¿Un simulador de oficinista en la aduana migratoria de un nuevo país? Sí, es el rol que tomas en Papers, Please, un juego independiente disponible vía Steam para PC, Linux y Mac que nos pone detrás de un escritorio para decidir quién entra y no puede entrar al país, todo con un look retro al estilo de 8 y 16 bits. ¿No suena muy interesante?
Papers, Please
Los gráficos son una de las principales características hoy en día para calificar a un juego, entre otros factores más como jugabilidad, diseño, música, modo multijugador, etcétera. Pero lo visual es generalmente lo que más llama de entrada para probar un título, sobre todo ahora con las consolas de nueva generación. No tengo ninguna duda de que amo sobremanera los sistemas con los que cuento y pocas veces volteo a mi computadora a pesar de haber sido mi principal proveedor de diversión durante muchos años, es por eso que cuando quiero jugar un título en mi Mac, quiero jugarlo en realidad. ¿Y qué debe de tener éste para querer prender la computadora y jugarlo? Originalidad. Eso busco y soy muy meticuloso.
Leí y escuché demasiadas veces acerca de la grandeza de Papers, please. No me imaginé en ningún momento que me pondría frente a una simulación de la vida de un Godínez, y aparte, en 8 bits. Levantarse cada día temprano, ir a trabajar para recibir un sueldo con el que apenas alcance para subsistir, no suena nada tentador. ¿Qué podría darle emoción a una vida rutinaria de un trabajador del estado, que está condenado a pasar la mayor parte de su día revisando documentos migratorios? Podría ser el compromiso que tiene con su país, con su familia. Podría ser nada de eso, o tal vez la motivación de ir a la cárcel para olvidar toda responsabilidad. No se me ocurría nada, hasta que jugué Papers, Please.
Papers, Please, del estudio 3909, es una simulación donde un país comunista, Arstotzka, consigue su independencia y ahora como una nueva nación pretende prosperar con el día a día. Un afortunado (¿?) resultado de lotería nos hace acreedores a un trabajo donde seremos un agente fronterizo encargado de permitir o negar el paso a inmigrantes que deseen entrar al país. Además de eso, se nos permite vivir en un departamento donde podremos tener a nuestra esposa, hijo, suegra y tío, el cual tiene un costo diario de renta y calefacción. Igualmente debemos gastar en alimentación y medicinas cuando alguno de ellos se enferme, lo cual sucede al prescindir de comida y calefacción, pagos no siempre obligatorios y más bien depende de si queremos o no contraerlos de acuerdo al sueldo que percibimos.
Aclaro, no estamos ante una especie de The Sims o Tamagotchi, pues a pesar de ser parte medular de la historia, no estaremos nunca frente a un plato de comida, recibo de pago, jeringa o cobrador. Simplemente como cabeza de familia, aportaremos el dinero y deberemos de tener cuidado de ahorrar, pues en algún momento necesitaremos dinero si no queremos terminar tras las rejas. De hecho, no veremos a nuestros familiares, porque como les comento, son importantes pero no influyen en nuestro trabajo, sólo en nuestras decisiones.
La vida de un Godínez comunista
Papers, Please tiene un total de 20 finales diferentes en modo historia, y cada uno es igual de interesante que cualquiera de los otros. Estos tienen diversas maneras de darse, así como periodo de tiempo en obtenerse: algunos llegan el primer día, otros hasta varias semanas después, todo depende de nuestras decisiones, las cuales son la mejor parte del juego, pues parecen demasiado insignificantes y al final resultan ser determinantes. Lo único que no es opción en el juego es el trabajo que tenemos, aunque siempre cabe la oportunidad de hacerlo bien o mal, dependiendo de las circunstancias y personas que van pasando por la aduana.
Cada cabeza es un mundo y nunca sabremos por qué extraña razón, algunos reaccionan de mala manera ante los protocolos que debemos seguir. Estos pasos pueden ser o no violados y permitir el acceso a personas que no estarían permitidas entrar. Aquí es donde encontré una de las cosas que no aprecié tanto al comienzo: si decidimos dar acceso a algún criminal altamente buscado, la represalia será de acuerdo a la cantidad de incidencias que llevamos en el día, es decir, que si nuestro primer error en la jornada laboral fue permitir que un terrorista entre a Arstotzka, solamente tendremos una llamada de atención. Ilógico ciertamente, pero esas son las reglas de Papers, Please. Éstas mismas nos reducen el sueldo cada vez que sigamos incurriendo en faltas al protocolo o a las órdenes que nuestros superiores nos den. Y recuerden: menos sueldo, menos chance de cumplir con las necesidades de nuestra familia; por consiguiente habría castigos en caso de muerte de algún consanguíneo.
Nos queda claro entonces la parte social de Papers, Please: ser responsables con nuestros deberes para mantener viva a nuestra familia. Pero el lugar donde más tiempo pasamos es dentro de la caseta en la frontera. Muy pequeña por cierto. Aquí es donde sucede la magia, la magia del juego pues.
Papers, Please divide la pantalla en tres partes. La zona superior expone la vista aérea de la caseta y donde se ve la fila de gente esperando su turno, el patio que sirve para separar esa área con la verdadera puerta de entrada y los policías que cuidan cualquier incidente. La segunda parte es donde se paran los inmigrantes y nos entregan sus papeles, hay un medidor de altura (sí se usa) y un mini escritorio para poner cualquier objeto que no sea prioritario tener a la vista; ahí mismo se guarda el importantísimo libro de reglas, los boletines con información útil y la transcripción donde se registra absolutamente todo lo que las personas nos dicen, lo cual sirve mucho en cierta parte de la historia, o cuando no pusimos atención a los diálogos.
La tercera y última parte es donde el verdadero juego se lleva a cabo: el escritorio. Aquí pondremos todos los documentos que debamos revisar detenidamente, compararemos con el libro de reglas y otros papeles más que irán saliendo conforme avancemos, ya sean permisos de ingreso, huellas digitales, descripciones físicas, permisos de trabajo, etc. Escondido está ahí mismo el sello de “Denegado” o “Aprobado”, que no será definitivo hasta que no se entregue a la persona.
En este mismo escritorio es donde está el botón que sirve para activar el modo de revisión, que se debe presionar en el momento que encontremos alguna discrepancia (como lo llaman en el juego) y así electrónicamente se compruebe que efectivamente hay algo raro; únicamente de esta manera se pueden desatar acciones más agresivas que rechazar la entrada. ¿Agresivas? Sí, un ejemplo es la detención del sujeto. Ya no diré más.
El proceso en Papers, Please es súper sencillo, y esto lo hace más atractivo por la forma gradual en que pasa de ser fácil a un poco estresante. Haremos pasar al siguiente usuarios hasta la cabina, “papers, please” y estos caerán en nuestro mini escritorio. Pasaremos a revisar que no sea falso el pasaporte, no esté vencido, la foto sea parecida al individuo, el género sea correcto, el distrito exista en el país de donde proceda la persona, y lo que nos dijo concuerde con la información que viene en los permisos. No les arruinaré la sorpresa de todos los papeles que estaremos revisando, pues aparecerán paulatinamente y estarán relacionados con la historia.
Tendremos la posibilidad de hacerlo a nuestro propio ritmo, sin olvidar que entre más revisiones hagamos, más nos pagarán al final del día. Habrá que tener cuidado de dejar pasar a quien tenga todo en orden y de prohibirle la estadía a aquellos que no cumplan. Una vez que la jornada laboral acaba, es hora de pasar a la contabilidad de lo ganado en el día y decidiremos en qué gastarlo de acuerdo también a los indicadores de cada miembro de la familia: enfermedad y hambre. También habrá avisos, aclaraciones y amenazas que nosotros sabremos si hacemos o no caso. Vuelvo a lo mismo: todo importa. Ya que decidimos en qué usar las ganancias, será hora de dormir hasta al día siguiente, para regresar a la rutina.
A mí me pareció aburrido cuando vi el tráiler de Paper’s Please, y cuando leí la presentación aumentó esa percepción. Como mencioné, me preguntaba qué podría ser tan bueno para romper la monotonía. Tres horas después de jugarlo encontré algunas causas: sobornos, explosiones, bombas en el escritorio, balazos. Sí, leyeron bien, balazos. Y aunque acostumbrado a disparar a mil soldados, ver escombros y destrucción en juegos de FPS, con la simplicidad de Papers, Please, me emocioné mucho cuando todo esto pasó. Me acostumbraron a ver solo datos y papeles, que cuando fue momento de usar la violencia, mi adrenalina se elevó poquito, sólo poquito, pero la dosis fue suficiente para exclamar “¡wow!”.
¡Gloria a Arstotzka!
Hay un punto que debo mencionar por su gran importancia, y ese es el sistema de guardado. Papers, Please está basado en el día a día como ya lo expuse, y hay una acción que se hace relevante: caminar al trabajo. En ese clic se guarda el juego para quedar disponible en la pantalla de carga con la finalidad de iniciar una nueva historia en cualquiera de las fechas guardadas de las otras historias ya iniciadas. Es decir, que cuando lleguemos a uno de los finales del juego, podremos iniciar una nueva campaña pero no desde cero, sino desde cualquier punto que deseemos y tengamos salvado. Así por más repetitivo que sea, podremos saltarnos fases.
No hablamos de un título de acción, es una simulación de un trabajo nada más, pero la originalidad se encuentra en lo que sucede con cada decisión, desde dejar pasar a alguien, hasta recibir notas que marcarán el destino de nuestra vida. He leído cantidad de opiniones acerca de las emociones que despierta Papers, Please; que es tedioso hasta señalarlo como juego del año, y no por nada compitió en esta categoría contra Grand Theft Auto V, The Last Of Us y BioShock Infinite, entre otros. No tuvo la misma publicidad, pero estamos hablando de un juego independiente, que solo necesitó de su genialidad para darse a conocer.
¿Que si disfruté de trabajar en Arstotzka? Por supuesto, lo hago y seguiré haciendo pues cuando tenga mi Mac a la mano, será el primero que arranque para revisar papeles y más papeles. No estoy seguro en qué peldaño lo posicione dentro de mi lista de mejores juegos del año, pero sí es especial, entretenido, original y diferente; logra que uno considere otra opción fuera de lo cotidiano, no aburrido: es diferente. Papers, Please es una mirada a la vida de un Godinez, sí lo es, y refleja ciertas características del estereotipo como ganar un sueldo y gastarlo en necesidades de primera mano, mantener a una familia, quizás incluso odiar el trabajo que nos mantiene a flote. Pero yo me quedo con esa parte donde por más rutinaria que sea la vida de uno, siempre hay espacio para la sorpresa y emoción.