¿Te imaginas que tú y tus amigos se encontraran la armadura de Iron Man? ¿Quién se quedaría con ella? ¿Para qué la usaría cada quién? El cómic Fraction, publicado bajo el extinto sello DC Focus de DC Comics, nos da una buena idea de lo que podría pasar en una situación de ese tipo.
Fraction
Una salida al bar reúne a los cuatro mejores amigos; Trent, Mike, Pete y Ford se vuelven a ver después de años no hacerlo. La salida de Ford del reclusorio y su nueva, reformada y tranquila vida eran motivo suficiente para reunirse, brindar y recordar los viejos tiempos en la preparatoria. Pero desde las primeras páginas de Fraction se puede ver que así como existe una extraña química entre ellos, también hay una ligera línea que separa la amistad del odio.
Para terminar tan grande reencuentro, los cuatro deciden abrir y hurgar algunas pequeñas bodegas como en los viejos tiempos, cuando buscaban vino, cervezas o algo para “pistear” y continuar la fiesta. Pero la vida ha cambiado a todos, mientras que Pete lo ve como una aventura, Trent es ya muy adulto para esas niñerías, Ford no quiere volver a prisión y Mike… Mike es un desgraciado capaz de amenazar a sus amigos con una pistola con tal de que no se echen para atrás y conseguir algo que robar para vender.
Pete tranquiliza los ánimos de todos cuando abre la bodega y les muestra lo que encontró: un traje de batalla como los de los cómics… como el de Iron Man pero en verde y más feo.
¿Qué harías si tú y tus tres mejores amigos se encontraran la armadura de Tony Stark o algo muy parecido a ella? ¿Quién se la llevaría a casa? Fraction toma la mejor salida: la línea que dividía la amistad del odio se llamaba desconfianza, ninguno de ellos sentía que el otro pudiera hacerse cargo responsablemente de la armadura, nadie mejor que uno mismo para tener el traje así que la solución más justa fue dividirla.
Las piezas fueron divididas entre los cuatro amigos y entre todos planean un asalto usando la recién “adquirida” armadura. Tras un altercado en el asalto y para evitar cualquier sospecha, se separan momentáneamente a continuar cada quien con su vida y empieza la odisea de cada personaje por aprender usar su parte de la armadura y así sacar el máximo beneficio personal de la misma.
Las cosas se complicarán aún más en Fraction, pues aparte de sus problemas personales tendrán que enfrentarse a Burke, un mercenario contratado por la compañía que creó la armadura para recuperar el traje robado y asesinar a todo aquel que sepa algo al respecto. Para cumplir su misión, él usa un traje de batalla idéntico al de los cuatro compañeros.
Trent, Mike, Pete y Ford
Trent
Viene a ser una especie de conciencia del grupo. Sin embargo, a veces su sentido de la responsabilidad lo enfrenta con sus amigos, especialmente con Mike. Estuvo casado con una compañera de la preparatoria llamada Janey, pero ella le pidió el divorcio un día que regresó de borrachera con la mesera del bar a su casa. Tiene un hijo llamado Elvis y desea recuperar su familia. A Trent le tocaron las botas y puede volar gracias a sus propulsores.
Mike
Una adolescencia dura moldeó a Mike en un hijo de la chingada. A él le tocaron los guantes, con los que puede lanzar rayos, freír cosas, disparar y un montón de gracias similares. Lo primero que hace tras asaltar la tienda es irse a vengar de su padrastro, Bob McVee, “tostándole los huevos”. Es un dealer de cosas robadas, trafica autopartes y armas principalmente… y quiere “pedalearle la bicicleta” a Trent asumiendo el rol de padre ejemplar y pareja cariñosa.
Ford
Le tocó el pecho de la armadura, así que se puede considerar a Ford como el más timado del grupo. Recién salido de prisión por un delito menor, decide rehacer su vida, pero se enfrenta a empleos mal pagados. Su inseguridad lo traiciona, por lo que cuando la policía empieza a investigar, Ford tiene un choque entre su amistad con el grupo y el no volver a prisión. Planea vender su parte de la armadura para salir de pobre pues trabaja como botarga de pollo.
Pete
Viene a ser el niñote del grupo, pero a la vez quizá el más centrado. Continúa viviendo con su sobre protectora madre, quien al descubrirle el casco le exige que aprenda a usarlo totalmente para su beneficio: tiene visión térmica, nocturna, sintonizador de frecuencias, traductor universal, control remoto y un montón de chuladas. Pete tiene un extraño gusto por las gorditas, lo que le lleva incluso a coleccionar revistas de chubby porn.
El arte de Fraction no es visualmente impactante, pero conforme avanza la historia se da uno cuenta que Timothy Green II imprime su propio estilo a la historia; sus trazos a veces nos recuerdan a algunas animaciones de Nickelodeon, y los colores pálidos y poco vivos acentúan el ambiente.
La autoría del cómic de Fraction es de David Tischman (escritor de American Century, Red Hearring y Bite Club) y logra retratar los problemas de la amistad usando el trillado género de superhéroes de una manera poco convencional. Era lo que intentaba el sello DC Focus, un acercamiento distinto a los súper poderes, con cómics que retrataran más la vida personal que el uso de los poderes en la lucha contra las fuerzas del mal.
Los seis números de Fraction son muy disfrutables. La historia nunca baja y se mantiene vigente con vueltas de tuerca cada dos tomos. El desenlace, sin que deje de ser bueno, se siente forzado debido a que DC Comics decidió cancelar toda la línea DC Focus, obligando a la historia a terminar un poco antes de lo previsto. Pero Fraction continúa siendo una joya escondida de los cómics, que narra de excelente manera como el aburrido día a día de cuatro amigos fue cambiado cuando encontraron una pieza de algo extraordinario.
2 comentarios
las paginas de muestra de este comic aqui publicadas dan la sensacion de estar siguiendo la trama de una pelicula hollywoodense para adolescentes.
De hecho, en algunas partes se parece a Chronicle, pero creo que Fraction cierra mucho mejor, mejora con los números… salvo el abrupto corte final.