Es común a veces descargar un juego para nuestro móvil con el hecho de entretenernos de cinco a quince minutos para esas largas esperas por el camión, en el baño, a que nos dé sueño o a que la novia termine de vestirse… En este caso, Device 6 requiere mucho más tiempo. Hablo de entretenerse a la acción de despejarse la mente y no concentrarnos a fondo en resolver algún rompecabezas complicado. Es más, me refiero a lograr que algún personaje llegue a su destino, dar giros en un coche, escarbar arena o proporcionar agua; no hablo de leer incesantemente. ¿Entonces un juego que es lo contrario a mi descripción, es bueno o malo? Device 6, para iPhone y iPad, del estudio Simogo, puede darnos la respuesta a esta interrogante.
Device 6
Device 6 es un rompecabezas para móviles totalmente fuera de lo común en donde pasaremos el 95 por ciento del tiempo leyendo, cuatro por ciento moviendo el dispositivo y el resto del tiempo resolviendo enigmas. A pesar de que uno lee por tiempo indefinido, no seremos espectadores de una mala historia, aunque sí puede resultar enredosa o difícil de entender. Es imperativo contar con un nivel muy alto de inglés o un traductor a la mano por el vocabulario tan rebuscado que se maneja en el juego, que sin ser pesado, puede llegar a dificultar saber lo que buscamos o la deducción de la respuesta.
Anna es el personaje principal o “player 249”. Es decir, nosotros somos el jugador 249 de nombre Anna. Jugamos con el identificador 249 y Anna es nuestro nombre. Tal vez así de enredado es el juego. Despertamos en un castillo sin recordar absolutamente nada en una habitación donde no existe algo que se nos haga familiar. Como es obvio, y por naturaleza humana, de inmediato investigamos dónde estamos, qué hacemos y, por esencia del gamer, nos empezamos a preguntar la razón por la que compramos el juego. Desde el inicio del mismo, es inevitable verlo con extrañeza pues los créditos de los desarrolladores se presentan al inicio y con un video bien animado y entretenido, acompañado de música que me recordó al agente británico más famoso del mundo: James Bond.
It’s Anna, sweet Anna
Device 6 cuenta con seis capítulos y un epílogo (vale la pena llegar hasta éste), todos con la misma mecánica: leer siempre y encontrar los cuartos que tienen la puerta cerrada, que además necesitan de una clave que se obtiene al resolver un acertijo “escondido” en toda la lectura. Esta se va haciendo simulando que caminamos por pasillos de los lugares en los que entramos, ya sea un salón, auditorio, mansión, etc, y el renglón que vamos leyendo va en el sentido en que Anna camina. Al llegar a una habitación o tener que doblar la esquina, el texto lo hará y continuará con su sentido hasta que se llegue a otro cuarto o corredor. Lo “ejercitante” de este título es que tendremos que arrastrar constantemente, y a nuestro ritmo de lectura, la pantalla del móvil, agregando que en cada giro debemos de hacer lo mismo con el celular.
Device 6 está casado enteramente con el giroscopio, pues es la única manera de leer bien todo lo que Anna está haciendo, recuerden que es una relación de la lectura y la dirección que uno lleva dentro del castillo; vaya, como si las letras formaran el croquis del lugar. Incluso hay momentos en los que mientras las palabras siguen su curso, chocan con otros textos en diferente flujo por lo que tendremos que girar o terminar el párrafo para leer lo demás. La trama se desarrolla en una isla donde Anna recorre varios lugares buscando siempre cómo salir de ellos para encontrar la respuesta a la pregunta que todo el tiempo nos hacemos: ¿Quién es Anna? Aunque siempre se le unen las dudas de por qué su ubicación, los objetos que la rodean, y sobre todo la relación entre los dispositivos y Anna, pero conforme avanzamos es más confuso y a la vez claro el panorama.
No fue raro que me perdiera con este gira-gira constante que además contiene frases fugaces donde se entiende que son los pensamientos de Anna. Sumémosle diagramas de flujo que describen el funcionamiento de otros “Devices”, los previos al seis, que si uno es atento y lógico, nos darán datos importantes sobre la trama. El guion es tan enredado que por ocasiones (y más adentrados en el juego) pensaremos que lo que nos dicen es una pista y no está de más tomar notas durante el desarrollo. No negaré que por momentos los textos parecen estar de sobra y el único fin que tienen es el de llegar a un acertijo para resolverlo y continuar con los capítulos.
Mi vecino y yo tenemos el mismo tipo de casa
Es correcto, un rompecabezas. De estos está lleno el juego y no nos escapamos de regresar tantas veces como sea posible para resolverlos. Cada capítulo tiene como mínimo dos de ellos, pero entre más haya la dificultad aumenta, así que cuando progresen hasta el único que tiene el capítulo tres, desearán no seguir. Haciendo alusión al nombre del juego, Device 6 utiliza elementos electrónicos en todas las cerraduras que nos permiten salir del capítulo, es decir, botones y pantallas con aire muy antiguo que requieren secuencias o figuras para desbloquear los acertijos. Un ejemplo es el del subtítulo actual, donde se nos pide que deduzcamos los tipos de casas y su colocación en una pantalla dividida en nueve recuadros.
En ocasiones tuve que leer más de cinco o seis veces las instrucciones por el juego de palabras tan extraño que maneja, y no será nada raro regresar a otros cuartos para ver detenidamente alguna de las imágenes que ayudan un poco con la narración y pueden ser la clave para la solución. Se me hizo muy original que a pesar de que el videojuego está recreado en una época antigua, los artefactos electrónicos se vean adelantados a esa época, además de que la manera de controlarlos los hace muy atractivos.
Es prudente aclarar a los gamers que la programación dentro de Device 6 raya en lo impecable, pues a pesar de que lo he completado tres veces, siempre es necesario descifrar las respuestas de los acertijos en función de que estos puedan ser desbloqueados; no es cuestión simplemente de ingresar las secuencias y ya, es necesario activar switches en el relato y en el juego que a veces no nos damos cuenta pero que son imprescindibles para poder avanzar. Con las simples respuestas finales no basta.
Se oyen pasos en mi dirección
No cabía de la emoción por llegar a esta parte de la reseña: el sonido. Device 6 lo terminé la primera vez mientras iba en una camioneta hacia un destino turístico por lo que me fue imperativo usar audífonos. Y agradezco a estos por permitirme disfrutar de una experiencia que pocas veces he podido probar en mi móvil. Sí, el audio es una gran experiencia. Todo el sonido está diseñado con filtros vintage que aumentan el aire de antigüedad al juego y así lo plasman en cada botón de los puzles, que además combinan muy bien los sonidos con las imágenes y lo que se supone es la activación de circuitos y mecanismos.
Los pasos de Anna se sincronizan con el movimiento de la pantalla,para dar el efecto de que estamos avanzando en los pasillos hacia algún cuarto, que también al tener puertas y/o ventanas, generan ruidos, todo con una altísima nitidez a pesar de los filtros que ya expliqué. Debo agregar que el efecto de estéreo está muy bien logrado pues en ocasiones se activan grabaciones (que seguramente tienen pistas) y se reproducen constantemente; es sorprendente cómo se escucha cuando nos alejamos o acercamos a la fuente del sonido, dándole muchísimos puntos a la calidad técnica de este título.
Device 6 advierte antes de iniciar, que el volumen debe de estar activado para jugarlo, y en efecto, sin sonido no es la misma experiencia además de que muchas pistas requieren poner gran atención a lo que oímos: grabaciones, canciones, pasos, ambiente, entre otros. Es imposible terminar el juego si no ponemos mucha atención al audio, y además con un volumen considerable.
¿Qué decir del soundtrack? Daniel Olsén hizo un excelente trabajo con música a la medida para Device 6. Desde la canción inicial hasta el epílogo, seremos testigos de tonalidades y ambientes difíciles de no complementar lo que leemos, y sobre todo imaginamos. Las ilustraciones nos dan una buena referencia del lugar donde estamos (perdón, quise decir “leemos”) pero es la música la que nos envuelve en el entorno de Device 6. Olsén mezcla infinidad de efectos y sintetizadores acompañados de instrumentos de viento y cuerdas para generar una atmósfera de misterio que nos provoca querer indagar más y más. Y para que se empapen un poco, aquí pueden escuchar la obra de arte Olsén de manera gratuita o comprar y descargar.
One in a million, that’s you
Me queda claro que Device 6 es un juego que nunca debería de salir de los dispositivos móviles y no sólo por la mecánica de gameplay, pues bien podría jugarse en el Wii U, PS Vita, Nintendo 3DS o cualquier otra consola portátil, pero su corta duración, carencia de gráficos y sencillez, lo atan eternamente a un teléfono celular o tableta.
Efectivamente, es un juego en un millón, de esos que pocas veces me he encontrado y que no hallo descripciones concretas en cuanto a su calificación se refiere. En ocasiones se me hizo bueno, algunas veces malo, otras peor, pero en el final me llevé la sorpresa (y desconcierto) ya que sin arruinarles la historia, termina como uno nunca espera que suceda. Claro que vale la pena, pero no estoy de acuerdo en el precio (3.99 dólares), ya que es difícil que uno termine con ganas de volverlo a pasar, por lo que para algunos sería un desperdicio de dinero.
Es recomendable para quien busca una experiencia fuera de lo común y diferente de disparar, anotar, juntar puntos o correr; más bien es para aquel que desea poner a trabajar a su cerebro pero que además cuente con el tiempo para ir resolviendo los puzles; Device 6 no es un jueguito de cinco minutos, tampoco es para quien busca divertirse de manera casual: es para los que desean un buen reto aunque desgraciadamente sea tan corto. Mi reseña esta vez fue ambigua y probablemente no haya una frase alentando a comprarlo, pero tampoco a no hacerlo. Más bien los animo a que si buscan arte visual, auditivo y buena narrativa, no pueden dejar de probarlo. Si buscan emoción, pues Anna, quédate en la isla.