¿Quién no recuerda Killer Instinct de tragamonedas en las arcadias o su versión en Super Nintendo, en que entre C-C-C-COOOMBO BREAKER y ULTRA COMMMBO! enfrentabas a monstruos y extraños peleadoresen oscuras ciudades con música techno de fondo?
Hacía ya unos meses, Rare Ltd., diseñadora de la franquicia, manifestaba sus (vagas) intenciones de hacer una tercera parte a esta serie, en el marco del revival de los juegos de peleas que azotó la generación actual de consolas desde 2008 con el lanzamiento de Street Fighter IV y que continuó con Mortal Kombat en 2011.
Pues bien, actualmente explican que la posibilidad de un Killer Instinct 3 es lejana. ¿La razón? Microsoft. Desde la salida de la consola Xbox, Rare se dejó comprar por la compañía fundada por Bill Gates, que desde entonces ha delegado al equipo de programadores apoco más que juegos “casuales”.
En palabras de Donnchadh Murphy, ex-empleado de Rare, las intenciones de Microsoft para Rareware eran “ampliar el público joven” para su consola. Lo cual quería decir, básicamente, hacer juegos para niños. A raíz de esto, Rare se anotó durante esos años varios hits de ventas como Viva Piñata! y Kinect Sports. Pero respecto a sus intenciones de hacer Killer Instinct 3, Microsoft no demostraba el más mínimo interés.
“Queríamos hacer Killer Instinct 3, pero Microsoft estaba más interesada en ampliar su audiencia que en crear otro juego de lucha, así que nunca lo hicimos y dudo que se haga”, declara Murphy, quien además considera que la fusión entre Microsoft y Rare “no fue una buena combinación”. Y continúa lamentando que la dueña de Xbox “ahogó la creatividad” de Rare, cuando la empresa ya había marcado parteaguas con títulos tan importantes como Donkey Kong Country, Perfect Dark o Conker’s Bad Fur Day.
Con el futuro de la serie sepultado al menos durante un tiempo, hay gamers que en verdad esperaban un regreso de la serie; mientras que otros dicen que en realidad Killer Instinct nunca fue la gran cosa y un nuevo juego fracasaría inevitablemente. Pero lo peor es que tal vez nunca lo sabremos con seguridad.