La saga Batman: Endgame llegó a su fin en Batman #40 y con ello una etapa importante para el Hombre Murciélago. Tras la que ha sido su pelea más dura pelea contra el Joker, Bruce Wayne se ve atrapado en lo más profundo de las cuevas de Gotham ante su aparente muerte. Continúa leyendo a sabiendas que hay muchos spoilers para los que se quieren esperar a leer el cómic.
El último episodio de Endgame, aunque anticipaba varias respuestas, especialmente sobre el Joker y su supuesta inmortalidad, más bien abre nuevas interrogantes.
Batman: Endgame
La batalla entre ambos es brutal, sangrienta, como pocas veces hemos visto en las páginas de alguna historia de Batman y todo gracias al talento de los trazos de Greg Capullo. El dibujante nos muestra un Hombre Murciélago como nunca antes, hambriento de la victoria por necesidad, por orgullo, por demostrar algo. Cuchillos, mordidas y hasta las mismas orejas del traje sirven para darle forma al gran combate.
Al final, Batman: Endgame plantea que en algún momento Joker no mostró interés por el Dionesum, la sustancia que lo podría curar de sus heridas y lo vuelve casi inmortal, pues esta sustancia ya fluye por su cuerpo. No huye, no corre, enfrenta a Batman de igual a igual, incluso más rápido y ágil que antes, haciendo dudar a Bruce Wayne si de verdad se volvió más veloz o simplemente nunca se había esforzado del todo hasta la fecha.
Pero más tarde, la caída de estalactita obliga al Joker a buscar al Dionesum para sanarse. ¿Acaso esta herida necesitaba un nuevo baño en aquella sustancia que alargaba la vida? ¿O es que realmente nunca fue inmortal y dependía del Dionesum como parte de su farsa?
De cualquier forma, la única manera de ambos para salir con vida era usar el líquido, pero quedan atrapados en el fondo de la cueva mientras la superficie se viene contra ellos. Batman sugiere que el Talon Boone le mintió al decir que Joker sí llevaba siglos viviendo, pero nunca obtenemos una respuesta concreta.
Las páginas finales muestran una armadura de utilería que hace unos días adquirió Bruce Wayne como parte de la restauración de un antiguo teatro. La armadura simbolizaba a Dios mismo, el papel de cada actor al sentirse por un momento Dios en el escenario. El peto es arrojado a la basura como una especie de ironía en la que no existen dioses, no existen invencibles ni inmortales, ni Batman lo es y tal vez tampoco Joker.
Batman no está muerto
Aunque sitios como CNN manejaron la historia como la muerte de Bruce Wayne, la realidad es que estos últimos paneles nos presentan un par de figuras sombreadas, una de ellas evidentemente de Bruce Wayne (las heridas lo delatan), quien cuelga (de nuevo) el Manto del Murciélago.
Cansado de las peleas, cansado de los riesgos, cansado de enfrentar la muerte y con sus aliados disminuidos (Alfred perdió una mano), parece el momento perfecto para decir adiós, pues Batman no podía rendirse ni claudicar, sólo la muerte le sentaba para bien para darle fin a su misión, por lo que usa los eventos para despedirse del traje e intentar hacer una vida “normal”.
El mismo Greg Capullo confirmó a Comic Book Resources que Batman no está muerto. “Claro que no”, contesta en una entrevista donde también participa el guionista, Scott Snyder, quien anticipa grandes cambios para el futuro de Batman.
James Gordon será el nuevo Batman
Y uno de esos cambios es quién tomará su lugar. El evento del Día del Cómic Gratuito (Free Comic Book Day) en Estados Unidos nos ofrecerá una probadita del futuro, con la primera aparición de un nuevo mecha Batman, una armadura mecánica diseñada por el Departamento de Policía de Gotham, la cual pilotará/usará un James Gordon con un curioso corte de cabello.
Hay que destacar que esta historia a su vez se conecta (y es posterior) de alguna forma con los sucesos de Convergence, por lo que será hasta Batman #41 cuando tendremos más detalles. Snyder y Capullo anticiparon que los siguientes arcos nos plantearán la gran necesidad de que Bruce Wayne sea Batman, de que el Joker permanezca vivo y de su extraña simbiosis para que la fórmula funcione.