El día de ayer la noticia de la bancarrota de Atari corrió como reguero de pólvora. Pésames de gamers y la nostalgia rodearon foros de discusión y redes sociales, y aunque ciertamente la noticia es que la mítica compañía de videojuegos se declaró en quiebra, no todo es como parece.
Y es que la nueva bancarrota de Atari obedece más a un movimiento estratégico que a un déficit financiero. La compañía pionera en videojuegos ha tenido un importante repunte durante los últimos años como distribuidora de videojuegos digitales y para plataformas móviles: desgraciadamente este repunte no se ha visto en todo Atari SA, la compañía francesa que compró por completo a Atari en 2008 y que antes conocíamos como Infogrames (renombrada a Atari SA poco después como parte de una estrategia de mercado).
Lo que Atari busca es recuperar su antigua gloria y para ello es necesario separarse de la compañía francesa que actualmente es dueña de sus acciones. Al declararse en bancarrota obligan a buscar un nuevo financiamiento o inversión independiente y así no depende del estado fiscal de terceros.
Atari también anunció que este movimiento busca vender al mejor inversionista desde su logo hasta legendarias propiedades intelectuales como Pong, Tempest y Asteroids, ¿y por qué no? traerlas de vuelta en nuevas y mejoradas versiones. Estaremos al pendiente a ver qué pasa con esta decisión.