Gabriel Belmont, ahora convertido en Drácula, está de regreso en el aparente capítulo final de su saga, Castlevania: Lords of Shadow 2, la culminación de una trágica aventura reimaginando el clásico de Konami por el estudio español MercurySteam. Una historia entre sueños, modernidad, criaturas demoniacas y armaduras de alta tecnología disponible para PlayStation 3, Xbox 360 y PC.
Castlevania: Lords of Shadow 2
Esta esperada secuela entrega en su mayoría aciertos en mecánicas de juego, agilidad narrativa, dirección artística y la cuidada banda sonora, sin embargo, en un mar de aspectos bien logrados resaltan aquellos que no responden a la calidad esperada y que alejan a Castlevania: Lords of Shadow 2 de ser el título que quizá todos esperábamos.
Drácula ha abandonado su castillo, los recuerdos le atormentan, visiones de un joven Trevor y Marie, su esposa fallecida, son las estacas que lo obligan a querer morir, dejar de ser inmortal para unirse a ellos, abandonar el camino del rencor que por tantos siglos lo alejó de su humanidad para reencontrarse con sus seres amados. Pero no es sencillo, todo ese poder albergado en el castillo, toda la sangre de venganza y algunos personajes como Cordelia no quieren que Drácula los abandone; no se lo permitirán e intentarán cualquier cosa para hacerlo “recapacitar”.
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Así es como Castlevania: Lords of Shadow 2 lleva la historia del “Hijo del Dragón” en una larga agonía en la que monstruo tras monstruo, pasillo tras pasillo, tendremos que abrirnos paso para recuperar los recuerdos que el tiempo ha robado, mientras al mismo tiempo, como un Drácula agotado, marchitado y con cierta amnesia, nos preparamos para hacerle frente a un viejo: Satán. El argumento vuelve a destacar con la inclusión de las voces de Robert Carlyle (Drácula), Patrick Stewart (Zobek) y Richard Madden (Alucard) en los roles estelares.
Entre épocas modernas y medievales
Prácticamente cualquiera que haya jugado la primera entrega sabe cómo finaliza, por ende Castlevania: Lords of Shadow 2 sólo podía seguir un camino y llevarnos a tomar el control directo del icónico villano de la franquicia, Drácula, para sumergirlo en un drama que toma turnos entre el pasado y el futuro, tanto como un recurso narrativo como para desarrollar su jugabilidad.
Estos brincos temporales suelen tornarse agridulces. Por un lado tenemos la sensación de estar dentro de una novela de Anne Rice (escritora de Entrevista con el Vampiro), con todas esas luces de neón, automóviles, edificios y un vampiro cansado y hambriento caminando por las calles nocturnas. En contraparte, este ambiente nos hace extrañar los primeros minutos de nuestra aventura, cuando éramos un Drácula capaz de destruir a cualquiera, lleno de poder y acabando con ejércitos de la Hermandad de la Luz.
Porque así da comienzo Castlevania: Lords of Shadow 2, con una “ola gigantesca de fuego y vida”, explosiones, ejércitos invasores, máquinas gigantes, caballeros con armadura y un extraño observando desde la lejanía. Después de una intensa media hora cambia radicalmente, dejándonos con unas ganas insaciables de querer saborear de nuevo aquel inmenso poder. La buena noticia es que regresaremos más adelante, la mala, que un ejército de cosas modernas se interpondrá en nuestro tiempo y camino.
Pero si uno llega a soportar las dos primeras horas de escenarios genéricos (en la “época actual”) con pasillos y corredores grises, tuberías rojas sin algún chiste y diseños de un mundo contemporáneo poco inspiradores, el juego se va poniendo mucho mejor, sobre todo cuando al salir de estos primeros niveles que parecen sacados de cualquier shooter, la unión estética de lo medieval y lo moderno en arquitectura como estatuas, calles, algunos edificios y las zonas aledañas al castillo nos recuerda más a lo que esperamos de un Castlevania y el drama se dispara.
A pesar de unos primeras locaciones desangeladas, la dirección de arte y los gráficos de Castlevania: Lords of Shadow 2 por lo general son excelentes. Exploraremos diversos pasajes del castillo, grandes torres, puentes que cruzan horizontes en neblinas, bellos jardines moteados de rojo y lugares oscuros que retratan la retorcida maldad que hospedamos y la que combatimos. El problema, más que estético entre los cambios de era, es que mientras recorremos aburridas calles pavimentadas en nuestra mente ya se quedó toda la emoción de probar el poder ilimitado de Drácula.
El mismo gameplay incluye mecánicas más aburridas en la era contemporánea, donde curiosamente tendremos que usar el sigilo y nos convertiremos en ratas para romper cables eléctricos, poseeremos guardias para avanzar por puertas y escabullirnos mientras lanzamos murciélagos a quienes vigilan el camino. ¿Por qué necesitamos de estos trucos? Porque Drácula simplemente no puede enfrentar a unos guardias de armadura roja, no sólo al principio, a lo largo todo de Castlevania: Lords of Shadow 2. Son más duros que el jefe final.
Además de estos guardias, ahora estaremos luchando contra soldados, mutantes, demonios y hasta mechas, una combinación un tanto rara para un Castlevania, pero que funciona de maravilla a la hora de repartir goles; los jefes de sección también estarán presentes así que es primordial conocer varios combos y el uso de nuestras armas.
Jugabilidad, combate y saltos de vampiro
Esta vez no pelearemos con el látigo Vampire Killer, en Castlevania: Lords of Shadow 2 tendremos a disposición tres armas con diferentes características y utilidades: el Látigo de Sangre, que sirve para ataques de área; la Espada del Vacío, que subirá nuestra vida con cada ataque acertado, y las Garras del Caos, para romper la guardia o armadura del enemigo. Como es clásico, acumularemos puntos de experiencia para profundizar en la ejecución de los combos y aprender nuevos movimientos. Las mejoras que adquiramos podemos llevarlas al iniciar una nueva partida una vez terminado el juego.
El combate en general está muy bien logrado y se nota en mejores animaciones, valores y batallas más entretenidas que en la primera entrega, lo que nos hace preguntarnos por qué incluir aburridas secciones de sigilo que matan la experiencia. Es de comprender que los desarrolladores exploraran elementos para darle variedad y meterle cierto parecido con sus primos en 2D, sin embargo aquí no funciona: por un lado rompe el ritmo narrativo y por el otro convierte a Drácula en un inútil que tiene que transformarse en rata para romper chucherías y, lo que es peor, hacer esto para escabullirse de enemigos a los que nunca podremos enfrentar directamente a lo largo de todo el juego. La sensación de controlar a un omnipotente Drácula se diluye.
Castlevania: Lords of Shadow 2 también tiene varios momentos de plataforma, donde se agradece que la cámara ahora se puede mover libremente con el análogo izquierdo, ayudando mucho en aquellas zonas que a primera vista no parecen ser de utilidad para brincar; aun así la dificultad en estas secciones no es elevada pues recibiremos pistas sobre dónde podemos balancearnos y trepar.
El juego te tomará unas 20 horas de completar si exploras la mayoría de rincones, pero no es un título que termine allí, dependiendo de la dificultad algunas peleas pueden llegar a ser muy largas, además que los jefes tienen técnicamente el triple de vida que nosotros; también hay gran cantidad de arte para desbloquear, una dificultad adicional, la típica tienda de ítems del Chupacabras en la que conseguiremos llaves para entrar a zonas secretas, la arena de los retos de Kleidos (para enfrentarnos a enemigos bajo instrucciones específicas) y la tarea de completar la maestría en cada una de las armas disponibles.
Castlevania: Lords of Shadow 2 es un juego que sobresale en su calidad artística y su pulido esquema de combate, y pese a algunas claros fallas como la historia con altibajos y mecánicas de juego no necesitadas, sirve como un buen colofón a la saga, aunque quizá no como todos hubieran querido. Le falta punch, pero funciona.