Un nuevo clásico. Tras lo que fue casi una eterna espera, un demo no tan bien recibido, cambios drásticos en el sistema de juego, comentarios encontrados y una mítica calificación perfecta por parte de la prestigiada revista japonesa Famitsu, llegó a las manos de todos Final Fantasy XII para la PlayStation 2, un título que,para bien o para mal, con el pasar de los años se valora más su lugar como precursor de la actualidad de la franquicia
Final Fantasy XII
El pequeño reino de Dalmasca es invandido por Archadia, un país militarmente poderoso que vio en la pequeña nación un punto estratégico para sus operaciones, y también un escape al poder y sed de venganza de los emisarios de Archadia. El recién casado heredero al trono parte a la batalla para proteger a Dalmasca pero es herido y muerto en batalla; su padre, el rey, decide firmar un tratado de paz con los invasores… y es aquí donde tomas el control de Final Fantasy XII en una especie de tutorial que te mostrará los mayores cambios en este nuevo Final Fantasy, mientras te apresuras a proteger al emperador, tutorial que termina pronto y con el inesperado asesinato del pacífico monarca a manos del propio jefazo de tus fuerzas, produciendo a su vez que Ashe, la princesa, prefiera optar por el suicidio tras fallecer su padre y su esposo.
La narrativa de este videojuego te transporta algunos añitos después, a Rabanastre, la capital de Dalmasca, ahora bajo el poder del ejército invasor… y como lo mero bueno de un RPG es recorrer la historia de principio a fin y sorprendernos con cada giro argumental dejaremos los spoilers hasta aquí.
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Un fantasía con muchos cambios
Lo primero que vas a notar al comenzar tu aventura en Final Fantasy XII es que la ciudad es gigantesca, con muchos NPC con los cuales interactuar y lugares a donde ir. Los gráficos son muy lindos, extremadamente detallados y con un diseño a veces muy similar a los que vimos en Vagrant Story. Y si crees que la ciudad es enorme, espérate a ver el resto del mundo, dividido en varias zonas y áreas cada una más gigantesca que la anterior y las cuales te tardas a recorrer a veces más de dos horas entre lo que encuentras la salida y lidias con los molestos enemigos del lugar, en un completo mundo en 3D en el cual incluso puedes maniobrar el punto de vista con el stick derecho.
Los enemigos son también parte de la novedaden Final Fantasy XII: Square-Enix dejó de lado las batallas al azar y nos presenta a los enemigos visibles desde que vas por ahí merodeando los caminos de Ivalice, a los cuales podemos elegir evitar o enfrentar, aunque la mayor parte del tiempo ni los podemos esquivar ni es conveniente hacerlo, porque todos sabemos que la única forma de sumar puntos de nivel en un RPG es precisamente aniquilando todo lo que se cruce a tu paso, aunque ahora no tendrá que cargar la batalla ni cambiará la música ni nada por el estilo, todo dentro del mismo plano: los ves, los atacas o te atacan, los matas y sigues avanzando.
Desgraciadamente, uno nota que el impacto de ver a tus rivales enormes y bien detallados se pierde con este sistema, la mayoría de veces alejarás la cámara para tener una mejor visión de lo que sucede y los enemigos se verán rodeados de tus personajes por lo que se pierde mucha riqueza visual.
Por otra parte, el excelente diseño de personajes parece que simplemente no alcanzó para el grueso de hordas de malosos, ya que el modelado de enemigos es más bien chafa y demasiado genérico: vas a ver a los mismos tristes lobos, vampiros y calacas en varios colores y sabores a cada rato… claro, es un mal en todos los Final Fantasy, pero aquí se volaron la barda, los ves tan seguido y hay tan poca variacion que casi, casi te aprendes todos y cada uno de los nombres de las cosas contra las que peleas.
Los jefes tampoco son la gran cosa y, salvo algunos cuantos, la verdad es que también en ese aspecto Final Fantasy XII se queda corto: feos, sin chiste, tontos y muchas veces son sólo una versión más grande, más fuerte o ambas de los enemigos genéricos.
Durante tus viajes también encontrarás algunos enemigos con línea de vida verde, los cuales no te atacan y no se recomienda “molestar” a menos que tengas la magia Libra activada para saber a qué cosa te enfrentas, ya que es común encontrar enemigos de gran nivel regados por ahí, donde aparantemente no deberían de estar… ¡ojo! también hay enemigos de gran nivel que te atacan quieras o no, y a veces ni a huir alcanzas. Libra también te sirve para detectar trampas colocadas en los escenarios.
Gambits y sistema de batalla
¿Y en qué consiste el nuevo sistema de batalla de Final Fantasy XII entonces? Básicamente en que tú controlas un sólo personaje (y si deseas ni a uno manejas), el resto de tus acompañantes atacan solos mediante Gambits, que son instrucciones que “compras” y armas combinaciones para indicarles qué hacer a tus aliados durante la refriega.
Puedes configurar, por ejemplo, un Gambit con la magia Cure y el de Ally < HP50% que indicaría que ejecutara una magia de curación cuando detecte que alguno de los personajes está con 50 por ciento o menos de vida; o el clásico Nearest-Foe + Attack, para atacar a lo primero que tenga enfrente. Las combinaciones son demasiadas entre posibilidades, magias, ítems, técnicas, etcétera.
Ya en el campo de acción verás que tus personajes atacan y realizan su Gambit en cuanto se llena una barrita de tiempo que indica cuando es el “turno” de tu personaje; en lo que la carga puedes rodear al enemigo para recuperar algunos puntos de magia mientras caminas y haces tiempo. Este sistema puede ser bastante tedioso al comienzo, cuando sólo traes a Vash y pasas más minutos haciendo tiempo que atacando.
Desgraciadamente este motor simplificado de juego se prueba a veces nulo en la práctica, ya que con sólo apretar el botón X puedes acceder al menú de acciones para tus personajes, y la acción que elijas cancelará cualquier Gambit o movimiento previamente ejecutado; esto es increíblemente útil para prácticamente todos los jefes y cualquier enemigo de nivel medio para arriba, por lo que al final de cuentas, y sumado a la barrita de espera, el juego termina siendo un RPG por turnos disfrazo de novedad.
Esto no es ni bueno ni malo, pero le quita la magia al supuesto cambio en el sistema. No estoy diciendo que sea un mal sistema de batalla, pero siendo realistas y objetivos, salvo la facilidad con que huyes, no tiene ninguna ventaja real o diferencia ampliamente notable sobre entregas anteriores, aunque pudo tomarse como un plus y una dirección a la que van dirigidos algunos títulos de esta compañía, ya que el sistema de acciones preestablecidas fue usado, más simplificado, en Final Fantasy XIII y Fantasy XIII-2.
Ya en la batalla, las cosas cambia, ya que la variedad de formas de atacar y defender es atractiva: tienes a tu disposición dede tu ataque normal con arma o sin arma; magias negra, blanca, verde, arcana y de tiempo; el uso de ítems; técnicas, las cuales no requieren puntos de magia ejecutarlas y tienen usos muy específicos como robar o pegar cuando estás ciego: Quickenings, que vienen a ser los ataques súper especiales y en Final Fantasy XII, que con algo de destreza y rapidez puedes combinarlos con varios personajes y encadenarlos, el problema es que depletan completamene tu barra de MP; y el clásico summon, en donde invocas a una criatura llamda Esper, la cual se controla sólo lanza algunos golpes, aguanta otros y luego lanza su especial si es que no te lo mataron antes. Los enemigos, por cierto, ya no soltarán dinero, sino algunos ítems exclusivos para que vayas y los vendas.
Pero para poder realizar cualquier acción más allá el uso de ítems y atacar, tienes que tener una licencia, las cuales vas liberando en un tablero mediante LP (Puntos de Licencia) y que obtienes al matar enemigos, muy al estilo del Sphere Grid de Final Fantasy X. Si leyeron en otro lado que el sistema era mucho mejor y abismalmente diferente, les mintieron: el sistema para subir de niveles y mejorar tus habilidades es en esencia el mismo pero con un diseño de tablero ajedrez.
Las licencias también te sirven para equiparte toda clase de armas, protecciones y amuletos, por lo que no bastará con tener el dinero para comprar una nueva y poderosa espada sino tener los puntos de licencia necesarios y haber desbloqueado el cuadrito necesario para obtener dicha licencia. Esto puede ser algo aburrido porque necesitas, primero, matar suficientes monos para tener algo que vender, y que el dinero que obtengas te alcance para comprar el armamento necesario a tus personajes, luego checar que tengas los LP necesarios para equiparte lo que adquiriste y si no… pues pelear –farmear– otro buen rato más.
Para tu aventura, en Final Fantasy XII puedes controlar un máximo de tres personajes al mismo tiempo, con seis en total, aunque en ciertos momentos de la historia se te unirá algún personaje extra a manera de invitado, el cual no podrás ni controlar, ni equipar, ni darle instrucciones por medio de Gambits.
La curva de dificultad y aprendizaje es buena y eficiente, quizá un poco más alta que en anteriores juegos de la franquicia pero es parte del reto. Los Espers también son algo a recalcar, con más de diez invocaciones, la gran mayoría secretas y escondidas fuera del juego lineal, tienes para rato, ya que para poder obtener sus servicios primero tienes que derrotarlos y son bastante intransigentes. Eso sí, las invocaciones son totalmente nuevas; no esperes ver a Shiva, Ifrit y Bahamut por aquí, todos esos legendarios nombres han pasado a ser naves en Final Fantasy XII, aquí encontrarás nuevos summons los cuales en realidad son viejos conocidos: Ex Death y Zeromus, por ejemplo.
Regreso a Ivalice
El sonido y la música están de lujo como siempre, el cambio en el staff no se nota e incluso hay algunas melodías bastante pegajosas que te recordarán los beats clásicos de los juegos de SNES. Las explosiones, sonidos de fondo, magias y derrumbes viene acompañados de un doblaje que no desmerece, en el cual se sacaron un diez: increíblemente, Final Fantasy XII suena mejor en inglés que en japonés, las voces están muy bien actuadas, los actores bien elegidos y los diálogos son precisos y al grano. Las voces del pirata Balthier y su acompañante, Fran, son sin duda las mejores del juego y con ellos se dieron el lujo no sólo de usar filtros con la voz, sino de brindarles un acento muy particular a cada uno.
La historia de Final Fantasy XII es muy buena, usando el mítico mundo de Ivalice de los Final Fantasy Tactics como trasfondo, pero varios años a futuro al contrario del estilo medieval usado anteriormente, en un planeta lleno de razas tan disímbolas y vehículos aéreos que a más de uno le traerá a la memoria Star Wars.
Para contarte la historia, Final Fantasy XII usa sus ya patentados cortos animados que son el sello de la casa, y aunque yo en realidad no veo un brinco impresionante entre los videos del FFX y éste, si hay algunas mejoras sobre todo en fondos y el número de “extras” en las secuencias cinematicas.
El hilo argumental incluye traiciones, sorpresas, rebeliones y un entorno de guerra que diferencia mucho la trama de este juego con las de sus antecesores, donde la princesa aparentemente muerta regresa para reclamar su reino y el llamado traidor intenta recobrar la confianza de quienes lo vieron matar a su rey; desgraciadamente, a veces la historia progresa a cuenta gotas, ya que pasar una escena o dos te puede tomar literalmente horas y horas, aunado a que la mayor parte del tiempo, y para juntar dinero y puntos de licencia, te la pasarás en sidequests.
Y vaya que hay aventuras adicionales: desde cumplir las misiones del clan -que trae algunas recompensas buenas-, encontrar los Espers, revisitar lugares y algunos trueques te mantendrán ocupado y desviado de tu tarea principal desde el comienzo del videojuego. Esto da una duración realmente enorme a Final Fantasy XII en horas de juego, aunque también alarga a veces innecesariamente el tiempo con el que prosigue adecuadamente la historia. El título tasmbién cuenta con montón de detalles clásicos como las magias y los nunca faltantes chocobos -que lucen más rudos y malotes-, así como elementos exclusivos de la saga Tactics, como Montblanc y los jueces del FFT Advance.
Los personajes son de lo mejor que ha habido en Final Fantasy, sin quitarnos a esos monos metrosexuales de los últimos títulos, pero introduciendo una princesa que realmente no actúa como tarada, una chica ruda (piernona y con orejas de conejo) cuya vida está entrelazada al poder de los Magicites, piratas taimados, un traidor que busca restaurar su reino y en general, personalidades ajenas al patrón que se venía manejando en los últimos títulos de la saga, así que si querías ver besitos, escenas mamertas de amor y un romance como cuadro principal para la historia, esta no es tu fantasía.
Final Fantasy XII es un videojuego altamente recomendable, en la misma excelente escuela a la que nos tiene acostumbrados Square Enix, con gráficos que hacen llorar de rabia a las consolas actuales, música mágica, demasiadas horas de juego y una historia diferente e intrincada, pero con un sistema de batalla, que quizá por las altas expectativas y a pesar de lo adicitivo, te deja con ganas de un poco más… o quizá de un poco menos. Final Fantasy XII pide a gritos un lugar privilegiado en tu colección y es uno de los títulos que mejor aprovechó el potencial del siempre vigente PlayStation 2.