Frozen: Una Aventura Congelada es la nueva película animada de los estudios de Walt Disney. Basada en el cuento de hadas La Reina de las Nieves, de Hans Christian Andersen, esta historia estaba en la mente de la compañía desde 1943, como parte de una compilación de relatos del célebre autor, pero los personajes y la ambientación nevada demostraron ser demasiado para la animación de aquel tiempo. Ahora llega con todo el poder de los gráficos por computadora y un jugoso presupuesto.
Frozen: Una Aventura Congelada
Como dato curioso y tras varios cambios en la producción, este filme es también el primero del estudio dirigido por una mujer. Jennifer Lee, involucrada desde la concepción de la animación, terminó siendo nombrada codirectora junto a Chris Buick, quien anteriormente le había entregado a Disney la exitosa Tarzán.
Frozen: Una Aventura congelada nos cuenta la historia de las hermanas Anna y Elsa, princesas del reino de Arendelle. Estas hermanas, que eran muy unidas y compartían mucho tiempo de pequeñas, fueron separadas cuando se demostró el peligro de la habilidad mágica de Elsa: congelar todo lo que sus manos/pies tocan. Después de un trágico accidente donde los padres de ambas fallecen, la responsabilidad de Elsa es asumir el trono, anteponiendo sus miedos y hasta la convivencia con su hermana menor.
Érase una vez…
Hablar de una película animada de Disney siempre es difícil. Estamos acostumbrados a sus historias, hemos visto desde sus ya clásicos hasta sus renovadas princesas. Al saber de Frozen: Una Aventura Congelada, mi primera inquietud fue su historia misma. ¿Regresarían al modelo de sus animaciones clásicas o simplemente retomarían las historias que han demostrado tener éxito en estos últimos años?
Afortunadamente, para mis dudas y para el público en general, el largometraje animado número 53 de la casa del ratón Mickey toma su propio camino y nos ofrece una narrativa que, si bien presenta algunos problemas, se mantiene como una propuesta fresca pero de alguna forma familiar.
Por principio de cuentas, los personajes de Frozen: Una Aventura Congelada son grandiosos. Nuestras dos protagonistas tienen sus personalidades muy bien definidas: Mientras Anna es hiperactiva, curiosa e incluso inocente, Elsa se mantiene callada, reservada y cautelosa de sí misma. La película maneja muy bien la relación de ambas, desde su infancia hasta su separación por las circunstancias que las envuelven.
Y si los roles centrales son muy buenos, los secundarios no desentonan y por momentos roban cámara. Cada uno cumple con su función y de hecho enriquecen un relato que no puedo vislumbrar ya sin ellos. El villano de la historia (que de hecho me sentiría mal de darles detalles) es una bocanada de aire fresco a este rubro, ya que sus acciones se sienten de cierta manera justificadas y son hasta cierto punto maniacamente comprensibles.
Los habitantes del reino de hielo
Anna
La menor de las princesas, un accidente que sufre de pequeña al jugar con su hermana obliga a sus padres a esconder los poderes de Elsa y condena al mismo tiempo a Anna a una vida de soledad sin contacto con la que había sido su mejor amiga y confidente. Ahora busca que su hermana levante el hechizo eterno de nieve sobre el reino.
Elsa
La auténtica Reina de las Nieves. A temprana edad descubrió sus increíbles poderes que le permiten congelar, crear y manipular nieve y hielo a su antojo, aunque también suele salirse de control esta habilidad dependiendo de su estado de ánimo. Ahora ha sumido a su reino en un inverno eterno y todos buscarán convencerla/obligarla de que levante este “maleficio”.
Kristoff
Kristoff no es el arquetípico héroe: no es príncipe, no anda en un corcel y no es a prueba a fallas; se trata de un comerciante de hielo torpe y poco diestro en combate que se crió junto a su alce y ahora sólo intenta regresar el verano al reino para poder continuar su antiguo estilo de vida. Eso sí, agallas y valentía no le faltan.
Sven
La mascota y mejor amigo de Kristoff desde que ambos eran pequeños. Sven es un veloz reno (caribú) amante de las zanahorias y con un talento especial para entender lo que su amo siente y piensa (Kristoff simula hablar por él). Siempre curioso, le encantan las cosas brillantes y frías, y juega con todo lo que se atraviese a su paso.
Olaf
Un muñeco de nieve que ansía el calor del verano. De espíritu alegre y siempre servicial, Olaf pronto establece un vínculo cercano con el resto de la tropa, pero sin duda lo mejor de él es su inocente, involutario y despreocupado humor. Un personaje entrañable que será el favorito de muchos durante varios, varios años y que no sería raro verlo pronto en su propio show.
Clásico musical
¿Los personajes son la única magia en este reino? No. La experiencia de Chris Buick en el ramo y la presencia de una fanática femenina como Jennifer Lee provieron a Frozen: Una Aventura Congelada de la fórmula necesaria no sólo para ser una película exitosa, sino una experiencia que cautiva al público, como aquellas épocas cuando de niños reíamos, cantábamos y nos aprendíamos de memoria diálogos y temas musicales de nuestras caricaturas favoritas.
Frozen: Una Aventura Congelada es volver a las secuencias cantadas, y en este caso todavía con más minutos en pantalla que los clásicos animados que todos conocemos, pero también con una destreza cinematográfica sin paralelo. Cada canción encaja como la zapatilla de la Cenicienta y cuentan con una serie de arreglos que te harán estarlas tarareando varios días después.
Las secuencia inicial nos recuerda aquella del circo de Dumbo, mientras que otras nos muestran baladas más pop y modernas, pero casi todas con la dosis necesaria de ritmo, animación y nostalgia, y aunque la temática es principalmente un cuento de princesas para niñas, no es excluyente para que toda la familia las disfrute por igual.
Icebergs a la vista
Aunque hay que reconocer que Frozen: Una Aventura Congelada no es perfecta. Si bien los personajes están muy bien trabajados, algunas de las situaciones en las que se ven envueltos se sienten un poco o un mucho forzadas. Recuerdo estar sufriendo en uno de los números musicales por el dueto (a mi muy personal opinión) mal planeado, al punto de decir al aire: “¿Por qué no hablan como dos personas normales?”. También el cambio de niña a mujer, a modelo de Loreal de Elsa uno no sabe si tomarlo a broma o a desatino.
Otro punto que debo tocar es el planteamiento central de la historia. Al principio conoceremos detalles sobre las dos hermanas que si bien presentan una problemática, nunca son en realidad resueltos y en cierto punto se olvidan, aunque para esta parte, estos arcos inconclusos son solamente pequeños detalles que a gran escala no son motivos para criticar la trama en sí.
En la parte técnica, Disney se superó a sí mismo y nos entrega uno de las cintas del género que mejor lucen. El sueño de llevar este cuento a la pantalla grande no sólo superó las dificultades del método tradicional, sino que logró hacerlo con una excelsa animación y un hermoso e inventivo diseño de personajes y escenarios. El doblaje, en inglés o en español, es perfecto.
Un éxito marca Disney
Frozen: Una Aventura Congelada parece que tiene todo para el Oscar, es una cintas que se atreve a ir más allá de la fórmula ya establecida y al mismo tiempo nos embarga con el aroma de nostalgia marca Disney. Aunque el largometraje tiene altibajos con algunos de sus números musicales, en general son éstos los que también le dan su propio sello a una historia que nos ofrece una lección más humana y cercana, menos fantasiosa, algo a lo que tampoco estábamos acostumbrados en un cuento de princesas.
3 comentarios
Modelo de Loreal LOL XD
Me encanta la peli y mi personaje favorito es anna
yo ser florencia che mentira mi personaje preferido es el muñeco de nieve