“Mi fortuna es de quien la quiera, pero tendrá que encontrarla primero, dejé todo lo que poseo escondido en One Piece” Con estas palabras iniciamos nuestra aventura en One Piece: Romance Dawn, título desarrollado por Three Rings y publicado por Bandai Namco para la 3DS, y que sobra decir que está basado en la popular serie de anime y manga creada por Eiichiro Oda.
One Piece: Romance Dawn
Port de un juego de PSP lanzado únicamente en Japón en diciembre de 2012, One Piece: Romance Dawn recapitula las aventuras de Monkey D. Luffy y nos lleva a revivir los primeros pasos de la tripulación Sombrero de Paja. Se nos presentará a cada uno de los personajes que nos acompañarán hacia los mares de Grand Line, conociendo sus motivos, trasfondo y personalidades, complementado con maravillosos cortos de animación en las partes cruciales.
Negar el impacto de One Piece, una de las series más conocidas en influyentes de la actualidad, es no darse la oportunidad de conocer una rica historia, que si bien puede no agradar a todo público, ha tenido una enorme aceptación a nivel mundial. Hablar de los videojuegos basados en esta obra es completamente diferente.
One Piece: Romance Dawn es un RPG por turnos de esos que tanto les gusta hacer y jugar a los japoneses, el título cuenta con los clásicos calabozos mientras exploramos cada una de las islas que nuestro mapa pueda vislumbrar, más algunos otros que descubriremos en diferentes documentos cartográficos que hay escondidos.
La exploración es precisamente la clave para el jugador. Encontrar ítems que se pueden complementar y mejorar, vestimentas que elevarán nuestras, además de los siempre imperiosos puntos de experiencia son el principal botín en estos mares más allá de seguir los pasos de este peculiar grupo de piratas. Aunque esto rápidamente deja de ser divertido.
Los escenarios varían sólo en su decoración, nunca en la mecánica de juego. Tropezarás muchísimas veces con laberintos interminables donde lo único interesante por hacer será pelear con los enemigos de relleno, coleccionar tesoros y llegar al final del nivel para enfrentar al jefe (si es que el lugar que visitas no está seccionado por pisos). Complete y repita. Esto no quiere decir que One Piece: Romance Dawn sea un juego malo per se, simplemente que se vuelve tan repetitivo que si eres de paciencia corta y más ávido de los botonazos, lo terminarás odiando.
¡Pelea! Incluso contra el sistema
Las batallas son el 70 por ciento de un RPG. Un buen sistema de peleas puede hacer la diferencia entre un gran exponente del género y los miles de títulos que sueñan a serlo. One Piece: Romance Dawn es, curiosamente, una combinación de ambos mundos.
Cada personaje tendrá habilidades únicas basadas en el manga original que servirán como movimientos finales en una cadena de golpes. Los primeros ataques no constarán puntos de movimiento pero los remates, que producen más daño, siempre serán los que te los hagan gastar. Todo esto se maquilla con bellas gráficas y animaciones que representarán cada uno de los poderes de tus equipo. También tendrás a tu disposición la opción de esperar un turno, cubrirte, subir las habilidades propias y de tus compañeros, usar tu inventario o intentar huir.
El sistema de combate se basa en zonas. Mientras te mantengas en tu zona de ataque el turno pasará de forma normal y realizarás la acción que hayas decidido. El problema viene si llegas a cruzar las líneas de penalización, cada una de ellas tendrá una repercusión en tus próximos turnos. Estos castigos pueden ser desde esperar más para tu próximo turno o recuperar los puntos de movimiento más lentamente. El juego te obligará a poner atención siempre y necesitarás pensar si de verdad vale la pena arriesgarse y tragarse los castigos para hacer más daño.
Y aunque suena bastante atractiva la forma de juego, en realidad no es así. De manera obligada, contra jefes tendrás que salir de tu zona de ataque para ir a buscarlos. Si llegas a acumular demasiadas penalizaciones tu oponente puede llegar a tirar dos veces incluso antes de que puedas defenderte. Y créeme, todo ese daño será brutal.
Cada uno de los jefes de One Piece: Romance Dawn es un dolor de cabeza, no importa que la historia te diga que debes perder contra dicho enemigo. El juego te obligará a explorar y subir de nivel a cada uno de tus personajes para intentar pisar fuera de tu zona, pero los jefes parecen nunca estar atados a las reglas. Todos te atacarán con enormes cantidades de daño, te podrán detener cualquier movimiento mediante un contraataque sacado al azar o simplemente te lanzarán del otro lado del escenario para irte a buscar sin preocuparse de las zonas de ataque. Las reglas sólo aplican para tu grupo. Eres tú contra el mundo.
El lado aburrido del mar
Desgraciadamente One Piece: Romance Dawn no únicamente tiene problemas con su injusta dificultad, sino que esta se adhiere como sanguijuela a un título inexplicable e innecesariamente largo gracias a su tediosa y repetitiva mecánica. La única variación significativa del modo de juego son escenas donde estarás escapando de algún enemigo seleccionando los caminos correctos. Aunque en realidad no importa, ya que el castigo por no llegar al punto antes de que te atrapen será una batalla con algunos enemigos más que de costumbre. Hay algunas otras actividades y minijuegos para matar el tiempo, pero dada la urgencia por avanzar no les dedicarás gran cosa.
La personalización de los integrantes de tu partida es algo que tampoco llama la atención. Hay mucho que equipar, pero las diferencias visuales y reales son mínimas. Otro punto negativo es la presentación de los diálogos; la historia es contada muy al estilo manga, nuestros personajes no hablan o se mueven gran cosa, simplemente veremos sus rostros encerrados en marcos tipo fotografía de tesis universitaria. Aun cuando no es un problema tan grande de entrada, dada lo repetitivo y extenso de tu aventura, tiende a fastidiar esta parca manera de narrar los sucesos.
Para ser un producto basado de la magistral creación de Eiichiro Oda, One Piece: Romance Dawn no está a esa altura. Lleno de ideas ejecutadas mediocremente, gráficos con muchos altibajos y una cansada manera de sentir que estás progresando, este un juego que sólo disfrutarán algunos fans, para todos los demás existen mejores opciones esperando en la inmensidad del Grand Line.