Desde que vi el tráiler me llamó poderosamente la atención Poderes Ocultos. Una cinta que juega y experimenta con la verdad detrás de los poderes síquicos, sumada con su atractivo elenco y el nombre del director Rodrigo Cortés en la marquesina eran un claro presagio de lo mejor. La cinta, sin embargo, ha pasado sin tanto interés para el público en México, por lo que te dejo mi crítica para que decidas si te animas a verla o pasas para mejor oportunidad.
Poderes Ocultos
La fe y la creencia de un poder más allá de lo normal han perseguido el subconsciente humano desde tiempos inmemorables en forma de profetas divinos, de mesías religiosos y, más recientemente, en la figura de síquicos que maravillan al mundo con proezas casi divinas: doblar metal con la mente, levitar, conocer el pasado de una persona con sólo verla y hasta sanaciones que rebasan la lógica médica.
¿Chantaje o milagros que desafían a la ciencia conocida? Esa es la premisa de Poderes Ocultos (Red Lights), el más reciente filme del español Rodrigo Cortés, premisa que asociada al nombre del cineasta, los actores estelares –Cillian Murphy, Robert De Niro y Sigourney Weaver, que realizan un estupendo papel- y un atractivo tráiler, nos auguraba un filme donde el centro del argumento gira en torno a descubrir la falsedad o la veracidad de estos increíbles poderes.
[youtube id=1XjnLo_j1CE]
Margaret Matheson y Tom Buckely (Sigourney Weaver y Cillian Murphy) forman un equipo de físicos dedicados a la investigación de lo paranormal y los fenómenos síquicos, y como podemos anticipar, enfocados principalmente en explicar y desenmascarar este tipo de sucesos. Los primeros minutos de Poderes Ocultos nos ponen inmediatamente en el terreno que vamos a pisar, la eterna lucha entre la ciencia contra la fe.
Si bien todos los casos que vamos presenciando tienen una explicación lógica, las cosas cambian cuando reaparece en escena un síquico de inmensa fama mundial, Simon Silver (Robert De Niro). Un hombre que desafió incluso anteriores exámenes y controles por prestigiosas universidades.
Los primeros minutos de Poderes Ocultos son alentadores y condicionan al espectador a ponerse de un lado o del otro -según las creencias personales-, algo que me pareció excepcional, pues te obliga a ser parte de la trama, a no quedarte impasible y tomar partido en la historia, sensación que se incremente cuando, como es obvio, Matheson y Buckley ven confrontados sus métodos por el regreso público de Simon Silver, un hombre al que parece que no deben acercarse ni intentar comprobarle nada, y que viene acompañado de un cúmulo de situaciones extra normales que pondrán en jaque la carrera y la vida de ambos investigadores.
Dentro de los ingredientes para un buen largometraje de suspenso, Poderes Ocultos tiene prácticamente todos: un buen director a cargo del proyecto, actores a la altura y una historia que de entrada intriga al espectador. La receta, sin embargo, es otro boleto, donde si los ingredientes no son mezclados de buena forma con una narrativa acorde, de poco o nada servirán.
Suspenso sin suspenso
Ese es el problema en la nueva cinta de Rodrigo Cortés. El trepidante ritmo que nos presumió en Enterrado no aparece por ningún lado en este filme y a cambio tenemos una narrativa lenta, que aglutina todo el hilo argumental en una especie de nudo telenovelesco que pareciera no querer avanzar hacia ningún lado porque el director así lo dispuso.
Tampoco hay subtramas que disfracen este cansado caminar del arco central, si bien hay un par de elementos que conforman a los bien elaborados personajes, sólo uno de ellos toma parte importante de la historia. Se puede decir que Poderes Ocultos es una película de suspenso que corre en una línea recta casi sin desviaciones, algo no necesariamente malo para el género, pero que se nota de sobremanera con el ritmo semi lento con el que progresa todo: con ver el tráiler que incluyo en la crítica y checar los últimos diez minutos de esta producción uno puede entender lo que pasó sin dejar cabos sueltos.
La ambientación es estupenda, la investigación del fenómeno, los puntos a favor y en contra son un gran plus, pero me parece que Cortés pasó más tiempo trabajando en estos aspectos (dos años, de hecho), tratando de acercar al espectador a la realidad detrás de los fenómenos síquicos y no tanto en construir una historia efectiva para acompañar.
Continúas viendo la película porque uno se engancha con esos primeros, por el morbo común de conocer qué lado triunfa: el de la ciencia o el de las proezas milagrosas… afortunadamente, Poderes Ocultos cierra de manera fuerte e intrépida, con un final de esos que todos apreciamos: los del imprevisible giro de tuerca. Si te agradan los desenlaces tipo Sexto Sentido sabrás a lo que me refiero. El fcierrel te deja esa agradable sensación de querer mirar por segunda ocasión la película, ahora conociendo el engrane que se mueve hacia el otro lado.
Como suele suceder en el cine, y más en el de suspenso, la conclusión de Poderes Ocultos tiene la fuerza suficiente para sacar a flote el resto de la película. No es perfecta y de hecho a varios les parecerá más una desviación abrupta que un giro en la trama, pero no por ello deja de ser disfrutable.
Como mencioné antes, la cinta tiene todos los ingredientes del éxito servidos en la mesa, desgraciadamente el proceso donde uno se engancha con los primeros minutos hasta que se conoce el desenlace es lento y por momentos aburrido. No es que sea un desastre, pero si buscas cine de suspenso con una historia que no se detenga ante nada, evita a estos investigadores paranormales. Si por el contrario, no te molesta una trama más relajada y eres lo suficientemente paciente en la sala de cine para sorprenderte con el final, dale la oportunidad a Poderes Ocultos.