Érase una vez, hace mucho tiempo, un simple, pero bello cuento de princesas que tras ser olvidado durante décadas por la industria fílmica (y por prácticamente cualquier industria), pareció meterse en la cabeza de todos los productores y estudios de cine: desde la agridulce y bollywoodense adaptación de Tarsem Singh (Mirror, Mirror), pasando por un live action recientemente cancelado por Disney, para aterrizar en Blancanieves y el Cazador.
Blancanieves y el Cazador
Dicen que lo que mal empieza, mal termina. Y es que si hay algo que destacar sobre la producción de Blancanieves y el Cazador es que enfrentó siempre múltiples problemas, comenzando por que su reparto se formó prácticamente de rebote, tras varios abandonos y rechazos de actores.
El papel de Blancanieves fue quizá el menos trompicado de todos. El personaje le fue ofrecido a Kristen Stewart tras haberse barajado varias posibilidades como Riley Keough, Felicity Jones, Bella Heathcote, Alicia Vikander y Rachel Maxwell. Por otra parte, el rol del príncipe William fue declinado por un par de actores antes de caer en manos de Sam Claflin; mientras que Johnny Depp, Viggo Mortensen y hasta Wolverine (Hugh Jackman, pues) rechazaron sucesivamente interpretar al cazador. Incluso Charlize Theron llegó como suplente de Winona Ryder.
Era como si toda la tripulación abandonara un barco al que veían listo para irse al fondo, bajo la tutela de un tal Rupert Sanders, hasta ese entonces director de comerciales de televisión, al que no le vieron la madera suficiente para dirigir un cuento tan famoso y convertirlo en una película exitosa. Tenían toda la razón.
La historia comienza con una pequeña Blancanieves que ve morir a temprana edad a su madre, una reina sabia, bella y encantadora que se había ganado el corazón del pueblo y, obviamente, el del rey. Cuenta la historia que Magnus (Noah Huntley), el monarca de este cuento, quedó devastado por la terrible pérdida de la mujer a la que amaba por lo que no le importó partir a la guerra poco después.
Tras una breve batalla contra un “curioso” ejército, el rey rescata a una joven prisionera llamada Ravenna (Charlize Theron). Magnus quedó tan impresionado con la belleza de la mujer que al día siguiente contrajo nupcias con ella y ya había nueva reina. Momento de ver al reloj: diez minutos, llevamos diez minutos y sabemos que esta historia empieza a irse por la coladera real cuando un padre y esposo devastado se casa con una prisionera de batalla al día siguiente de encontrarla perdida en el bosque.
Como es de esperarse, Ravenna en realidad no era una prisionera, sino parte de un astuto plan que termina matando al monarca esa misma noche (por idiota, ¿por qué más?) y confina a Blancanieves, la hija del “astuto” rey, a una torre en lo alto del castillo, de la cual en algún momento se escapa. Aquí es donde comienza el choque de caminos en la película, con Ravenna y su hermano, Hammond (Vincent Reagan), buscando a la heredera original del trono para matarla y apoderarse de su belleza, mientras que el cazador (Chris Hemsworth) es mandado a encontrarla, pero termina ayudando a la damisela en desgracia.
Una mezcla de Blancanieves y otras diez películas
Esto es más o menos lo que respeta en esencia Blancanieves y el Cazador del cuento original de los hermanos Grimm, una historia que destacaba por ser simple, pero bien elaborada y que desgraciadamente en esta adaptación Rupert Sanders termina convirtiendo en todo lo contrario: enreda las cosas de más y la narrativa carece de interés. El director ubica esta historia en medio de una crisis tipo medieval y se toma quizá demasiadas libertadas a la hora de contarnos una historia que todos conocemos, aunque intenta (de alguna manera u otra) colocar todas las escenas clásicas que vimos en el filme animado de Disney. Adelantar más sobre la cinta es quitar las pocas sorpresas que guarda.
Al director del largometraje como que el cuento original no le gustaba del todo, o le gustaba tanto como otras adaptaciones de Disney, así que le dio a su mono entrenado el cuento de Blancanieves, junto con el de Alicia en el País de las Maravillas, Bambi, la película Corazón Valiente, La Princesa Mononoke y la más reciente versión del guion de El Hobbit para que le escribiera su libre adaptación inspirada en todas ellas.
Y es que Blancanieves y el Cazador tiene de todo un poco, aunque no necesariamente bueno. No podrás dejar de pensar “esto ya lo vi en otra parte” mientras observas los paisajes fumados, las criaturas gigantes (háganme el favor, ¿de dónde sacó un trol de cinco metros Blancanieves?), el bosque mágico-encantado, un discurso “apasionado” para levantarse en armas estilo liberador escocés, el espíritu de la tierra y otro montón de detalles que pertenecen a todo lo que le pudo retacar Sanders en esta película. Por un momento me dio miedo que apareciera Yoda en medio del bosque y Ravenna le dijera a Blancanieves que en verdad era su madre.
Por si fuera poco Blancanieves y el Cazador es de esos filmes donde quieren atorar la trama un buen rato para finalmente resolverla en diez o quince minutos, haciendo que varias escenas luzcan ridículas y fuera de contexto aún dentro de la misma realidad de la obra. Un ejemplo claro viene con la misma sinopsis con la que te venden el filme: un cazador que en lugar de matar a Blancanieves la entrena para luchar contra la reina… bueno, olvídenlo, eso debe ser en otra película, a menos que se refieran a entrenamiento a una pequeña secuencia que dura alrededor de 45 segundos donde le dice cómo usar un cuchillo (igual esa escena ha de ser bien importantísima).
Sí, Blancanieves y el Cazador entra en la categoría de “jalada de los pelos”. Una chiquilla que vive encerrada y muerta de hambre durante quién sabe cuántos años regresa después sin mayor preocupación a destripar soldados con años de entrenamiento. Pocas cosas son creíbles en esta tierra mágica, destacando que una reina despampanante como Charlize Theron no debería tener la mínima preocupación de una mujer tan gris como Kristen Stewart.
Blanca como la nieve, aburrida como Kristen Stewart
¿Las actuaciones de Blancanieves y el Cazador? El reparto por lo general hace un trabajo decente. Me da la impresión de que los detalles en actuación responden más al atípico guion y los diálogos tan malos que por una falta de capacidad histriónica, salvo el caso de Kristen Stewart, que tiene la misma boquita semiabierta, como de flojera y asco, que nos enseñó en Crepúsculo.
Las películas malas tienen esa condicionante: uno puede descubrir cierto talento en los actores entre tanta porquería, pero también el artista puede hundirse junto con el filme… y es lo que pasa con Kristen, que termina haciendo aún más soso a su -ya de por sí- aburrido personaje de Blancanieves.
De lo rescatable, me quedo con Chris Hemsworth, quien a pesar de que se ve un poco tieso tiene cierto ángel y realza al cazador (aunque hubiera preferido que llamara a su martillo de Thor y acabara pronto con esta cochinada). Los enanos también son divertidos, las mejores bromas y momentos vienen con estos personajes en pantalla, aunque también son protagonistas de un par de absurdos que te harán mecer la cabeza de fastidio.
Respecto a la presentación de Blancanieves y el Cazador no me puedo quejar. La producción está cuidada en fotografía, sonido, música y ambientación; todo maravilloso y bien realizado, aunque notarás que por momentos pareciera que deseaban más sorprenderte visualmente que con un buen argumento. Hay que reconocer que el diseño de arte y el vestuario son atractivos por sí mismos, en combinación con los efectos especiales logran varias secuencias que valen la pena ver simplemente porque lucen increíblemente atractivas, sobre todo aquellas que tienen que ver con Ravenna.
Sin embargo, los efectos especiales son buenos pero no rescatan ni de lejos una historia aburrida y mal contada; por si fuera poco, algunos de estos efectos, a pesar de estar bien hechos, no tienen razón alguna de ser, como el troll de El Señor de los Anillos y el bosque mágico multicolor con haditas masculinas que salen de los pechitos de las aves (verídico).
Una manzana envenenada, por favor
El experimento falló. Esta película termina siendo más una torpe, incoherente, adolescente y absurda adaptación que una versión oscura del clásico cuento. Blancanieves y el Cazador termina decepcionando, ya que tenía la historia, el potencial y el presupuesto para ser una interesante propuesta y no alcanza siquiera a ser medianamente palomera, que por si fuera poco reafirma que Kristen Stewart aún está a leguas de ser una actriz decente. Si vas al cine a ver este churro, te recomiendo que en lugar de palomitas pidas una manzana envenenada para ahorrarte el sufrimiento.
6 comentarios
Coincido, Blancanieves y el Cazador es bastante mala y es una prueba más de que Kristen Stewart tiene de actriz lo que yo tengo de millonaria.
Yo lo que puedo salvar de la película es a Chris Hemsworth y a Charlize Theron, sobre todo los efectos en su caracterización de ahí en fuera la película es literal una cochinada. Todo iba bien hasta que la pequeña Blancanieves creció, o sea los primero diez minutos de la cinta.
Ayer me hablaron? es que me llego un mensaje que se habían intentado comunicarse conmigo XD
Gracias por ahorrarme la ida al cine para ver esta película, mejor entrare a ver MIB 3 🙂
Siempre reviso tus críticas de cine, aunque esta ya la fui a ver y coincido en que esta muy jalada
Otra pelicula americana estupida, sin cerebro y que desafia la inteligencia de cualquiera que no viva en E.U.
Mi novia quería verla, solo por eso accedí. Pero no puedo estar mas de acuerdo con la critica…es todo y nada. Aburrida a mas no poder. No la vean.
La actuación de Charlize Theron también estuvo malisima. Uno juraría que sobre-exageraba para que la nominaran al oscar.