Vuelve uno de los juguetes más famosos del cine; no, no estamos hablando de otra aventura de Toy Story (aunque allí también hay un Andy), sino de la ya casi legendaria creación del director Don Mancini ,quien retoma las raíces que hicieron tan famoso a Chucky, entregando en La Maldición de Chucky una cinta con elementos clásicos de esta saga: menos humor y más salpicadera de sangre.
La Maldición de Chucky
Para quien no lo conoce (si existe alguien), este muñeco diabólico es en realidad el caparazón de un asesino en serie o, al menos de su alma, dándole así vida a Chucky, un pequeño pelirrojo de pecas juguetonas y sonrisa maquiavélica sin baterías incluidas, un personaje que de forma instantánea quedó plasmado en el cine de horror como uno de los iconos del género a finales de la década de los 80.
Su primera cinta fue Chucky, el Muñeco Diabólico, estrenada en 1988 (en inglés Child’s Play), dirigida por Tom Holland y escrita por Don Mancini, presentó como el terror podía llegar a través de un muñeco de plástico, como también se mostró en sus primeras secuelas, Chucky, el Muñeco Diabólico 2 y 3, pero que fue desapareciendo de una u otra forma con las siguientes entregas, como Bride of Chucky y Seed of Chucky, donde la franquicia comenzó a tener tintes de comedia involuntaria.
Sin embargo, y luego de varios años de sequía, llega esta “revisión” demostrando que la magia aún existe (por decirlo de alguna manera), y retoma el sentimiento de la vieja escuela recurriendo incluso a un solo escenario para el total desarrollo de la historia, de esta forma resaltando la presencia de Chucky a través del suspenso y más tarde el horror, sin olvidar no dejar cabos sueltos de acuerdo a las otras películas.
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¿Chucky es un princeso?
Algo que inmediatamente hizo reacción entre los fanáticos y no tan fanáticos del muñeco diabólico fue sin duda aquella carita bien dibujada con cejas delineadas que habían diseñado para Chucky, un detalle que se esparció por Internet de forma viral ya que la burla comenzó armándose del calificativo “princeso”, que tan de moda se puso últimamente.
Las primeras imágenes del filme hicieron que rápidamente esta nueva cinta cayera en el mar de dudas y burlas, pero algo de provechó sacó la productora de todo esto, y es que tanta publicidad de boca en boca y por medio de la multitud de memes en las redes social hicieron que La Maldición de Chucky estuviera en todas partes… A propósito o no, una buena jugada que sirvió pues de pronto todos queríamos ver qué tanto había cambiado o regresado a ser como era el muñeco diabólico.
Y para suerte de todos, llegado el momento descubrimos que no, Chucky no es un princeso, incluso este nuevo look tierno tiene una explicación en la narrativa y una bastante buena por cierto y en lo personal una de las mejores de escenas del filme cuando uno se percata, así como los protagonistas, que esa carita delicada en realidad esconde la maldad de un asesino en serie.
Recordando el pasado
En el reparto de La Maldición de Chucky encontramos a Chantal Quesnel, Foina Durf, Jordan Davis, Danielle Bisutti, Adolfo Larrue Martínez, Maitland McConnell, Brennan Elliot, Summer Howell y la carismática voz que de siempre ha personificado al poseído juguete, el actor Brad Dourif, un excelente detalle que sirve para plasmar todo lo que uno recuerda de Chucky.
Hablando de la historia, todo inicia con la llegada de un extraño paquete a la casa de Nica (Fiona Douriff) y Sarah (Chantal Quesnel), suceso que cambiará sus vidas para siempre, pues dentro de él se encuentra el aparentemente inocente Chucky, que luego de ser visto por Sarah, madre de Nica, es abandonado en la basura… Una grave equivocación pues horas más tarde la sangre ha comenzado a correr, con la única pista de encontrar siempre a Chucky sentado inerte como un simple juguete.
Así es como se desata una sucesión de muertes sobre cada uno de los personajes, al principio con escenas de simple sospecha para pasar después a la violencia explícita. Pero no todo es sangre y gore en La Maldición de Chucky, pues Don Mancini, director y escritor de esta nueva entrega, se encargó de unir cabos sueltos para dar seguimiento y explicación a los eventos; de hecho algunas sorpresas esperan a los fanáticos de esta saga con momentos en el pasado, algún llamativo cameo y, por si fuera poco, luego de los créditos hay algo más. Sin embargo aún luego de tanta explicación en lo personal siento que existen elementos que no encajan del todo, de hecho estoy seguro que a muchos aficionados les gustará hablar sobre suposiciones en la cronología por medio de las pistas que se dan aquí.
Tras la conclusión del filme, hay que destacar que existen fuertes rumores de una séptima película en producción, por el momento titulada como Chucky 7; esperemos mantenga el mismo espíritu que vimos con esta nueva cinta: Entretenida, con una dosis muy sutil humor, comenzando con suspenso y pasando por un clásico baño de sangre.
La Maldición de Chucky es finalmente el regreso del muñeco diabólico que conocimos en las primeras partes. Los efectos visuales mezclando imágenes en CGI con elementos más “artesanales” dan el tono adecuado, dejando ver secuencias bien logradas y funcionales en todo momento; por su parte, la historia no se atora con muchos enredos y sólo sirve como el motor que acompaña la masacre. Sin duda una película para los fanáticos del horror y el suspenso, y para todos aquellos que deseábamos el regreso de Chucky, aunque en esta ocasión sea directamente al mercado casero.