Más conocida en México y América Latina por contar con varias nominaciones al Oscar, La Noche más Oscura llega a las salas de cine para contar la historia detrás de la captura de Osama Bin Laden desde una perspectiva más orientada a las labores de Inteligencia que a las Fuerzas Armadas. La cinta compitió en los Premios de la Academia por los galardones a Mejor Actriz, Mejor Película, Mejor Guión Original, Mejor Montaje y Mejor Edición de Sonido, ganando este último, por lo que resulta casi indispensable hacer un repaso y ver si esta misión llega a su objetivo.
La Noche más Oscura
Los sucesos del 9-11 siguen siendo un trago amargo difícil de recordar para los estadounidenses, aun dentro de su industria fílmica. Uno pudiera pensar que debería haber decenas y decenas de cintas sobre el suceso, pero la realidad es que sólo algunas se han inspirado en esta serie de eventos que todavía resultan dolorosos. Por otra parte, el ver una película cuya temática sigue la captura de Osama Bin Laden, como La Noche más Oscura, pudiera no sonar atractivo para la mayoría del público, más que nada por la idea preconcebida de que este tipo de filmes enaltecen el patriotismo y la identidad nacional de Estados Unidos.
Afortunadamente, el nuevo filme de Kathryn Bigelow (Punto de Quiebra y Zona de Miedo), carece de triunfalismos y desde la primera escena de La Noche más Oscura nos muestra que el largometraje no sólo dramatiza sobre la captura y muerte del terrorista más peligroso del mundo, sino que desnuda los métodos que usaban para intentar localizarlo y sus resultados reales.
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Katrhyn Bigelow no siguió ese viejo refrán de que la ropa sucia se lava en casa, en cambio, se da tiempo para exponer las fallas de los antiguos (y a veces actuales) sistemas de Inteligencia, acostumbrados a usar la tortura para conseguir información y continuando la cadena de odio. Escenas no brutales, pero sí explícitas que denotan el ritmo que seguirá la obra.
La trama sigue la labor de la investigadora y oficial de la CIA Maya, interpretada por Jessica Chastain, quien es reclutada y se traslada a Paquistán para continuar con los esfuerzos estadounidenses de encontrar a Bin Laden. Jessica Chastain realiza un trabajo acorde, una mujer fría que aprende a tolerar los métodos de tortura y termina siendo una obsesionada por su trabajo, tanto por cuestiones profesionales como por algunas razones personales que se van desenredando junto con el argumento.
Alrededor de Maya tenemos a un grupo de agentes y directivos de la CIA encarnados por Jason Clarke, Joel Edgerton, Jennifer Ehle, Kyle Chandler y el siempre polifacético Mark Strong, quienes sirven para entretejer una maraña de desesperación y nuevas líneas de investigación. Cada pista parece siempre dar contra una pared en un callejón que sabemos que al final tendrá salida, pero el disfrute viene en ver cómo la hallan. Hay que puntualizar que La Noche más Oscura no es un filme de acción y balazos, sino un thriller de intriga e investigación. Los únicos comandos que verás haciendo ruido entrarán obviamente para las escenas de cierre.
Desgraciadamente y a pesar del buen rimo narrativo que hacen que no sientas las dos horas y 37 minutos que dura La Noche más Oscura, la cinta presenta varias inconsistencias que te impiden adentrarte por completo en la historia. Un ejemplo claro es precisamente la agente Maya, ya que Jessica Chastain luce más grande al inicio y pareciera que va rejuveneciendo conforme avanza la película por espacio de ocho años. Esto sin contar que pese a que la trama le da un enorme papel como el motor principal de la investigación, son varios otros agentes quienes realmente dan las pistas conclusivas en el caso.
Otro ejemplo de estos detalles de coherencia lo vemos cuando dos agentes cenan en un hotel céntrico en Islamabad y como si nada hablan de sus planes de captura de Bin Laden en plena capital paquistaní a la vista de todos. Estoy seguro que, por los puros protocolos de confidencialidad y por la seguridad de los mismos oficiales, este tipo de temas estaban totalmente vetados, vaya, por mero instinto de sobrevivencia no los hablabas en lugares públicos al estar en la cueva del lobo.
El otro “pero” de La Noche más Oscura vienen en la construcción de la trama, ya que en lo personal falla en ejercer ese grado de suspenso y presión dramática en el espectador, asemejando por momentos más una obra de docuficción que un filme basado en hechos verdaderos. Como mencionaba antes, todo mundo sabe en qué empieza y termina la película, por lo que el mayor reto para la directora era crear un buen nudo en el centro, algo que logra en varios momentos, aunque definitivamente no en todos.
Quizá este problema tenga que ver con la misma visión de Kathryn Bigelow, quien deseó realizar un largometraje interesante más no necesariamente disfrutable; al quitarle el ensalzado patriotismo y las escenas de acción nos topamos con una pieza fílmica que no buscaba apantallar, sino contar una historia, abordar una temática francamente espinosa y dejar las reflexiones para uno mismo. Las escenas de tortura, la confrontación de ideales y la misión de captura sin escrúpulos con mujeres o niños de por medio nos deja una extraña sensación al terminar la función de La Noche más Oscura: no sabemos si estábamos en una sala de cine o acabamos de ver un crudo noticiero. Recomendable, aunque puedes esperar al formato casero.