Con poca fortuna en la taquilla de otros países, pero esperando mejorar la recaudación en México gracias a tu temática, Atrapen al Gringo (Get the Gringo) llegó a las salas de nuestro país, una cinta producida y protagonizada por (el ya veterano) Mel Gibson que no busca reinventar el género, sino contar una historia que parece conocida de una manera en la que no la habíamos visto antes: un gringo atrapado en el sistema penitenciario mexicano.
Atrapen al Gringo
Mel Gibson regresa al género que mejores resultados le dio durante el inicio de su carrera, el de la acción con esa tenue -pero siempre notable- comicidad en cada situación y cada diálogo que interpreta, y que le dio fama a finales de los 80 con la saga de películas Arma Mortal. De cierta manera, Atrapen al Gringo se siente como si al famoso detective Martin Riggs lo hubieran mandado a una cárcel de Tijuana.
En Atrapen al Gringo, Gibson interpreta a un ladrón estadounidense que por azares del destino es recluido a una cárcel, pero en México, cuando en medio de una persecución fronteriza su automóvil termina aterrizando desbaratado en territorio mexicano. Un operativo de rutina, donde normalmente entregan al detenido a las autoridades norteamericanas, queda en el olvido cuando los agentes mexicanos se percatan de que el automóvil donde viajaba el gringo está repleto de varios fajos de billetes verdes.
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El convicto estadounidense es ingresado un penal mexicano para que los oficiales pudieran quedarse con la dolariza y de paso justificar de alguna manera el relajito armado en la frontera. Ahí nuestro gringo se dará cuenta de que en México, para bien o para mal, nada se parece el sistema judicial penal al de su país.
Una larga espera en “barandilla” atascada de cholos montoneros, 24 horas seguidas de corridos y duranguense, y horas de apestoso calor son solo el preámbulo de lo que le espera cuando ingrese a “El Pueblito”, una cárcel que parece un enorme vecindario, donde los presos tienen cierta libertad siempre y cuando no salgan de sus murallas, todo bajo la mirada atenta y el control del verdadero rey del changarro, un narcotraficante conocido como Javi.
El gringo pronto conoce a un niño de diez años (interpretación muy destacada de Kevin Hernandez), convirtiéndose en el primer amigo y aliado de nuestro protagonista, quien buscará salir de prisión, ayudar al niño, recuperar su dinero y sobrevivir la ira del dueño original de los dólares, todo enmarcado en la decadente sociedad de “El Pueblito”, que tristemente retrata de manera asombrosa la corrupción, las fallas en el sistema penal, el narcotráfico y la lucha de clases en los lugares más jodidos de México.
“El Pueblito”
Aquí cabe hacer un paréntesis. El director de Atrapen al Gringo, Adrian Grunberg, lleva viviendo en México gran parte de los últimos quince años de su vida, de hecho, otras cintas de él ya han sido filmadas en nuestro país, como el caso de Apocalypto.
Para esta película el cineasta decidió recrear “El Pueblito”, una cárcel que fue cerrada por el gobierno mexicano después de una serie de motines que costaron varias vidas humanas. La prisión es actualmente el Penal de la Mesa en Tijuana, pero en su momento fue concebida como un innovador experimento para ayudar a la rehabilitación de los prisioneros, a quienes les era permitido vivir con sus familias dentro del lugar y adaptarse al esquema social imperante, donde la principal actividad laboral era el reciclaje de basura y algunas labores manuales, aunque también había negocios de comida y hasta prostíbulos.
El experimento no funcionó y la cárcel fue cerrada. Mucha de la realidad de lo que se vivió en el deprimente lugar fue retratada con tino certero por Adrian Grunberg en Atrapen al Gringo, que si bien por momentos puede provocar alguna risa, también invita a la reflexión, en una película que se acerca más a la realidad de la problemática del crimen organizado en México que muchos otros largometrajes nacionales.
En medio de este sofocante y a la vez folclórico lugar es que Mel Gibson interpreta al clásico personaje plagado de errores, pero siempre dispuesto a la redención. Si bien el gringo no es el personaje más original de la industria, el trasfondo, a pesar de su historia tan sencilla, enriquece este cuento en el que una vez planteada la trama, todos sabemos en qué terminará Atrapen al Gringo.
Para acompañar a Mel Gibson tenemos a un gran número de actores mexicanos que le dan ese toque de realidad a todo lo que vemos. De hecho, gran parte de los diálogos de Atrapen el Gringo son hablados en un (muy florido) español, con actores reconocidos como Daniel Giménez Cacho, que interpreta al narcotraficante Javi; Jesús Ochoa, como el hermano del Javi, y Roberto Sosa, como “El Carnal”, un despistado pero violento adicto primo de los otros dos.
Como mencioné hace algunas líneas, la historia de Atrapen al Gringo es lineal y predecible, pero lo interesante no es necesariamente el final sino el cómo se llega a él. Las situaciones cómicas, los juegos de balas y la narrativa les recordará a algunos a la línea del director Guy Ritchie, junto con una narrativa puzante que nunca deja de ser divertida.
Las actuaciones y la cuidada producción para recrear a “El Pueblito”, con ropa, música, comida, gente y costumbres que todos identificaremos ayudan al espectador a sumergirse en este mundo (su)realista; Adrian Grunberg logra que por momentos se nos olvide que no estamos frente a una producción mexicana.
Mel Gibson regresa a la pantalla grande como lo sabe hacer. Atrapen al Gringo es una película de acción atada por un hilo de comedia que funciona casi siempre a la perfección. La riqueza de “El Pueblito” y de los personajes simples, pero carismáticos, más un atinado trabajo de dirección y diálogos inteligentes hacen de esta un recomendación para el cine que quizá pocos esperábamos.
Atrapen al Gringo es una especie de Arma Letal + Tijuana, un filme que bien pudiera pasar desapercibido, pero termina siendo curiosamente atractivo y tiene algo para todos.
2 comentarios
Gran reseña, hasta me dieron ganas de verla ^^
Realmente la pelicula esta buena, pero creo que Los Mexicanos van a valorarla mas. Yo la vi porque en Miami me dijeron que era la peor pelicula de Meg Gibson, pero yo creo que es por que no entendieron el tema y Los actores son excelentes!!!