, sobre todo en los urbanos, donde caminaremos entre botes de basura, latas, botellas, periódicos y papeles, basura y una multitud de elementos que si no tenemos cuidado, nos delatarán al pisar sobre ellos.
Si me preguntan ¿Splinter Cell: Blacklist es tan bueno? Ok, les seré sincero, yo siendo fan del primero y del Chaos Theory a los demás no les había prestado tanta atención por cambio del gameplay, sin embargo Blacklist me ha hecho voltear de nuevo hacia Sam Fisher y siento que debo pasar horas y horas repasando misiones solo o en cooperativo simplemente por el gusto intentar con otro estilo de juego o probar un nuevo camino. Si, así es de bueno, y eso sin contar el modo Espías vs Mercenarios. ¿Qué están esperando para salir a conseguirlo? Está disponible para PlayStation 3, Xbox 360, Wii U y PC