Uno de mis propósitos de Año Nuevo fue experimentar con nuevos géneros. Cuando supe que Hyperdimension Neptunia Victory era un JRPG exclusivo de PlayStation 3 donde los personajes son chicas lolis que viven en un peculiar mundo llamado Gamindustri y cada una administra un país que representa una consola de videojuegos (con nombres tales como Planeptune, Laststation, Lowee y Leanbox), supe que este título era justo lo necesario para iniciar mi travesía.
Hyperdimension Neptunia Victory
La historia de Hyperdimension Neptunia Victory sería difícil de explicar, pero podemos resumirla en una trama vacía que toma referencias de todo lo que le gusta a los japoneses, desde chicas preadolescentes en provocativos atuendos hasta tecnología geek y videojuegos. El argumento nunca intenta ser serio y se burla de sí mismo, aunque a veces lo hace de manera demasiado frecuente.
Ignoro si uno de los gustos otakus es tener una montaña de texto antes de poder pasar a la acción del juego, pero esta es la premisa universal en Hyperdimension Neptunia Victory. Básicamente, cualquier acción que intentes realizar está precedida por toneladas de letras, ya sea para equiparte un nuevo ítem o siquiera para enfilarte hacia alguna batalla.
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A esto le sumas que la presentación de Hyperdimension Neptunia Victory es horrible; no soy ajeno al estilo de novela gráfica, como Phoenix Wright (de mis juegos favoritos), pero por si la cantidad de diálogo escrito no fuera suficiente, el título abusa de esas típicas conversaciones ilustradas por la imagen del personaje en pantalla, en este caso con evidentes limitaciones para mostrar la mínima expresión, ya que cuando algunas de las chicas tiene la decencia de hablar se mantiene la misma ilustración… quizá con los ojos diferentes.. Las pláticas se vuelven monótonas, con los mismos cuadros de conversación repetidos una y otra vez.
Por si fuera poco, el desarrollo de los protagonistas, parte esencial en cualquier RPG aunque sea uno no tan serio, se reduce a ser una loli que comanda una nación como princesa totalmente desconectada de la realidad hasta que saltas a otra dimensión donde puedes seguir siendo una mantenida.
Un JRPG unidimensional
Todos los personajes son unidimensionales, Neptune (la protagonista) sólo se interesa en jugar videojuegos, dormir y de vez en cuando comer. El resto tiene una motivación intrascendente durante el transcurso de la trama. La mecánica de observar sus insulsas problemáticas cambia de vez en cuando para matar a cierta cantidad de monstruos, explorar la zona o realizar algunas encomiendas adicionales.
Ahora que sí pensabas que sería un gran alivio cuando por fin llegase la acción y entraras a los calabozos, no te emociones tanto. Hyperdimension Neptunia Victory sigue teniendo un look muy genérico, que bien pudo haber salido de cualquier película post Tron, con muchas líneas rectas, acabados metálicos, robots salidos de Los Supersónicos y mezcla de las criaturas más chafas de Monster Hunter. Aquí todo lo que no tiene una estética tipo anime luce terrible y se nota que el motor gráfico ya no está acorde a los tiempos actuales.
Para echarle sal a la herida, en Hyperdimension Neptunia Victory es necesario un grinding (subir niveles a lo güey) bestial para superar la muy inclinada curva de dificultad. El peor momento en mi experiencia fue descubrir al primer jefe pasando los primeros dos episodios, morir, volver a intentarlo, morir y repetir hasta que en mi frustración consulté una guía y descubrí que necesitaba llegar a nivel 25 para desbloquear las habilidades mágicas necesarias para vencerlo. Apenas era nivel 11.
Esto puede ser también un error en el diseño del juego, pues las primeras horas de Hyperdimension Neptunia Victory son bastante permisivas y sientes que tu equipo es invencible, para de repente darte de topes con la pared por un repentino y manchado incremento en la dificultad. Las batallas no sólo te requerirán nivel, sino estrategia para salir avante, ya sea mejorando a tu equipo o debilitando al enemigo previo a atacarlo.
Gracias NIS America… pero es muy japonés
Los combates en sí tienen su complejidad y por momentos son adornadas por secuencias de súper poderes que lucen más o menos bien y representan lo mejor del aspecto gráfico del título. Tienes la capacidad de incrementar tu poder para realizar remates espectaculares y aniquilar más rápido a tus enemigos, pero al mismo tiempo existe la posibilidad de que contra lo que te enfrentas evolucione a una forma más poderosa de sí mismo que, aparte de extender tediosamente la batalla, puede que termine pateándote.
En este momento vale la pena retomar la cantidad y mala calidad del diálogo en Hyperdimension Neptunia Victory. Después de horas de juego, duros enfrentamientos y justo cuando a tu personaje le van a entregar el aparato que le permite transformarse en la modelo del arte de la portada, cuando esperas algo significativo, siguen hablando hasta el infinito, como si sólo se “escucharan” entre ellas mismas.
Estoy consciente que este es un problema más con el género y el público meta al que va destinado que con los escritores en sí, pero sospecho que los mangakas (hay manga de Hyperdimension Neptunia) son los mismos que escribieron todos los diálogos para el juego sin entender que es un medio distinto: interactivo. A menos de que seas un clavadazo de este tipo de títulos, existirá una gran desconexión entre el interés del gamer con lo que sucede en pantalla.
En conclusión Hyperdimension Neptunia Victory es un producto poco atractivo, poco disfrutable y el único interés que puedo verle para un segmento de nuestros queridos lectores es que tiene a chicas lolis en situaciones que ciertos otakus podrían disfrutar (y jugarlo lo más alejado de la Policía). Muchas horas de juego, muchas cosas que hacer, un RPG poco serio y quizá demasiado japonés que peca de tedioso.
[highlight]Hyperdimension Neptunia Victory fue reseñado usando una copia retail provista por NIS America.[/highlight]