Durante la E3 2014, y en el booth de Techland, tuve la oportunidad de observar un video extendido donde nos mostraban las mejores características de Dying Light, el cual ya conocemos bastante bien gracias al cúmulo de tráileres, imágenes y noticias que hemos recibido al respecto. Desde el año pasado lo único que se me venía a la mente al escuchar Dying Light era una combinación de Dead Rising con Dead Island, pero ahora sé que no todo es lo que parece.
Desde el momento en que agarras el control y empiezas a mover al personaje, te das cuenta de que Dyling Light sí es algo nuevo en esta cada vez más retacada propuesta de zombis + FPS; los controles son muy fluidos, aunque si no tienes experiencia con shooters en primera persona se te hará complicado al principio. Las gráficas, por su parte, son impresionantes y a pesar de los súbitos giros de cámara que harás por los movimientos de parkour, jamás me tocó ver algún bug o alentamiento.
Por lo general en estos mundos abiertos com zombis lo divertido es correr entre todos ellos soltando golpes por doquier, pero en Dying Light esto será casi imposible debido la gran cantidad de no muertos (y lo agresivos que son) que verás en una simple horda, a esto le sumamos que son criaturas con esteroides que se mueren por comerte… y esperen a ver cómo se ponen en la noche.
Durante nuestra estadía en Dying Light veremos ciclos completos de día y noche, pero cuando el sol se ponga, las cosas se pondrán frenéticas. Durante la noche hay diferentes tipos de zombis que son más rápidos y fuertes, además de la carne de cañón que te encuentras normalmente durante el día. Más malos, más fuertes y más montoneros, básicamente la idea es jamás vagar después de que se meta el sol.
¿Piensas que ya es bastante complicado con sobrevivir a una zona atestada de zombis? Pues durante el día, y a veces en la noche, habrá grupos rebeldes de humanos los cuales también querrán matarte, ya que son de un bando diferente al tuyo. Ya sabes, la sobrevivencia del más apto implica que combatas también contra los de tu especie.
Para defendernos tanto de humanos vivos y vueltos a la vida, en Dying Light tendremos las clásicas armas postapocalípticas de siempre: un hacha, moto-sierra, una que otra arma de fuego que encontremos, pero dado a nuestro ingenio callejero tendremos un sinfín de creaciones personalizadas como el hacha eléctrica y hasta un lanza llamas; también usaremos nuestro entorno como arma o para distraer al enemigo, como activar puertas o mallas electrificadas. Todo esto junto a las mutilaciones en cámara lenta harán muy divertido matar zombis. ¿Y qué pasa si te encuentras atorado en una horda? Simplemente escala una pared, lanza tu gancho hacia otro edificio y listo, estarás sano y salvo.
En lo que me tocó jugar de Dying Light, el objetivo (al menos en el demo) era sencillo: encontrar las raciones que el gobierno (o no sabemos quién) lanza por la ciudad, con alimento e ítems para sobrevivir, pero para ello necesitaremos cruzar media ciudad repleta zombis y ganar camino a otros humanos. Lo que nos da a entender es que debemos sobrevivir el más tiempo posible hasta que nos salven, mientras al mismo tiempo alguien que parece se divierte con la lucha entre la raza humana.
Durante el hands-on que nos permitieron nuestros amigos de Techland nos dimos cuenta que el personaje innombrado tiene gran control de su espacio, haciendo muy fácil maniobrar por los edificios y el medio ambiente que lo rodea, esto nos servirá mucho para poder escapar de cualquier situación. El control, aunque puede tomar unos minutos en dominar, es responsivo y no será otro rival a vencer como en otros títulos similares.
Desarrollado por Techland y distribuido por Warner Bros. Interactive, Dying Light viene con la firma propuesta de revolucionar el género de sobrevivencia en febrero de 2015, mes en que estará disponible para Xbox 360, Xbox One, PlayStation 3, PlayStation 4 y PC.