El Vengador Fantasma 2 no es más que la secuela de la película de Ghost Rider que se estrenó en 2007. Uno pudiera pensar que un churro de esas proporciones no merecía ni auguraba una segunda parte, al menos que fuera un reboot de la franquicia… pero no fue así. No con Nicolas Cage de por medio, que trata de demostrar sus dotes de estrella del cine de acción cada que tiene oportunidad y casi pide a gritos que lo inviten a The Expendables.
El Vengador Fantasma 2
Para El Vengador Fantasma 2, Ghost Rider (Johnny Blaze, para los conocedores) y su encarnación humana Nicolas Cage tuvieron que ir a rodar la secuela de su fallida incursión al cine a un país donde nadie los conociera y pudieran volver a echar a perder un gran personaje de cómics, el elegido fue Italia.
Cuenta la leyenda que hace algunos años, en un recóndito castillo en lo alto de las montañas con muchos monjes y un radar que no sirve para nada, habitaba un niño al cual había que proteger a toda costa porque era el medio bajo el que se llevaría a cabo una profecía, ¿cuál profecía? La misma de todas las otras películas donde haya una… y El Vengador Fantasma 2 no es la excepción.
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Un negrito llega a advertirles que no están protegidos, que se preparen para lo peor. Como si se tratase de un profeta, llegan muchos militares, pero el pequeño niño escapa junto con su madre por un pasillo súper secreto en su minivan súper secreta.
Casualmente resulta que Ghost Rider andaba de paseo por esas tierras porque hay un templo con otros monjes donde tienen la capacidad de levantarle el hechizo, ya que el templo es muy antiguo y eso es razón suficiente para que un demonio motociclista se dé una vuelta para buscar ayuda profesional. Ghost Rider, sin mediar mayor explicación, decide unir fuerzas con la mamá del infante y proteger al pequeño “Damián” de todo peligro, y al mismo tiempo seguir en la búsqueda del templo donde puedan extirparle el hechizo que lo vuelve una calavera humeante.
Se me olvidó mencionar que la madre en cuestión es una ladrona sexy, pero es de los buenas; el niño también es un pillo de primera, pero como se quieren mucho y tienen una misión importante está justificado que roben lo que quieran.
Ghost Rider y la maldicón de Nicolas Cage
Como era de esperarse en una película tan simple como El Vengador Fantasma 2, en algunas partes Johnny Blaze llega a fraternizar con el pequeño, con trucos de moto que ponen en peligro su vida y mostrándole como Ghost Rider orina como si tuviera un lanzallamas, mientras que la mamá simplemente sonríe ante estas cariñosas muestras de afecto.
Obviamente llega el momento en que los malos les quitan de las manos al chamaco y Johnny Blaze se propone encontrarlo tratando de transformarse en Ghost Rider como si fuera Hulk: viendo la foto del niño y enojándose. Para comenzar su búsqueda se mete a un antro lleno de malvados, porque en Italia todos ellos se conocen, y en el interrogatorio que les hace Nicolas Cage luce todas sus habilidades histriónicas, mostrando la risa de hiena que te va a seguir deleitando los oídos durante su confesión, cuando se está transformando y otros momentos clave de éste impresionante thriller.
A continuación viene la escena clave de El Vengador Fantasma 2, y por la que bien vale la pena bajar éste churrazo (aunque en una escena se asegura que Ghost Rider puede ver todos los pecados de tu alma, incluso el descargar películas piratas, así que cuidado): la batalla de las minas, donde nuestro héroe toma posesión de un vehículo poco común y se gasta más de la mitad del presupuesto de la película en tres minutos de explosiones.
Fuera de ésa escena, pareciera que Ghost Rider está como idiota, porque solo se le queda viendo a los malos y ni los amenaza, ni los ataca, ni nada; aparte, si crees que el superhéroe se mueve siempre como si se hubiera echado unos tequilas, es por una buena razón que se detallará más adelante, conforme avances en la intrincada trama de El Vengador Fantasma 2.
Ahora, continuando con la historia, Roarke, o el mismísimo diablo, interviene dándole poderes a su segundo al mando, Blackout (Johnny Withworth), para que el motociclista fantasma no sea el único ser sobrenatural de la película. Las secuencias de acción con éste demonio tienen un filtro gacho que no creo que sea del agrado de muchos, pero supongo que era necesario porque su poder por sí sólo no está muy espectacular que digamos.
La cinematografía pretende ser dinámica, así como las tomas, pero más bien parece que los directores de El Vengador Fantasma 2 (Mark Neveldine y Brian Taylor) habían consumido muchos estupefacientes y luego metían chistes que sólo ellos entendían. El resto de la película funciona bajo otro filtro amarillento que parece propiedad de Instagram… muy chafa.
Las actuaciones son entre pésimas y olvidables. El actor que interpreta a Roarke es Ciarán Hinds, reconocido en la industria, pero es una lástima que se preste para este tipo de trabajos, peor aún el hecho de que al estar rodeado de tanta mediocridad resulta empapado. De Nicolas Cage no creo que haga falta decir nada, así como tampoco de la modelo de ropa interior que es la mamá (Violante Placido) o el negrito ojiverde Moreau (“Idris” Elba) que es alcohólico solamente para tratar de quitarle lo plano a su personaje, sin lograrlo. Si la historia no salva a El Vengador Fantasma 2 las actuaciones francamente terminan de hundirla.
Estamos ante una gran película de serie B: los parajes europeos, el (super)héroe americano, la chica sexy del acento raro, Christopher Lambert, música techno, un antigüo templo con monjes recluidos y una visita al coliseo romano (o uno para el que les alcanzó el dinero que no se gastaron en la escena de la mina). El Vengador Fantasma 2 es una excelente película para ver en el autobús mientras te quieres dormir o cuando después de cinco años la pase en Canal 5.