Lorene Scafaria hace debut como cineasta con Buscando un Amigo para el Fin del Mundo, filme escrito y dirigido por ella misma, donde intenta plasmar una historia con tintes dramáticos y dejar de paso un mensaje positivo al espectador en pleno vértigo por la extinción humana.
Buscando un Amigo para el Fin del Mundo
Es literalmente el fin del mundo. Sólo es cuestión de semanas para que un meteoro choque con la Tierra y lleve a la extinción a todo ser vivo en el planeta. La sociedad comienza a desmoronarse, los robos y motines en las calles no se dejan esperar, sin embargo, aún hay personas que más allá de su catastrófico futuro alcanzan a ver que el tiempo que les resta de vida lo pueden ocupar en intentar ser felices.
A pesar de lo que quizá aparentan los tráileres promocionales de Buscando un Amigo para el Fin del Mundo, así como de la simpática personalidad del comediante Steve Carell, a quien muchos asociarán con comedias románticas, este largometraje busca su propia identidad alejada de las risas, con una historia que nos salpica por igual de momentos cómicos como de elementos dramáticos mientras plantea una curiosa situación que el mismo nombre de la película propone: buscar un amigo en pleno fin de la humanidad.
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Dodge (Steve Carrell) es un solitario vendedor de seguros que pasa sus días fingiendo que no necesita a nadie. Los recuerdos de su fallido matrimonio aún le zumban por la cabeza y sus compañeros, especialmente Diane (Connie Britton), la esposa de su mejor amigo, insisten en que debe conocer a su pareja ideal, más ahora que el planeta está a punto de ser impactado por un meteoro que borrará todo rastro de vida.
Los días pasan y mientras buena parte de la sociedad se cae a pedazos, Buscando un Amigo para el Fin del Mundo nos presenta la otra cara, la de la esperanza y la reconciliación. Muchas personas se dedican a hacer lo que siempre habían querido, a dedicarle tiempo para lo que no había tiempo, como hablar con viejos amigos, reunirse con la familia, atreverse a perdonar y practicar diversas actividades.
Dodge y Penny
¿Por qué comenzar a vivir y hacer lo que se quiere, cuando se sabe que los días tienen fecha de expiración casi exacta? Sin duda alguna este es el punto fuerte de Buscando un Amigo para el Fin del Mundo, donde reside su alma y corazón al ofrecernos un mensaje casi irónico de todo lo que tiene que pasar el ser humano para finalmente decidirse a ser feliz, aunque sea por unos días. El concepto es claro: no pospongas lo que te hace feliz y mucho menos esperes a hacerlo cuando quizá ya no tengas tiempo suficiente.
La narrativa toma singular fuerza y vigoriza esta encrucijada con la aparición de Penny (Keira Knightley), una mujer que por azares del destino llegó tarde (como siempre lo hace) al abordaje del último avión que la llevaría con su familia. Aunque esto la deprime por completo la lleva a conocer accidentalmente a Dodge, su vecino, quien en un principio se muestra un tanto incómodo con su repentina presencia y más aún con el descubrimiento de una personalidad distinta a la suya, algo más abierta y emocionalmente desinhibida.
Es en este momento en que comienzan a girar un torbellino de sucesos en Buscando un Amigo para el Fin del Mundo, que van desde escapar de una revuelta en las calles, hasta conocer a unos soldados dispuestos a sobrevivir en un sótano, escenas con cierta gracia y un velo de comedia pero que siempre manejan un trasfondo catastrófico. Obviamente después llegan otros instantes más “amistosos” con reuniones en la playa, cenas familiares y la contemplación de la naturaleza, todo envuelto en diálogos sobre “encontrarse con uno mismo” y descubrir una esperanza después de la muerte.
Aunque el mensaje parece obvio, Buscando un Amigo para el Fin del Mundo es una película que muestra la fortuna de dos personas al conocerse y la desgracia de no haberlo hecho antes, dos individuos que terminan su vida haciendo lo que finalmente siempre desearon, se reúnen y se perdonan, pero necesitaron de un apocalipsis para esto. El filme no pasará desapercibido para quienes busquen una obra con mensaje, drama y un par de humorísticos detalles. Las actuaciones de los protagonistas son sólidas y es muy fácil identificarse con uno u otro. El resto de personajes que desfilan en la cinta tampoco son un simple adorno, sino que inyectan distintas emociones entre lo inocente y lo dramático y nos ayudan aterrizar el mensaje que propone la cineasta.
Sobra decir que el trasfondo del fin del mundo es un elemento importante en la historia, más no el centro de la misma, y Buscando un Amigo para el Fin del Mundo no requiere mostrar una gigantesca bola de fuego comiéndose al planeta ni cientos de explosiones anunciando el fin de los tiempo, tan solo un sonido y dos rostros para enmarcar esta cinta, que aún teniendo cierto parecido con Melancholia, de Lars von Trier, guarda una gran distancia, dejando al final dos buenas historias, cada una con sus bondades y que parten del encuentro con la desgracia para reconciliarse con uno mismo.
A pesar de la inherente exageración que conlleva la temática y el escenario de fondo, Buscando un Amigo para el Fin del Mundo es una entretenida película y un formidable espejo para abrir los ojos y darse cuenta que “es mejor tarde que nunca”. Si te interesa conseguir esta película podrás adquirirla en DVD o Blu-ray a partir del 5 de noviembre.