La película Kick-Ass: Un Superhéroe sin Súper Poderes, basada en el comic más violento y original de los últimos tiempos, fue debidamente pasteurizada y procesada para el consumo del público en general, pero mantiene muchos elementos que hicieron de la historia original un éxito entre los aficionados al noveno arte.
Kick-Ass: Un Superhéroe sin Súper Poderes
Uno puede suponer que ésta película tiene su nicho natural de admiradores sólo en aquellos que hayan leído el cómic de Mark Millar y John Romita, a juzgar por la poca publicidad en nuestro país es difícil creer que a alguien más le pueda interesar mucho… Sin embargo, para todos aquellos que no leyeron Kick-Ass y le interesa el filme, ahí va.
Kick-Ass (interpretado en la película por Aaron Johnson) es un héroe callejero, un adolescente prototípico, medio nerd y fanático de las historietas cuyo nombre real es Dave Lizewski, que un buen día decide lanzarse a las calles a hacer justicia con dos palos de escoba y un traje de buzo. Después se le unen otros héroes al parecer inspirados por él, pero cada uno con propio trasfondo, todo ésto aderezado con muchos kilos de moronga y filetes de mafioso. Bueno, en la película no hay tanta sangre.
La magia de este “súper héroe” sobre otros es que Kick-Ass no vive en el mundo de DC Comics o Marvel, donde en algún momento podrían aparecer Superman o Spider-Man a salvar el día; en el mundo de Kick-Ass, hasta antes de su salida, los personajes súper poderosos están en el mismo lugar que en el nuestro, en las viñetas y páginas de cómics.
Kick Ass: The Movie
Es de suponer que salir a vigilar las calles de la ciudad sin mayor inspiración y entrenamiento que las últimas aventuras de los X-Men es algo que se torna curioso cuando vemos que nuestro superhéroe es de carne y hueso, y la mayoría de las veces le va más mal que bien. Sin embargo su decisión lo hace trascender las barreras de la fama, pronto sus videos de peleas contra pandilleros son subidos a YouTube, se vuelve un personaje popular que incluso inspira a otros a salir en pijama a pelear por la justicia.
En algún momento de la historia, y sin proponérselo, Kick-Ass se ve dentro de un gran embrollo que incluye a un par de vengadores en disfraz (Hit Girl y Big Daddy), a un extraño aliado (Red Mist) y a la mafia local que se ve amenazada con este repentino destape de súper héroes. Sus días de fama no parecen ser nada cuando se entrente a los malos de a verdad.
La historia de Hit-Girl (Chloe Moretz) y su papá (Big Daddy, interpretado por Nicolas Cage) es uno de los elementos que más se respetan del material original. Big Daddy es un ex policía, que por alguna razón ha entrenado a su hija desde pequeña para ser el arma letal perfecta. La relación entre ellos y cómo “rehabilitan” a los maleantes eran algunos de los puntos fuertes de la historia y me alegra que se haya transmitido tal cual en el cine. El director, Matthew Vaughn, hizo bien en respetar casi en su totalidad a este dúo.
Otro punto a favor en la adaptación es que se piense que el interés amoroso de Kick-Ass es gay, uno de los momentos más hilarantes de todo el filme. Pero el Kick-Ass de la película no es ni una décima parte de lo rudo que es el del cómic, y sin embargo aquí sí se queda con la chica …pffff… supongo que es el gancho para que todos los pubertos que vayan a ver el largometraje crean que esa chica popular y guapa de la escuela algún día les hará caso. Ánimo chavos.
Pero la estrella de todo este show es sin duda Hit-Girl , con sus lindas frases, su gama de movimientos a la Matrix y sus disfraces que serán la sensación entre todos los loli fans que se encuentren en el público. Big Daddy también reparte buenas dosis de plomazos en la pantalla pero nadie se le acerca a la niñita en el conteo de cadáveres.
Del lado de los villanos, los malosos de Kick-Ass: Un Superhéroe sin Súper Poderes son bastante creíbles, hasta para el estándar de película de superhéroes. Mark Strong, quien interpreta al jefe mafioso Frank D’Amico, hace un papel más que convincente y logra imprimirle esa importancia que debe tener el antagonista en todas las historias de acción.
El elemento sorpresa al final me pareció exagerado, pero es hasta cierto punto necesario en una adaptación de Hollywood para diferenciarlo del c+omic original, incluso sirve para vender figuras de acción. Los trajes de los personajes son diferentes y a veces cuesta un poco de esfuerzo relacionarlos con su contraparte impresa, como Big Daddy que parece ahora una especie de Batman.
Al final la cinta me dejó satisfecho y como ya me gustaba mucho Kick-Ass en papel yo sí le pongo un nueve bien freak, sólo por los pequeños detalles que ya mencioné que no me convencieron. Al compararla con el nivel de las últimas súper producciones de héroes queda bien parada, sin llegar a ser tan notable. Incluso si no conoces el material original pero eres fanático de la acción, Kick-Ass: Un Superhéroe sin Súper Poderes se mantiene como una película muy entretenida.