“La prueba suprema de virtud consiste en poseer un poder ilimitado sin abusar de él”. Así lo dijo Thomas Macaulay, político británico, y le respondo que mi interés por tener virtud es nulo. No quiero y no se me antoja por ningún motivo ser virtuoso. Así, engreído y sobrado de confianza es como quiero abrazar al poder y presumirlo. Eso es lo que Delsin Rowe diría al respecto. Yo reseño Infamous: Second Son, y con esa misma confianza que él se siente les digo que lean para convencerlos de lo interesante que es.
Infamous: Second Son
Infamous: Second Son es la tercera entrega de la saga de Infamous, obra nuevamente de Sucker Punch en exclusiva para la PlayStation 4. Atrás queda Cole McGrath, ahora somos Delsin Rowe, un joven que entre sus pocos atributos está el ser un artista urbano, un chico con un respetable humor negro, viste de manera relajada y su rebeldía se ve atrapada cada vez más con su hermano sobreprotector Reggie.
¿Cómo es que Delsin puede mantenerse fuera de problemas con un hermano así? No lo hace, y al contrario, se burla más de Reggie, como si retarlo hiciera que él dejara de preocuparse, algo que difícilmente sucedería, pues el mayor de los Rowe es sheriff de Salmon Bay, la localidad donde ambos viven.
Quiero ser bueno… o malo tal vez
¿Y la ciudad? Seattle se encuentra bajo la constante vigilancia -yugo es más apropiado- de la DUP (Departamento de Protección Unificada), un cuerpo de seguridad altamente entrenado para detener y encarcelar a los conductores, seres con poderes que ahora son llamados bioterroristas.
La jefa de la DUP, Brooke Augustine, es la ironía andando, pues ella misma es una conductora cuyo poder reside en incrustar concreto en las personas evitando que se muevan. Bueno, eso no es lo peor, lo más alarmante de todo es que es una verdadera desgraciadísima hecha y derecha que odia a los de su misma condición. Resulta ser mucho peor que cualquier novia cuando ve que otra dama nos pone un comentario cariñoso en Facebook.
Pues resulta que Delsin es testigo de un grave accidente automovilístico en el cual se ve involucrado un transporte de la DUP donde viajaban tres conductores, y por lo catastrófico del evento dos se escapan. Pero es uno el que nos interesa, el que es rescatado por Delsin y de quien absorbe su poder. Ahora que nuestro protagonista se sabe con la capacidad de convertirse en humo para moverse rápidamente, él mismo decide perseguir al conductor para entender por qué lo hizo y exigirle que lo regrese a su estado humano común y corriente. El único momento en el que protagonista se siente con dudas sobre sus habilidades.
Una vez que Delsin logra aclarar sus dudas, momentáneamente se encuentra con que la muy infeliz villana de Augustine ha aplicado sus poderes sobre una tribu Akomish, a la cual Reggie y él pertenecen. La jefa de la DUP, sospechando del hermano menor, lo aprisiona al suelo amenazándolo de matar a la tribu si no confiesa. Aquí tenemos la primera decisión importante en Infamous: Second Son y deberemos escoger qué decir a Augustine, lo que hará que nuestro personaje sea un héroe o villano de ahí en adelante.
Lo que sigue en la historia es mera venganza, seamos o no buenos, pues con la ayuda de Reggie, Delsin irá a Seattle a buscar a Augustine para absorber su poder y quitarle el concreto a toda la tribu Akomish.
¡Ya tengo el poder!
No, definitivamente Infamous: Second Son no es un juego que cuente con una grandísima historia, sí tiene dos o tres pinceladas de drama que a cualquiera conmovería, pero no pasa de ahí. Puedo asegurar que por largos momentos uno se olvida para qué está luchando y se concentra más en darle varios cachetadones a los agentes de la DUP, nomás por el gusto de hacerlo.
Infamous: Second Son es en realidad un intento de sandbox, o mundo abierto, en donde podremos explorar una Seattle virtual en busca de la DUP, de agentes encubiertos, cámaras de seguridad escondidas, grabaciones con revelaciones acerca de la Policía y realizar algunas misiones secundarias.
Realmente será imposible interactuar con el 90 por ciento de la ciudadanía, ni podremos entrar a ningún lugar que no tenga que ver con la DUP. Así que básicamente estaremos ahí para aplicar el “fuego a discreción” -que de discreto no tiene nada-. El restante diez por ciento, como en anteriores entregas, son personas que resultan heridas y podremos sanarlas o rematarlas, músicos, manifestantes y miembros de pandillas. A estos últimos deberemos destruirles su pequeña hielera cargada de drogas, ya depende de nosotros si los matamos o neutralizamos.
La vista siempre es en tercera persona y la mecánica de combate se mantiene similar, disparando energía o algún tipo de poder/habilidad a nuestros enemigos, mezclado con algunos ataques físicos cuerpo a cuerpo. Un cambio notable, realizado supongo para mejorar el flujo del gameplay, es que se han evitado los clásicos sistemas de cobertura, por lo que el combate te obliga a ser más preciso y estar más en movimiento para evadir los disparos enemigos.
La exploración en Infamous: Second Son también es bastante más ágil, pues ahora hay ductos, chimeneas y toda clase de elementos que podremos usar para acelerar nuestro viaje (convirtiéndonos en humo por ejemplo) y llegar más rápido a la punta de los edificios o brincar hacia la cuadra siguiente de inmediato.
Delsin podrá absorber los poderes de otros conductores, siempre alimentándose de esa base de energía, la cual nos llenará un medidor que debemos ir administrando para no agotarlo en algún combate. También podremos acceder a ataques especiales, que además de ser limitados en cantidad serán muy potentes. Hay que tomar en cuenta que sólo es posible tener un tipo de energía a la vez.
Los poderes disponibles comienzan con humo y neón, pero hay algunos más conforme avancemos en Infamous: Second Son, los cuales absoberemos de otros conductos con su propia historia. Tendremos que desbloquear más y más habilidades, esto sólo sucede cuando absorbemos núcleos de energía que se encuentran en generadores estacionarios, con los que se alimentan los artefactos y edificios de la DUP. Obviamente para llegar a ellos, deberemos pelear con varios agentes.
Una vez absorbido el núcleo, dispondremos de más maniobras ofensivas y mejoras. Hay otras fuentes de energía, las cuales son fragmentos de núcleo y se encuentran en lectores de retinas colocados en accesos a Seattle y de drones que sobrevuelan la ciudad en busca de conductores. Estos fragmentos, ayudan a liberar más “armas”.
Karma y atracciones turísticas
Recordemos que en Infamous: Second Son tendremos la posibilidad de ser chico bueno o malo, en este caso se le denomina karma rojo cuando queremos ser antagónicos, y azul para ganarnos un lugar en el cielo de los conductores -debe haber uno-.
Un indicador en la parte superior izquierda nos avisa si estamos convirtiéndonos en héroes o villanos y esto se determina con nuestras acciones, no es necesario matar a los agentes, sino sólo neutralizarlos. Quitarles la vida aumenta al karma malo, hacer lo segundo nos incrementa el karma bueno. Así de fácil, ustedes deciden si le quitan la silla a la abuela o la ayudan a cruzar la calle. Destaca que se puede ser ambos al mismo tiempo, pero para ser un verdadero contendiente para la batalla final, una vertiente debe ser tomada. Ya podrán jugar por segunda vez y ser lo opuesto.
La ciudad de Seattle está dividida en distritos y cada uno muestra en el mapa los lugares donde se concentran las comunicaciones; nuestro deber es destruir las torres donde están las antenas, lo que permitirá ver la ubicación de todos los policías, drones, puestos militares, prisiones de civiles, cámaras, grabaciones, agentes encubiertos y lo más importante: nos muestra dónde está la misión final de ese distrito. Ésta última es visible hasta que se ha liberado la zona en un 70 por ciento del yugo de las autoridades. La misión consiste en darse un tiro bastante entretenido con varios elementos de la DUP y muchos de ellos son conductores, incluso hasta nos avientan uno o dos helicópteros con misiles.
Infamous: Second Son cuenta con varios jefes en diferentes momentos. No son difíciles, pero sí tardados y hay que encontrarles el modo. Sin embargo, a pesar de no ser muchas las maneras de atacar, sí varían en frecuencia y no siguen patrones, a pesar de que se deban cumplir ciertas cláusulas para debilitarlos. Todos se regeneran, así que hay que ser constantes en los ataques. Donde más requerirán paciencia y mucha destreza es en la mera batalla conclusiva, que no arruinaré, pero en definitiva requiere una gran inversión de tiempo y recursos.
Piratas de los trofeos de PlayStation, siéntase tranquilos, pues son sumamente fáciles de conseguir, aún con en el que solicitan acabar el juego en el modo más difícil y en el que se requiere terminar por segunda vez la historia. Dos vueltas a Infamous: Second Son desbloqueará el platino tan preciado para muchos, y si ya jugaron los anteriores sabrán que lo más tedioso es encontrar todos los coleccionables.
Delsin es la onda
Delsin Rowe hace al juego, con su actitud, su manera de ser, su magnífico doblaje hecho por su majestad Troy Baker (The Last of Us, Bioshock Infinite), y sus poderes. Esa es la verdadera esencia de Infamous: Second Son, no la historia, ni la ciudad, mucho menos los malosos, es él.
Nuestro protagonista, al contrario del siempre dubitativo Cole, disfruta ser un conductor, adora tener un poder infinito en sus manos,y usarlo para flotar a enormes alturas, trepar altísimos edificios, correr a gran velocidad, disparar y hacer el bien o el mal. Él se siente un rey, así lo hace ver al gritar de emoción cuando sale lanzado por los aires, cuando gana una batalla o incluso al momento de ser fotografiado y saludado por los peatones de Seattle. Sí, leyeron bien, si deciden ser buenos serán admirados y tendrán fanáticos por la ciudad.
Algo que me hizo reír mucho, fueron las bromas telefónicas que se dan cuando se libera la misión final de cada distrito. Consiste en ir a un espectacular y pintar un grafiti, hablar a la DUP y reportar un acto de vandalismo, el mismo que él está realizando. Y con esa misma excitación, enfrentará a los elementos de seguridad que se avecinen.
Hay dos poderes que valen la pena todo el juego, que los ejecuté varias veces y no me cansé nunca. El Comet Drop, que consiste en caer desde una buena altura -recomiendo el Space Needle– y asestar un golpe en el suelo, destruyendo casi todo lo que esté a su alrededor. El efecto está tan bien logrado, que la emoción no se me pasaba ni después de la décima vez. El fuego, el humo, los gritos, la cámara lenta logran imprimir lo que Infamous: Second Son estuvo anunciando desde los inicios: explosiones, golpes, velocidad, luces, colores vivos en una ciudad con clima un tanto apagado.
El otro es cuando desatamos la bomba, que se trata de lo más destructivo de cualquier tipo de energía que estemos controlando en ese momento. Aquí Delsin acaba con todo a su paso con una cantidad impresionante de poder, suficiente para que nadie salga vivo. ¡Súper cool!
Fuera de los vistosos poderes, los contrastes de los colores que emanan de la energía de Delsin junto con la lluvia, las nubes, los edificios sucios, son lo que más impacta a la vista, sin olvidar que los paisajes vistos desde la azotea de un edificio logran fotografías impresionantes, dignas de fondo de pantalla, y para eso existe un modo específico, para ponerle filtros a las tomas y guardarlas, ya sea para compartir en las redes sociales o para que las tengamos ahí en un álbum familiar de nuestro viaje a Estados Unidos.
Otra de las posibilidades en Infamous: Second Son es la de hacer grafitis en diversas paredes de la ciudad, donde decidiremos si es uno con mensaje bueno o malo, y también repercutirá en nuestro karma. Lo interesante es que deberemos girar el control como si agarráramos una lata de aerosol, agitarla y presionar un gatillo moviendo el Dualshock 4, representando la acción de pintar. La bocina del mismo, reproducirá el sonido del balero dentro de la lata. Genial.
Tecnología nada infame
Siguiendo con el aspecto gráfico, las texturas están muy bien logradas en edificios, agua, vegetación, pavimento. Las expresiones faciales pueden llegar a ser acartonadas por momentos, y de repente los movimientos de los actores principales se notan mecanizados, sin embargo los mayores recursos se utilizaron en Delsin, quien sí luce muy natural en todos los aspectos, sin llegar a ser lo máximo.
Son muchas las posibilidades del accionar del personaje, pero su modo stand-by merece un reconocimiento, ya que al estar aburrido puede sentarse, bailar un poco, saludar, posar para la foto, emular una batería en sus piernas, bostezar, etc. No es un tipo estático y lo deja muy en claro. La PlayStation 4 tiene el poder de darle mayor vivacidad a los protagonistas y hacerlos sentir no sólo como el ente que controlamos sino como parte viva de su ecosistema digital, pero esperamos que esto se extienda a más personajes y no sólo al principal.
Si me preguntan por la banda sonora de Infamous: Second Son, les diré que tiene sus altos y sus bajos, y el sonido industrial que le metieron la hace interesante y amena por momentos, pero nada más. Claro que la tengo y la he escuchado, pero no la he repetido demasiadas veces. Queda bien durante el juego y combina con el concepto, pero fuera de él no es más que música que nos hace recordar escenarios. Hay temas que podrían omitir en una lista de reproducción.
Mi poderoso veredicto
Infamous: Second Son vale la inversión por experimentar el poder en tus manos. Sí, el título te hace sentir omnipotente e intocable, dándonos la oportunidad de decidir si somos héroes o villanos cuantas veces se nos antoje. No es algo nuevo, pero sí luce mucho mejor que antes. El juego carece de una historia convincente y que nos haga engancharnos con ella, pero más bien es un pretexto para el despliegue impresionante de tecnología y habilidades.
Me encantó, tanto que me tomé mi tiempo de exterminar a absolutamente todo lo que oliera a policía y acabé como un héroe ante la sociedad. Eso no quiere decir que haya espacio para hacer más cosas al finalizar la historia, pero realmente no queda nada más que dar uno que otro vuelo, saltos por aquí y por allá y a lo mucho acabar con uno que otro elemento de la DUP que se nos haya olvidado junto con algún coleccionable.
Por la naturaleza de ser bueno o malo, es posible que amerite una segunda ronda, con la cual sacaremos ese platino que muchos buscan, pero después de eso, no motiva a continuar recorriendo las calles de Seattle. El combate es interesante, pero se sigue sintiendo como que algo le falta después de tres capítulos.
No me malinterpreten, Infamous: Second Son es buenísimo al menos la primera pasada, muchas veces querremos encontrarnos con varios chicos malos y soltar esa hermosa bomba que destruye todo a la vista, correr y repetir el proceso. Explotar los poderes de Delsin y el doblaje de Baker hacen de Infamous: Second Son una experiencia de verdad muy buena y que queda como un excelente recuerdo. La interacción con el resto de la ciudad no tanto.