Los juegos de estrategia (RTS) nunca han sido mi fuerte. No, no lo han sido. ¿Me gustan? Por supuesto, y pasé por Age of Empires, Rise of Nations, Warcraft y el legendario Starcraft, así que probé lo mejor. Sin embargo siempre hay espacio para conocer otros títulos y más cuando son de la corriente independiente. Infested Planet es un juego exclusivo de Windows y Mac vía Steam, de la compañía Rocket Bear, que simplifica lo que sabíamos de la estrategia y nos pone al mando de cinco soldados, que por cierto son espaciales, y los avienta al ring contra miles y miles -de verdad que son miles- de bichos. ¿Vale la pena el intento?
Infested Planet
Infested Planet carece de un video de inicio con gráficos realistas que te quitan el aliento. También le falta un menú súper avanzado que te ponga a dudar qué hacer. Es tan sencillo como seleccionar entre los únicos tres modos de juego que tiene: Skirmish, Campaña y Reto Semanal.
Skirmish. Su nombre lo dice todo y es por mucho el más divertido de los tres. Es muy básico, tanto como empezar con cinco soldados, los menos letales que uno puede tener, y un mapa para conquistar. El reto consiste en ir destruyendo los edificios enemigos que están colocados en puntos específicos y apoderarnos de esa zona. Una vez que lo logramos, se convierte en territorio propio, y podremos generar más soldados para nuestro batallón. Sin embargo estos no se generan con gas, mineral, maíz, comida, kudos o como quieran llamarle, sino con BP que se intercambian por mejoras, soldados, artillería, etc.
Lo que importa es lo de adentro
Cada punto arrebatado a los bichos, aumentan nuestros BP en Infested Planet, y será nuestra labor administrarlos correctamente para usarlos en lo que creamos sea mejor. Y no, más no es mejor. Claro que no solamente es cuestión de “soy el rey del mundo y les gano a todos”, sino también de proteger nuestro territorio, que resulta ser mucho más fácil para nosotros que para los mismos bichos.
Al morir alguno de nuestros soldados tendremos que esperar sólo unos segundos para que reaparezca uno del mismo tipo, pero en otro de los bunkers que tenemos. Me refiero al mismo tipo, pues cuando iniciamos el nivel, como les comenté, son soldados con metralletas efectivas pero ligeras, y que al invertir nuestros BPs en mejorarlos así se quedarán para siempre, a menos que decidamos gastar más en ellos y hacerlos aún más letales. ¿Cómo? Con lanzallamas o comandantes que arrojan misiles y hacen ver ridículos a Los Indestructibles. Es importante señalar que a veces, los soldados rasos no son suficientes a pesar de ser muchos, hay que mejorarlos y tendremos que sacrificar cantidad, por eficiencia, es decir que regresaremos elementos al bunker para recuperar BPs, y con esos mejorar a alguno de los que están en batalla.
El modo Skirmish de Infested Planet está divido en ocho escenarios. Dos para cada nivel de habilidad y la dificultad va incrementando no porque los bichos sean más veloces, inteligentes o sagaces, sino porque nos lanza virus y nidos, aumentan en cantidad, haciendo los asaltos más complicados. Los primeros niveles, mezclan las torretas de proyectiles con virus y nidos que generan bichos constantemente. Todos pueden regenerarse una vez que los hayamos destruido y esto pasa por dos factores: dejar pasar el tiempo y no tomar las instalaciones. Así que si pensaban que las larvas se acababan en algún momento, están mal, nada más sucede si destruimos el bunker enemigo. También hay que tener cuidado dónde pisamos, pues conforme avancemos minas de esporas se asientan en el terreno y no perdonan, matan una vez que explotan y lo hacen con un considerable radio de acción.
Cada misión de Infested Planet tiene su parte de emoción, pues los mapas quedan de tal forma que tenemos más de una manera de llegar a los puntos enemigos, lo que nos genera ventaja para atacar de varios lados, pero nos debilita en personal, pues si nos dividen, es más fácil vencernos. Más o menos así va el dicho. Una vez que ganamos todos los puntos, se acaba la misión y ganaremos, sin embargo no es nada sencillo, pues las primeras pueden tardar desde quince a 30 minutos si somos muy novatos, hasta llegar a tres horas en un mapa. Así de irregular es la dificultad, pero sin tomarlo a mal, pues entre más avancemos, mejor será el reto. Se los digo con mis ojeras como testigos.
Campaña, el modo quizá más demandante de Infested Planet pero reducido en diversión. Es bueno, pero sentí que fue muy largo, ya que con 28 misiones incrementando dificultad, y por ende duración, estamos hablando de más de 30 horas. En este modo tenemos los mismos recursos, cinco soldados que deben de ir acabando con los bichos y sus estaciones a través del mapa, con la intención de colonizar nuevamente el planeta.
Contamos con un capitán, Drake, que es el clásico cliché de “mis chicharrones truenan más que los demás”, quien tiene cierto aire rebelde pero casado con la guerra, armas y todo lo que implique destrucción. Él nos guiará durante la mayoría de las misiones -si no es que una científica guapísima se pone en su camino- dándonos órdenes de los lugares a ir, las armas a usar, ayudas externas y sin faltar los consejos y a veces comentarios estereotípicos. Éstos últimos pueden llegar a veces a molestar pues los cuadros de diálogo estorban un poco.
Lo interesante del modo campaña es que no tendremos siempre desbloqueadas todas las armas y construcciones, suena lógico, y tiene un por qué: no se trata de avanzar en la historia, sino de lo que vamos a necesitar en esa misión para sobrevivir. Quizá suena raro, pero en la tercera misión ya estaba recibiendo ayuda de un helicóptero que dejaba a soldados en el frente de batalla, toda vez que perdía uno. Algunas misiones más adelante, nomás la ayuda de torretas, y sin los fusiles que previos episodios había podido usar. Eso es lo menos convincente del modo campaña, que lo permitido para utilizar depende enteramente de la propia dificultad y de los peligros por venir, pero con eso aprendemos a usar todo el arsenal.
Terminar una misión exitosamente nos dará dinero -no tengo que aclarar que no es real- el cual puede ser usado en la tienda del juego. Busqué llaveros y tazas para todo el equipo de Anim-Arte pero únicamente hallé mejoras de armas, extras para las misiones tales como un soldado más al iniciar, ayuda de salud, torretas con mayor efectividad, soporte aéreo más choncho y otros. Aunque no hay que perder de vista que hay armas y/o ayudas que son tan buenas e impresionan tanto, que querremos usarlas siempre, y no será posible. En mi opinión esto fue de repente molesto, no sentí que avanzara de nivel más que de dificultad, y eso no es precisamente lo que busco en un juego.
Reto Semanal es el online de Infested Planet. Así como lo dice, cada semana se generan tres retos, bronce, plata y oro, cada uno con diferentes premios al acabarlo pero casi con las mismas reglas, sí, las mismas de siempre. Tranquilos, no desesperen que aquí hay dinero para irse de compras a la tienda. Regresando a las misiones, es realmente sencillo: una vez más matar a cuantos bichos nos pongan enfrente, destruir sus edificios y tomar las instalaciones para hacernos de territorio.
Por cada logro iremos obteniendo más dinero y con esto se nos otorgará un ranking mundial, pero siendo sinceros, no hay demasiada gente en línea o yo soy muy bueno pues estoy en el puesto 120. Es obvio que entre mejor el metal de la medalla del reto, es mayor lo complicado del mismo. Pero nada que no podamos superar si ya nos aventamos el modo Skirmish, el cual en verdad nos prepara para ir al mundo real.
Viscosos pero sabrosos
Los bichos, que después de analizarlos detenidamente y dejarme ganar varias veces -dejarme ajá- entendí que la escoria a la que enfrentamos, no tiene un pelo de tonta. Ya expliqué que salen como cucarachas -y eso parecen- de los nidos puestos alrededor de los bunkers, y detienen su producción cuando no hay ningún peligro latente, sin embargo aumentan la velocidad cuando más nos acerquemos, pues nos detectan a la distancia, no precisamente cuando ataquemos.
Una vez que estemos en su rango de visión irán hacia nosotros y se concentrarán en los soldados. Y aquí es donde probé mis dotes de estratega, al usar un grupo de combatientes que sirvieran de señuelo, mientras uno más pequeño se intentaba filtrar por otro lugar para atacar por la retaguardia: no funciona, de verdad que no. Son hábiles y como se generan tantos, el río de bichos se divide y unos van por allá y otros por acá. O sea, es pura fuerza bruta para abrirse paso.
Sí, son larvas o capullos con patas que solos no provocan peligro, pero en conjunto son letales siempre. Y como tales capullos, se mutan y convierten en unas criaturas más rápidas, grandes y temerarias. Y aquí es donde se facilita el “dejarse ganar”. Se pone más agresivo el ambiente, y en esta parte es donde más precavidos debemos de ser con administrar los recursos, pues los soldados que antes eran muy eficientes, ahora son simplemente muy útiles nada más. Si llegasen a morir todos los elementos en el frente, durante el tiempo de regeneración de los mismos, los bichos irán por nuestro territorio sin piedad.
Debemos de tener mucho cuidado en confiarnos de no ver actividad en los sitios donde hay bichos, pues después de un rato pueden empezar a buscar su expansión a nuestros puntos, o reconquistar lo que se les arrebató. Recuerden que Infested Planet es un juego de dos bandos, y entre ellos se cuidan las espaldas, así que será común ver larvas de otros bunkers asistir al que estemos atacando.
Y lo más bonito y tierno de Infested Planet es que conforme pase el tiempo y no vayamos acabando con las colonias de repugnantes seres raros, irán mejorando su biotecnología, haciéndose más fuertes, mutando en bichos diferentes, obteniendo armas -no quieren esto-, incrementarán eficiencia y tino en los disparos de virus, e incluso estos últimos acabarán más rápido con nosotros, etc. Agreguen cientos de etcéteras que más allá de hacerlo más difícil, lo harán más rápido de perder.
Tecnología hiperespacial
No quiero profundizar mucho en el tema de la presentación gráfica y el aspecto técnico, porque sin demeritar, Infested Planet no está hecho para impresionar demasiado a la vista, ni al oído. No quiero decir que es malo, ni que es feo, simplemente es muy sencillo. La música es buena, clásica de batalla espacial y con fanfarrias para levantar el ánimo. Es agradable y por momentos pasa desapercibida, aunque depende mucho del volumen o nivel de concentración. Nada para resaltar aquí. Gráficamente, se nota que es un juego con buenos acabados nada más, pero por su poco detalle en sombras, movimientos y texturas, se queda ahí, en bueno a secas. Les repito incansablemente, no es feo, nada feo, pero incluso considero que podría ser un juego llevado a tabletas electrónicas, pues no ocupa tantos recursos de la computadora.
Infested Planet es matar cucarachas y sus cientos de derivados con las decenas de tecnologías que mejoran. Y uno con poquitos soldados. Es una versión de Los indestructibles -usaré de nuevo la referencia- en el espacio. Oleadas que parecen no terminar y dejar rastro de líquido rosa a su paso. Fuerza bruta al 90 por ciento, estrategia al cinco y administración de los recursos al 50 por ciento. ¿Sí sumé 100 verdad?
Infested Planet exige paciencia en cada nivel, la suficiente para aguantar los embates, poco a poco avanzar, y después atacar en el momento justo. Me divertí mucho, la mayoría de las ocasiones, pues el modo campaña me deja esa sensación de haber probado un bocadillo fino y luego esperar a que pase otra vez la bandeja. Quería quedarme con esos helicópteros, torretas, fusiles, lanzallamas, unidades médicas, sargentos, en fin, no pude, tuve que continuar con cinco comprometidos pero a veces insuficientes soldados. Y sinceramente, llegó un momento en que el juego perdió mi interés, cuando se convirtió en repetitivo a pesar de los diferentes objetivos.
No soy partidario de hacer comparaciones, pero si lo suyo son los juegos de estrategia, y son experimentados en este ámbito, es probable que terminen de cierta manera decepcionados al ponerlos al lado de títulos de renombre. Si por el contrario, son nuevos en este género, Infested Planet es una gran manera de comenzar con algo sólido, entretenido y con buena calidad, aunque le faltan algunos pequeños argumentos para dar mucha más batalla. Espero con elevadas ansias una segunda versión, apuesto porque será mucho mejor, y lo deseo sobremanera.