La historia de expiación de Wolverine por el mal que le ha hecho a Catwoman, y como el gladiador lo persigue por toda Francia hasta que la niña de Dear John por fin se casa llegó a la pantalla grande a América Latina. La nueva versión de Los Miserables no sólo basó su atractivo en la ya de por sí popular obra de Víctor Hugo, sino que reunió a un interesante casting de actores para revivir una vez más el melodrama musical más conocido de todos los tiempos.
Los Miserables
A mí en lo personal me cagan los musicales, y no lo digo a la ligera, me cagan, sólo me gusta Across the Universe y ese no cuenta porque la música es de The Beatles y el cuarteto de Liverpool es prácticamente universal, pero el hecho que las actuaciones se grabaran on site y no primero en un estudio de grabación le dio a Los Miserables una credibilidad jamás vista en un musical hecho película. Esta genial ideal vino de la mano de Tom Hooper, el director del largometraje, quien estaba convencido de acercar más al público a una increíble puesta en escena que a un filme.
No sólo eso, la fotografía y la edición cinematográfica son muy buenas. Tom Hooper seleccionó una agradable correción de color: lejos de ir por las tonalidades en sepia tan usados para representar melodramas, toda la película está realizada en un tenue y frío azul, que no sólo sienta bien para la trama, sino que realmente le da un tono musicalmente hablando. Lo primero que salta a la vista en Los Miserables son decisiones acertadas.
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La historia, por su parte, es de sobra conocida y reconocida. Ambientada durante el primer cuarto del siglo XIX, Los Miserables es un un espectacular relato autoría de Víctor Hugo, que narra la historia de Jean Valjean, interpretado por Hugh Jackman, quien es liberado de forma condicional después de cumplir 19 años de prisión.
Jean Valjean me recuerda al súper hombre de Nietzsche, un personaje que se encuentra atorado en la mierda que era/es el mundo y que por un crimen menor se le impugna una sentencia inconcebible en nuestra época; un hombre que es despojado de toda humanidad y principalmente de su nombre, hasta que un acto de piedad le regresa el sentido a su vida, se levanta de entre la escoria y no sólo hace algo con su existencia, sino qué alienta a una sociedad a hacer lo mismo, sólo para ser eternamente perseguido por ser considerado un “hombre peligroso”, cometiendo errores que lo dejan perpetuamente en deuda con una mujer.
En los últimos diez años la razón por la que alguien podría conocer a Hugh Jackman es por su papel como Logan en la saga X-Men, rol que a pesar de la inmensa popularidad que goza, no han sido exactamente aclamado por la crítica. Pocas personas pudieron disfrutar su actuación en The Prestige y por momentos uno se olvida de lo impresionante que es este histrión. Bueno, Hugh Jackman se encarga de varias de las escenas más emocionalmente cargadas en Los Miserables, al punto en el que el sufrimiento y su lucha por ser expiado de sus pecados te es, no sólo dolorosa, sino humanamente grandiosa. Su interpretación es francamente conmovedora.
A la historia pronto se suma Fantine (Anne Hathaway). una joven mujer atormentada por la doble moral de una sociedad ignorante y qué es injustamente arrojada a la calle por culpa del pasado de Jean Valjean. Ante la desesperación, Fantine se ve obligada a hacer cosas atroces para mantener con vida su hija, Cosette, resultando ser un personaje que existe sólo para mover la historia de expiación de Valjean, pero que sin embargo siempre está presente en las escenas más poderosas filme. Fantine, con su breve aparición, maneja el tono completo del melodrama y nos deja claro que Anne Hathaway es más que sólo la niña de El Diablo viste a la Moda y Batman: El Caballero de la Noche Asciende, y aunque ha tenido papeles memorables, éste realmente cimenta su carrera como actriz en papeles importantes.
Del otro lado tenemos a Javert (Russell Crowe), un personaje fabuloso y algo así como el malo de la película. Sin embargo, este villano, como los villanos realmente buenos, esos que rara vez son representados en algún lado, es un ser exageradamente complejo y al mismo tiempo cuadrado. Javert sin duda resultará el personaje más atractivo para muchos en Los Miserables, debido que éste villano nunca ha hecho en realidad algo malo y sólo cumple con su trabajo; un necio que no comprende más allá de sentido del honor y del deber, un soldado y policía por excelencia, que realmente ha hecho todo bien causando todo el mal posible, hasta el momento en que ve confrontada su forma de actuar.
Víctor Hugo retrató en su obra la batalla entre lo que está bien y lo que está está mal, mientras demuestra que nada en la vida es blanco o negro, sino más bien gris, teniendo en Javert al mejor representante de este concepto. Casualmente, Russell Crowe es perfecto para este papel, lo maneja de manera fantástica y aunque se no nota que cantar no es su taza de té, no lo hace mal.
¡ Vive la resistance!
Hay que recordar que Los Miserables es la historia de una vida completa, por lo tanto los personajes de juventud y rebeldía tienen que aparecer en la misma, y si hablamos de una Francia carcomida por el hambre y la injusticia no podemos hablar de otra cosa que revolucionarios: “Vive la resistance“.
Comencemos con Enjolras, interpretado por Aaron Tveit, un joven inteligente que le ha tocado sufrir la barbarie del mundo, pero con el suficiente carisma para atraer cierto tipo de seguidores y esparcir su discurso de rebeldía. Junto con Gavroche (Daniel Huttlestone), abordan el siempre sonado problema de la injusticia social y la disparidad de las clases causadas por la preservación del status quo de los que se encuentran en el poder, éste tópico es el menos anacrónico de todos y el que probablemente más apegado a la realidad se encuentra, sólo hay que ver su desenlace.
Luego tenemos el triángulo amoroso, representado por Eponine, Cossete y Marius. Eponine, caracterizada por Samantha Barks y quien también ha llevado al personaje a la vida en la obra de teatro, hace un excelente trabajo pintando la tercera rueda del triciclo que realmente no es deseada; sus apariciones, aunque escasas, son poderosas. Marius Pontmercy (Eddy Redmayne) es otro personaje conmovedor con una historia de amor desfasada. Cosette representa a la curiosidad femenina, la niña que de alguna forma vivió el cuento de hadas de ser rescatada de la miseria por un padre vicario, sin embargo, cuando tiene la edad suficiente de cuestionar su condición, arremete en rebeldía. Quién iba a pensar que Amanda Seyfried iba a representar tan bien a éste personaje.
En cuestión de fidelidad con la obra original, esta versión de Los Miserables está compuesta por un total de 52 números musicales, incluyendo prácticamente todas las canciones a excepción de “I Saw Him Once” y “Dog Eats Dog“, y agregando una nueva pieza, “Suddenly“. Algunas de las melodías fueron editadas recortadas (aún así la cinta dura 158 minutos) o bien para adaptarse a la nueva narrativa, aunque en general el resultado es muy bueno.
Los Miserables es un filme excelente y entiendo perfectamente porque ha causado el alboroto que ha causado, incluso tiene una serie de alivios cómicos muy sutiles. Es cierto lo que se teoriza de la gente, pues ahora la mayoría tiene una capacidad de atención de minuto y medio y mucho de tu experiencia en cine quizá dependa del público en la sala, pues no falta la clásica inepta que recibe una llamada telefónica y decide contestarla, el que va por segunda vez e intenta cantar como si fuera Karaoke y el tipo que entró a ver la película sólo porque su novia lo obligó. Fuera de ello, no le doy calificación perfecta porque siento que algo le faltó… no sé qué, pero aún dentro de su imperfección, Los Miserables es perfectamente maravillosa.