Ladrona de Identidades llegó a las salas de cine como una prometedora comedia, sin embargo, por alguna extraña razón no ha terminado de cuajar entre la crítica “especializada”. Sí, por alguna extraña razón.
Ladrona de Identidades
Seth Gordon, director del popular documental King of Kong y del filme cómico Quiero Matar a mi Jefe, reaparece con una historia de humor muy similar a su anterior trabajo en la pantalla grande e incluso con algunas caras conocidas del género como Jason Bateman, Melissa McCarthy, Jon Favreau, Amanda Peet, John Cho y Génesis Rodriguez (hija de Jose Luis Rodriguez “El Puma”, para quien no lo sabía). Gordon se vio en cierta medida hábil y convirtió en bromas y risas una película que bien pudo haber sido un drama en toda su extensión.
Tal vez ese sea el punto por el que Ladrona de Identidades no ha terminado de convencer a los críticos. La profunda carga dramática con la que inicia y con la que se desenvuelve en ciertos puntos clave choca por momentos con la aventura de comedia, pero de manera personal encuentro la fórmula simpática y digerible, y funciona como el pretexto perfecto para que la narrativa tome caminos variados entre persecuciones, tiroteos y revolcones.
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Sandy Patterson
Sandy Patterson (Jason Bateman) es un muy responsable jefe de familia, tiene dos hijos pequeños, otro por nacer y una esposa (Amanda Peet), que claramente es bastante comprensiva con su marido; en fin, todo en su inicio es alentador en la vida de los Patterson, excepto quizá porque en su trabajo Sandy es explotado al igual que muchos otros trabajadores, algo que está a punto de cambiar cuando en una junta secreta en el estacionamiento deciden dejar la firma para la que trabajan y conformar una empresa propia donde, claro, Sandy será nada más y nada menos que el vicepresidente.
No suena mal, ¿verdad? Pues no, las cosas -como es de esperarse- explotan en las oficinas cuando el presidente Harold Cornish (Jon Favreau) se percata de lo que pretenden hacer sus mejores empleados, algo que lo enfurece y entre muecas y gritos les advierte que no podrán regresar a sus puestos si la vida los trata mal.
Aun así, el futuro se mira prometedor para Sandy y su familia: un nuevo trabajo, mejor puesto y mejor salario, todo el horizonte brilla de felicidad. Pero la noche le llega a nuestro protagonista cuando al día siguiente se percata que cada una de sus tarjetas están sobregiradas.
Diana, alias Sandy
¿Mala suerte? ¿Un error del banco? No, una mujer de nombre Diana (Melissa McCarthy), experta en este teje y maneje, robó la identidad de Sandy y no solo vació la línea de crédito de las tarjetas, también ha sido arrestada por conducir ebria… y además está bajo una investigación de narcóticos. Al robar su identidad y aprovechando el femenino nombre de Sandy, esta chica ha cargado una larga fila de delitos y deudas que aumentan mientras no se resuelve el caso, algo que según Ladrona de Identidades puede tomar mucho tiempo mientras se apilan los problemas uno encima del otro.
Si bien la historia de usurpación de personalidades no es del todo nueva y guarda incluso cierta aura sombría de tragedia, el director se las ingenió para cambiar el suspenso por comedia de manera casi intuitiva, así que en lugar de llorar y preocuparse por lo delicado del caso, Seth Gordon prefiere reírse de ello con una mano en la cintura (prácticamente).
Ladrona de Identidades nos llevará a una despotricada travesía donde Sandy deberá buscar a Diana y obligarla a esclarecer todo el asunto con las autoridades, y, como es obvio, las cosas no serán sencillas para nadie; además de ser testigos de persecuciones, balaceras y hasta peleas con serpientes, es interesante el manejo que le dan a los personajes, especialmente a Diana, haciendo hincapié en lo molesta y detestable que puede ser, pero al mismo tiempo explorando el mundo en el que (sobre)vive bajo sus propias y extrañas reglas.
Ladrona de Identidades muestra cierta madurez en los protagonistas en este sentido, no sólo son actores intentando causarnos risa con alguna descabellada puntada, sino que desarrollan sus personajes al punto de lograr cierta empatía aún con lo disímiles que los vemos al principio del filme. La chantajista obviamente encuentra su momento de redención, pero no por ello sin enfrentar las consecuencias de sus actos, mientras que Sandy sale por momento de su zona confort para enfrentar problemas reales.
Sin ser ni de lejos la mejor película ni el estreno recomendable en cartelera, Ladrona de Identidades puede ser una comedia apetecible para el público en busca de una cinta ligera. Aquellos que conozcan la teleserie Mike & Molly ubicarán inmediatamente a Diana, por lo que también pueden esperar un estilo similar de humor en este largometraje. La historia no enganchará del todo a muchos, pero si lo logra prepárese para un buen momento de risas y enredos.