Como me caía gordo el lunático de la portada en el Borderlands, se me hacía tan nefasto y sin chiste que nunca me atreví a jugar ni el uno ni el dos, hasta que por azares del destino –y un descuento en cierta tienda departamental- se me antojó comprar Borderlands 2 para la PS Vita. Se ha convertido en el obligado para jugar en dicha consola y me ayudó mucho para levantar expectativas con Borderlands: The Pre-Sequel. Lo jugué y ahora lo reseño.
Borderlands: The Pre-Sequel!
Borderlands es una saga que cambió el esquema y modus operandi de los FPS en la actual generación. Su mecánica de “dispara en la cabeza y acumula puntos de experiencia” se convirtió en el estandarte de una serie de juegos que vieron la Caja de Pandora que abrió la creación de Gearbox, y pronto la franquicia se hinchó de fanáticos que deseaban recibir una nueva entrega a la brevedad posible.
Pre-secuela me suena como a un hechizo mágico de algún mago que decidió hacer mundos paralelos para meternos en problemas existenciales de tiempo-espacio. No, “pre-secuela” es simplemente 2K Games haciendo lo que mejor sabe hacer en esta saga: hacer bromas y ser sarcásticos. Como ya nos hemos percatado, la última década ha sido la favorita en el medio del espectáculo para aventar secuelas, precuelas, precuela de la secuela, la secuela de la precuela, para después lanzar la secuela intermedia, y ya nos tienen más confundidos que nada. Por eso la “pre-secuela” quiere decir que es la continuación del primer juego, pero su historia se desarrolla antes de los sucesos del segundo, es decir, estamos ante “Borderlands 1.5”, y no es de extrañarse que el trofeo de platino en PlayStation 3 haga mención a esto.
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La historia comienza al final de Borderlands 2, con Atena recapitulando los sucesos que la llevaron a ser detenida e interrogada. Como una especie de enorme flashback que no lleva a la Luna, rejugaremos su versión, con Claptrap, Wilhelm y Nisha como compañeros, para darle forma a las cuatro clases obligatorias que siempre nos ofrece Borderlands, cada una con sus ventajas y desventajas.
FPS + RPG, tercera parte
Borderlands: The Pre-Sequel! -así como los demás de la franquicia- es un shooter en primera persona con muchísimos elementos de RPG. No sólo se trata de disparar y mejorar armas, o comprar de acuerdo al nivel, sino que debemos ir ganando puntos de experiencia conforme culminamos misiones relacionadas con la historia o en aquellas que diversos personajes nos piden completar y que funcionan como sidequests y descansos a la campaña central.
Para entender bien el concepto de los niveles en Borderlands: The Pre-Sequel! es forzoso remitirse a varios experimentos sobre la marcha, leer guías o poner atención a uno de los menús de personaje más rebuscado que haya visto. En este caso yo les explico para que no tengan que sufrir, no me gusta ver sufrir a mis lectores. Hay dos puntajes: de experiencia y badass. Sí, badass como el más malo de todos, como un Chuck Norris dándole cáncer al cáncer, o Stallone disparando una flecha de bambú a un tanque de guerra y haciéndolo explotar.
Los primeros se obtienen acabando cualquier tipo de misión, no importa si va desde acabar con una horda de lunáticos o fotografiarse para hacer publicidad, el chiste es lograr el objetivo para ir acabando la historia o finiquitar los objetivos alternos, eso nos dará puntos de experiencia y en algunos casos nos regalarán objetos, armas, dinero o yates en el Mediterráneo.
Juntando ciertas cantidades viene el incremento de niveles y a su vez, la mejora de habilidades relacionadas directamente con nuestro desempeño en batalla, tales como más sangre, uso de armas, puntería, regeneración de escudo y vida, etcétera. Mi recomendación en este departamento es acabar un encargo de la línea principal, contra unos cuatro o cinco alternativos, pues con las primeras el aumento de dificultad es progresivo así como su duración, y en las segunda es aleatorio e incluso a veces no tendremos que disparar ni una bala.
Los puntajes de badass sí son empresas mucho más detalladas, pero a su vez ayudan de sobremanera. En el menú del personaje aparecerá hasta la extrema derecha una pantalla con una gigantesca lista de actividades y sus diferentes checkpoints para darnos puntos badass. Les explico con un ejemplo. Cuando tengamos cualquier vehículo, una de las maneras de matar a las criaturas y enemigos es arrollándolos, al eliminar a 20 recibiremos puntos, cuando lleguemos a 50 nos darán más, con cien otros tantos y así le seguimos.
Al llenar nuestra barra de badass, Borderlands: The Pre-Sequel! nos concederán monedas para gastar en habilidades muy específicas, tales como recargar el arma más rápido, mejorar la puntería, más vitalidad, mejor escudo, chicles para el camino. Estas características no tienen nada que ver con las mejoras por puntos de experiencia, pues de este lado los arreglos se hacen por porcentajes muy pequeños.
Armas y tanques de oxígeno
Es importante aclarar que Borderlands: The Pre-Sequel! puede llegar a parecer muy abultado en actividades a realizar, ya que en ocasiones podríamos desesperarnos por no saber qué llevar a cabo, si primero buscar mil kragons y pegarles un tiro en la cabeza, restablecer comunicaciones, salir a dar un paseo para explorar o conseguir autógrafos –esto es una misión alternativa real-. Sin embargo cada uno de ustedes va a decidir qué tan difícil se pone el juego, pues como les digo, no siempre es tan recomendable cerrarse a la campaña sino más bien explorar mucho.
Es aquí donde entran las armas. Un sistema de mejora donde la bazuca más potente no nos sirve de nada si nuestro personaje no cuenta con un buen desarrollo en ese ramo. No quiero decir que las armas sean chafonas, es sólo que se aprovechan más sus recursos habiendo mejorado la puntería, control del gatillo y velocidad de recarga, habilidades propias que dependen sólo de nuestro nivel. Algunas armas son nuevas, como un escudo de defensa que después podemos lanzar y pistolas congelantes.
Claro que la verdadera belleza de Borderlands: The Pre-Sequel! viene de la mano de experimentar uno mismo con el armamento, probar con diferentes elementos y encontrar el equipo legendario. Muchas misiones alternas nos regalan armas, pero el verdadero oro está en abrir todas y cada una de las cajas colocadas por el terreno. Ahí hallaremos dinero, oxígeno, inyecciones de vida, armas, granadas, municiones, grabaciones, y creo que no debo de explicarles el uso de cada una, o quizá del oxígeno sí.
Borderlands: The Pre-Sequel! se desarrolla en la Luna, y por más extremo y raro que sea el juego no podemos respirar en su atmósfera, por lo que unos dispositivos recargables de oxígeno son la solución a no morir ahogados en el Mar de la Tranquilidad. Aunque no es así de fácil, el medidor irá reduciendo su valor y el llegar a cero nuestra vitalidad iniciará su cuesta hacia abajo, siendo la pantalla borrosa y con tonalidades rojas el indicativo de que estamos a punto de colgar los tenis.
Es ahí donde deberemos buscar zonas señaladas en el mapa para recargar oxígeno, como si fueran exhalaciones del satélite de la Tierra para ayudarnos a sobrevivir. Eso o las latas de aire encontradas en las cajas y las desprendidas por los enemigos una vez aniquilados. Obviamente, la Luna también nos trae algunos elementos interesantes de jugabilidad con cero gravedad.
En bola es mejor
Otro punto muy importante a señalar, es el hecho de que Borderlands: The Pre-Sequel!, así como los demás, puede jugarse en solitario pero conectado a Internet con la finalidad de que se nos unan hasta cuatro amigos más por invitación o simplemente porque quieran unírsenos, esto ya lo establecemos nosotros al iniciar la partida. Jugar en compañía es muy divertido, sin dejar de lado que la dificultad incrementa. Una vez que nos quedemos solos reducirán las complicaciones y el reto será menor, siempre y cuando sea por abandono y no por muerte.
Es imperativo estar al tanto de los compañeros, ya que cuando mueren, más nos vale auxiliarlos o de lo contrario revivirán muchos metros atrás y será tardado alcanzarnos, dejándonos todo el paquete con la misma dificultad. Lo mejor del multijugador es que podemos jugar con un amigo en nuestra consola y conectarnos los dos para hacer equipo con otras dos personas en línea.
Los logros/trofeos de Borderlands: The Pre-Sequel! son un arcoíris de complicaciones, así como tenemos los más fáciles que se otorgan al terminar un capítulo, están los que requieren completar todos los contratos alternativos, alcanzar nivel 50 de experiencia y ni hablemos de que la lista está pensada en jugar con más de un personaje disponible. No se puede negar, entre trofeos y puntos de badass y experiencia, Borderlands: The Pre-Sequel! es un juego sumamente bien pensado y diseñado pieza por pieza con mucho cuidado, cuidado de no hacerlo sencillo, ni rápido y tampoco enfadoso.
Borderlands: The Pre-Sequel! es un juego sumamente bien pensado y diseñado pieza por pieza con mucho cuidado, cuidado de no hacerlo sencillo, ni rápido y tampoco enfadoso.
Misma fórmula
Quienes nunca hayan probado esta serie de juegos, deben saber que uno de los tantos aspectos por lo que a muchos nos encanta, son los gráficos tipo cómic, como de esos que se han usado para The Walking Dead y The Wolf Among Us. Aceptemos que evitar esos pleitos de si es o no realista es una buena movida para anular cualquier crítica en este departamento: lucen muy bien los visuales.
Sin embargo creo que fueron más allá al ni siquiera migrar a la nueva generación; muchos nos quedamos con las ganas de ver este mundo en alta definición y hasta en 60 cuadro por segundo, sin embargo debemos aguantarnos a jugarlo en una PlayStation 3, Xbox 360, PC y/o Mac. No me mal interpreten, no me molesta, pero sí pudo haberse visto mejor.
Los que no son ajenos a Borderlands, estarán de acuerdo en que básicamente estamos leyendo una reseña sobre la segunda edición, por lo que podrán darse cuenta que el único cambio viene en la historia, de ahí en fuera todo, absolutamente todo, es idéntico, hablando del gameplay, mecánicas de disparo, multijugador, gráficos, sonido, sistema de crecimiento, puntos badass e incluso muchos de los trofeos/logros.
2K Games decidió copiar y pegar cambiando sólo el guion, escenarios y personajes para poder darnos un pretexto para comprar el juego. Tuve la oportunidad de participar con gente en línea ya familiarizados con la saga, encontrándome el común denominador de estar ante un título sumamente bueno, cargado de acción, sarcasmo, locura, armas y vehículos dignos de un desquiciado caza fortunas. Sin embargo, concordamos en ver exactamente lo mismo en todos los aspectos, casi pensando que Borderlands: The Pre-Sequel! pudo haber sido un DLC grandote.
Con la frase “misma fórmula” quiero también decir que el videojuego mantiene esa mecánica de exploración, de jefes de nivel tercos y fastidiosos que da gusto matar, enemigos sencillos y otros difíciles con los que correr es la mejor opción y batirlos desde lejos, escenarios que dan ganas de revisar tratando de pepenar todo y con la esperanza de encontrarnos especies listas para probar nuestro plomo.
Ni loco no lo juego
Cuando uno se enamora de un videojuego espera que los cambios siempre sean para bien, pero cuando uno no los ve puede entrar la decepción. Afortunadamente Borderlands: The Pre-Sequel! no lo logra por más que lo hayan intentado. La fórmula original funcionó y repetirla no lastima ni lesiona nuestro corazón de joysticks y botones, pero sí quizá nos deja con un rarísimo sabor de boca. ¿Me gustó más que el anterior? No, sólo me gustó igual.
Para los nuevos aquí, sí es una compra obligada, así se los digo: Obligada. Borderlands: The Pre-Sequel! es un juegazo, con altibajos en su dificultad que nos mantienen con la interrogante de ir o no ir por las misiones, suficientemente extenso para no acabarlo en un fin de semana por más que le metamos, y con logros dentro del juego tan vastos que será complicado tachar todos en poco tiempo. Los veteranos podrán ver lo mismo los primeros minutos, pero una vez experimenten el ahogo de no poder respirar en la Luna, volverán a sentirlo como una adicción la cual no pueden abandonar.