Basada en la primera novela de Millenium -la popular trilogía de libros de suspenso y crimen del fallecido escritor sueco Stieg Larsson– La Chica del Dragón Tatuado aterriza en cines en búsqueda de ser un exitoso remake, una buena adaptación de la novela y una película taquillera, mientras resuelves un antiguo crimen al lado de un periodista y una hacker algo extravagante.
La Chica del Dragón Tatuado
Dirigida por David Fincher, La Chica del Dragón Tatuado es un remake de una de las películas suecas más aclamadas de todos los tiempos: Los Hombres que no Amaban a las Mujeres. La misión de Fincher era no sólo lograr aceptación del público americano sino estar a la altura de la cinta original, que no tuvo la proyección deseada en los cines de Estados Unidos y menos con un público (mamón) que está acostumbrado a ver todo el cine en su idioma. A alguien le pareció más fácil hacer la versión gringa que doblar el filme sueco.
La Chica del Dragón Tatuado comienza con el periodista Mikael Blomkvist (interpretado por Daniel Craig), quien pierde un juicio por difamación contra el empresario Hans-Erik Wennerström. El caso lo deja con problemas financieros, y a su revista, Millenium, en una situación comprometida pues deja en entredicho su credibilidad y el caso puede traer repercusiones económicas para la publicación.
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A pesar del gran revés que representó para su carrera periodística, Mikael Blomkvist recibe una oferta de trabajo de parte del anciano magnate Henrik Vanger, quien confía en él para resolver un misterio que lo ha mantenido atormentado durante los últimos 40 años. Henrik tiene fe en el periodista pues anteriormente había mandado investigarlo “de pe a pa” a una habilidosa hacker de memoria fotográfica llamada Lisbeth Salander (Rooney Mara), también conocida como La Chica del Dragón Tatuado, así que como es la protagonista de la película, está de más decir que el reporte es confiable y mostraba que era una persona honesta que había caído en una trampa.
El millonario desea que Mikael Blomkvist investigue el asesinato de su sobrina nieta Harriet Vanger, ocurrido hace 40 años y del cual nunca obtuvo una respuesta efectiva sobre el motivo o el culpable de su muerte. Henrik sospecha que el asesino fue alguno de los miembros de su problemática familia a quienes califica de “avaros, ladrones y matones”. A cambio de su trabajo el periodista no sólo recibirá una jugosa paga, sino todas las pruebas necesarias para enterrar a Hans-Erik Wennerström y recuperar su credibilidad.
Sin embargo, la investigación no avanza del todo bien, por lo que Mikael solicita la ayuda de un asistente para completar su labor. Henrik le recomienda a la mejor que conoce: Lisbeth Salander. Ambos unen esfuerzos para encontrar al asesino de Harriet, en un caso que pronto los orillará a intentar resolver no sólo su misteriosa desaparición, sino de una serie de asesinatos seriales de mujeres que quedaron sin respuesta desde mediados del siglo XX.
La versión de David Fincher
David Fincher retoma mucho de la narrativa de la película sueca (Los Hombres que no Amaban a las Mujeres) para contar esta historia en dos sentidos. El primero es a través de Mikael Blomkvist, quien ve en este caso la mejor oportunidad de recuperar credibilidad, pero que queda atrapado en el mismo conforme va descubriendo la verdad. Pronto tiene roces con otros miembros de la familia, quienes ven con malos ojos que ande merodeando por sus vidas y secretos.
Desgraciadamente poco le puedes creer a Daniel Craig en este papel, no porque sea un mal actor o no lo haga adecuadamente, sino porque simplemente este personaje no era para él. Craig luce ríspido y con su jeta inerte parece que la mayoría del tiempo le da igual si se resuelve el caso o si lo matan en la siguiente escena. Está bien para un Agente 007, pero muy mal para un periodista que no lleva ni un bolígrafo para defenderse.
El otro sentido es a través de Lisbeth Salander, una experta en informática que gusta de usar piercings, tatuajes y vestirse como hombre. Lisbeth tiene un pasado tormentoso (poco abordado en esta película, por cierto) que aún resiente en su presente, ya que de niña fue internada en un hospital siquiátrico y a pesar de tener 23 años necesita de un tutor que administre su vida y sus finanzas, al menos hasta que el Estado la declare social y mentalmente estable. Para ella cada día es una lucha por sobrevivir en un mundo que percibe como hostil y donde todos quieren sacar algún beneficio de ella.
Ambos personajes se enfilan no sólo a resolver el caso juntos, sino a enfrentar antiguos demonios personales. David Fincher buscó que la relación de ambos creciera profesional y personalmente, y que el espectador sintiera el cambio, pero con un actriz cuyo papel es poner cara de piedra y un actor que, haga lo que haga, siempre tiene cara de piedra es difícil por momentos darle credibilidad al asunto. La mayoría de veces sientes que los personajes interactúan entre ellos a trompicones y no les crees ni la mitad de lo que dicen y hacen… eso sin contar algunas frases muy meeeh (“¿Lo puedo matar?”).
Remake de Los Hombres que no Amaban a las Mujeres
Al igual que el desarrollo de los personajes, muchas de las pistas para resolver el caso también son presentadas con demasiado apuro. Si eres de los que pensabas que podías sentarte a ver La Chica del Dragón Tatuado y resolver el misterio al mismo ritmo de los protagonistas, te equivocas. Es una lástima, porque el fuerte de la película original sueca era esa sensación de uno mismo ir desentrañando el caso. El director dedicó poco tiempo para conocer a cada uno de los implicados y menos aún para desarrollar el uso de las evidencias, por lo que tras atar algunas pistas más tarde viene una escena tipo Scooby-Doo que te explica exactamente cómo es que llegaron a la conclusión.
La fotografía por otro lado es estupenda. Fincher escogió paisajes nevados para representar exteriores y tonos ámbar y gris para los interiores, lo cual logra una atmósfera convincente para el tipo de cine que es La Chica del Dragón Tatuado. La cinta incluye algunas escenas fuertes de violencia que pueden hacer fruncir el ceño a un par, pero bastante pasteurizadas si las comparamos con la versión sueca. La banda sonora realizada por Trent Reznor y Atticus Ross también encaja a la perfección, destacando el increíble tema “Inmigrant Song” interpretado por Karen O durante los créditos de entrada y que a la larga resulta ser la mejor parte de toda la película.
Lo malo de cuando se hacen remakes de este tipo es que siempre son obligatorias las comparaciones, más en el caso de La Chica del Dragón Tatuado, que también es la adaptación de una exitosa novela. Esta versión ofrece poca o cero novedad sobre Los Hombres que no Amaban a las Mujeres, y quienes vieron la cinta original no tienen ningún pretexto para esta versión. La trama mantiene pocos cambios y aquellos que introdujeron son inútiles o contraproducentes, como la inclusión de una hija de Mikael Blomkvist o el hecho de que el periodista no tiene la presión encima de que en seis meses irá a la cárcel. Las actuaciones ni se diga, desde los protagonistas hasta los extras, cada personaje está mucho mejor representado en el filme original.
¿Vale la pena verla? La Chica del Dragón Tatuado es una película aceptable y ya, no pasa nada si te esperas a verla en televisión abierta. David Fincher como director es casi un seguro de vida, pero al igual que en 2010 con Red Social vuelve a traer una cinta pretenciosa que poco alcanza las expectativas y termina por ser plana y en muchas partes aburrida. No es que La Chica del Dragón Tatuado sea mala, pero es difícil recomendar este remake cuando puedes ver un mejor producto en la película original.d
8 comentarios
No había notado la ceja mega rubia y el cabello negrísimo de Lisbeth. Eso la hace ver más chafa. Lisbeth sueca parece que se la lleva de calle.
Por cierto, muy buena reseña!
gracias por la recomendacion, hice caso y compre las originales a 300 pesos las tres y me encantaron
Muy de acuerdo con tu reseña, es un remake que pasa sin ton ni son, con muy malas actuaciones y con la historia flotando sin llegar a estabilizarse. No hay como los libros y las películas suecas, esas sí son para tenerse en la colección privada.
Creo que no le das el crédito que se merece a la película, pues si bien algunos aspectos de la trama fueron cambiados con respecto al libro, narra de mucho mejor manera los eventos del mismo a comparación de la película sueca e incluye cosas importantes de la novela que dan trasfondo mas sólido para el personaje de Mikael, como el personaje de la hija o detalles de su relación con Erika Berger.
En fin, son diferentes representaciónes del libro de Stieg Larsson, ambas tienen puntos buenos y malos compararlas se me hace inecesario, pues ambas películas se sostienen por si mismas.
Creo que el personaje de la hija o mostrar más de la relación de Mikael con Erika son completamente irrelevantes, si no profundizaban en esas dos cosas la trama no hubiera sufrido ninguna alteración.
En fin son distintas opiniones, yo también me quedo con la versión sueca.
Traté de no compararlas tanto, pero a veces es imposible. En lo personal, salvo la fotografía y el sonido, considero mejor la versión sueca. No quería una calca del libro en sí, sino una película que funcionara bien como tal, y creo que en ese aspecto falla más la versión de David Fincher.
No es que sea mala, simplemente no es tan buena y prefiero recomendar la original.
Gracias por el comentario, saludos.
A mi me gustó la película, salvo:
– Craig no es para ese tipo de papeles. No se ve ingenuo.
– Algunas partes se ven lentas porque tienen que serlo (la presentación de los personajes) para el público, pero otras se ven de acción muy apresurada que no alcanzas a “saborear” lo interesante que es (las escenas previas al final).
Seguro se me pasa alguna otra cosa, pero no recuerdo. En mi opinión siendo que la película tenía para dar más, pero ese más o es lo que el director le quiso poner + el papel que no cuadra con el actor.
Veré la versión original.