La saga de Arkham fue un parteaguas en los videojuegos del Caballero de la Noche, lo que Rocksteady Studios logró con Batman: Arkham Asylum y Batman: Arkham City no podrá ser replicado fácilmente, para muestra tenemos Batman: Arkham Origins – Blackgate para 3DS y PS Vita.
Batman: Arkham Origins – Blackgate
Batman: Arkham Origins – Blackgate es un título de plataformas en 2D y exploración del estilo Castlevania, con elementos de combate extraídos directamente de su hermano mayor para consolas de sobremesa, Batman Arkham Origins. El juego fue desarrollado por Armature Studios y publicado por Warner Bros. Interactive Entertainment el año pasado, pero hasta la fecha sigue despertando interés entre los dueños de portátiles que quieren tener una aventura del encapotado en su sistema.
Para esta reseña nos basamos mayoritariamente en la versión de Nintendo 3DS que, sin olvidar las diferencias en el hardware, es prácticamente idéntica a la versión para PS Vita. Para más información, también puedes consultar la reseña de la precuela para PlayStation 3, Xbox 360 y PC.
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Batman: Arkham Origins – Blackgate es una secuela y complemento portátil de Arkham Origins, y aunque comparte la historia y los personajes, e intenta hacer lo mismo con las mecánicas de combate y sigilo, nunca logra capturar el mismo sentimiento en cuanto a gameplay. La historia nos ubica en un motín en la prisión Blackgate, donde pronto descubriremos que todo es más que una simple revuelta. Será también nuestro primer encuentro con Gagútela (Catwoman), mientras al mismo tiempo reforzamos nuestros lazos de confianza con nuestro aliado oficial, James Gordon.
Lo más importante para un juego del Hombre Murciélago debería ser hacerte sentir como la peor pesadilla de los criminales, las primeras entregas de la saga capturaron esta sensación a la perfección, pues lograban que nos sintiéramos tan temibles como Bruce Wayne cuando se pone el traje. Batman es frío, calculador y salvaje, y los criminales se aterran cuando saben que está cerca. La primera incursión de la franquicia a las consolas portátiles, sin embargo, no logra hacernos sentir como si fuésemos el vigilante enmascarado que puede enfrentarse a Superman, ni mucho menos como el mejor detective del mundo, de hecho no logra hacernos sentir ni remotamente hábiles para resolver un misterio.
Más feo que el batitwist
Visualmente, Batman: Arkham Origins – Blackgate parece todavía un juego de Nintendo DS; puede que la portátil más nueva de Nintendo no sea la más poderosa del mercado pero hemos visto juegos como Resident Evil: Revelations o Metal Gear Solid 3D exprimir al máximo las capacidades del sistema para generar gráficos que rivalizan con los de PS Vita, y en este caso en particular el aspecto visual es decepcionante.
Además de la mala calidad gráfica nos enfrentamos al problema de jugar en una consola portátil un título que necesita mostrarnos el escenario aún más de lo que nos muestra a nuestro personaje. La mayor parte de Batman: Arkham Origins – Blackgate utilizaremos a un superhéroe de menos de medio centímetro de tamaño. El Batman miniatura que manejaremos, por si fuera poco, estará vistiendo sus clásicos colores negro y gris en escenarios mayoritariamente oscuros que lo harán casi imposible de distinguir, muchas veces pasaremos más tiempo buscando a nuestro personaje en lugar de enfrentar villanos o resolver acertijos.
El efecto tridimensional de la 3DS tampoco es una gran ayuda, pues se siente forzado y mal implementado: La profundidad en tercera dimensión parecerá la misma independientemente de la profundidad “real” del escenario, es decir, el efecto siempre mostrará las paredes a una distancia fija, sin importarle si son paredes de una celda de prisión o de un enorme almacén.
La versión de PS Vita no se salva de esto, pues las gráficas son prácticamente idénticas en ambas consolas, de hecho debería ser más criticable el mal apartado gráfico en la plataformas de Sony pues todos sabemos que si se esmeran puede desplegar visuales dignos de una PlayStation 3.
No todo es un fracaso en el apartado visual de Batman: Arkham Origins – Blackgate, pues la dirección de arte está muy bien lograda y cuenta con diseños dignos de cualquier otro juego de la serie Arkham, destacando el estilo de cómics que se utiliza en las escenas cinemáticas. Los paneles de historieta a través de los cuales se narra de historia son hermosos, además cuentan con la participación de los mismos actores de voz de Batman: Arkham Origins (aunque hay que recordar que no son los mismos de las primeras entregas). En este sentido supieron aprovechar las limitantes de las portátiles para entregarnos algo a cambio que luce igual o mejor.
Haciéndola de batihéroe
Los jefes que enfrentamos también cuentan con su propio diseño, el cual se basa en los que hemos visto en los otros títulos de la saga y al mismo tiempo añade algo nuevo a la mesa en cuanto a cómo derrotarlos, desafortunadamente no se puede decir lo mismo de los enemigos comunes que encontraremos a lo largo del juego: tan genéricos que es difícil siquiera describirlos, en ocasiones enfrentaremos el mismo modelo de enemigo tres o cuatro veces en un solo grupo de villanos.
El gameplay se divide principalmente en dos tipos: la exploración y el combate. El primero consta de avanzar por los distintos escenarios de la prisión Blackgate, para esto debemos utilizar nuestros batiartilugios e intelecto para pasar por donde normalmente parece inaccesible. La segunda parte, el combate, es un poco menos satisfactoria pues, aunque está totalmente basada en el sistema de combate que ya conocemos, el hecho de realizarse únicamente en dos dimensiones le resta profundidad y libertad de movimientos.
Conforme progreses en Batman: Arkham Origins – Blackgate tendrás nuevos accesorios y que te permitirán entrar a donde antes no podías, haciéndote regresar sobre tus pasos algunas veces, muy al estilo “Metroidvania”, aunque nunca con ese grado de inmersión necesario para este tipo de aventuras.
Batman: Arkham Origins – Blackgate es juego que sufrió de dos males: un desarrollo apresurado y ser considerado como el juego menos importante de los dos, y eso se nota desde su triste aspecto gráfico hasta su mediocre jugabilidad a pesar de su gran pedigrí. Disfrutable para una vuelta y quizá después esconderlo en la Baticueva.