“Ash Nazg durbatulûk, ash Nazg gimbatul, ash Nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul”. Middle-Earth: Shadow of Mordor es la más nueva iteración de universo extendido de Tierra Media, y es sin duda alguna uno de los mejores spin-off, al menos en lo que se refiere al terreno de los videojuegos.
Middle-Earth: Shadow of Mordor
Los libros y películas de J.R.R. Tolkien que abordan la fantasía épica de La Tierra Media, particularmente la trilogía de El Señor de los Anillos y El Hobbit, incluso El Silmarillion, Los Hijos de Hurín y otros textos menos conocidos de autor inglés siempre han evadido un punto crucial en la historia: ¿Qué pasó en Mordor al regresar el Señor Oscuro?
Para responder esa pregunta, Warner Bros. Interactive Entertainment y Monolith Productions lanzaron Middle-Earth: Shadow of Mordor para PlayStation 4, Xbox One y PC, un excelente título de aventura, acción y varios sistemas de juego en medio, así como versiones pasteurizadas y con muchos menos elementos para PlayStation 3 y Xbox 360.
Talion y el Sitema Némesis
La historia de Middle-Earth: Shadow of Mordor toma lugar luego de los eventos de El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos, pero antes de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, y nos coloca en el papel del montaraz Talion, quien se encontraba de guardia en la Puerta Negra cuando los Uruk-Hai retomaron control de Mordor.
Talion no es un simple soldado, apenas iniciamos nuestra travesía él es asesinado en un ritual oscuro para devolverle su poder a la Mano Negra de Saurón; este mismo ritual es usado por el espíritu de un misterioso elfo para “alejar de la muerte” al montaraz y así usarlo en su lucha contra el temible enemigo que amenaza con tomar el control de toda Tierra Media.
Esta aparente inmortalidad es usada en el título para lucir su Sistema Némesis, un elaborado método que permite a nuestros enemigos subir de nivel al matarnos para ascender de rango en la milicia Uruk. Es así como cualquier uruk podría terminar siendo un caudillo si nos elimina suficientes veces. Middle-Earth: Shadow of Mordor funciona internamente gracias a esto, pues si bien somos capaces de enfrentarnos solos a ejércitos enteros, caer ante uno de ellos podría significar aumentar la dificultad de nuestros próximos enfrentamientos contra ese mismo uruk.
Es curioso cómo un viejo rival de batalla se acuerda de nosotros y se pregunta si ahora sí seremos un reto a la altura. Hay que tener en cuenta que ser inmortal y de “morir” muchas veces a manos de nuestros enemigos, o en específico de cierto enemigo, no necesariamente son buenas noticias, pues irá tomando más confianza, haciéndose más fuerte y teniendo un mayor número de soldados a su control.
El grado de azar y personalización en este Sistema Némesis siempre estará presente. Middle-Earth: Shadow of Mordor nombra a cada rival de diferente forma a como lo hará en otra partida y cada quien tendrá su propio –o sus propios rivales- a muerte, subiendo y bajando de manera continua en el escalafón de mando.
Este seudo organigrama más adelante también demuestra ser bastante útil cuando nos toque derrotar a algún uruk que se covierta en infiltrado nuestro en las huestes enemigas.
De la misma forma que un enemigo se va haciendo más fuerte, un aliado puede subir de rango y poder para debilitar o entorpecer el funcionamiento de los ejércitos rivales, al grado de ocasionar peleas entre ellos mismos.
Y matar a un rival también puede ser una prueba a nuestra fuerza y paciencia, pues si un uruk no pierde la cabeza podría regresar mutilado y lleno de cicatrices, más fuerte y con mucho más odio hacia ti.
Combatiendo por Mordor
Pero en lo que más importa, el combate con nuestras propias armas y manos, se puede decir que es rápido y frenético, como las impactantes escenas de acción que vemos en las adaptaciones de Tierra Media de Peter Jackson, pero siempre con el control de la situación mientras uses con sapiencia la gama de poderes de la que dispones.
No sólo pelearás contra uruks, y no siempre la solución en Middle-Earth: Shadow of Mordor está en simplemente llegar e iniciar una batalla campal, diversos tipos de rivales y monstruos harán que cambies tu estrategia, algunos pequeños, otros enormes, y el infiltrarte con sigilo también será un recurso a tomar en cuenta muchísimas ocasiones. La exploración y viajar grandes distancias también es parte central, pero nunca se siente como una tarea tediosa como en otras obras del género, casi todo va sucediendo de manera “natural” y con una sensación especial de descubrimiento.
No está de más decir que las habilidades, los tipos de enemigos y hasta el esquema de control de Middle-Earth: Shadow of Mordor son prácticamente idénticos a los de la saga Batman: Arkham, también de Warner Bros. Interactive, aunque Monolith Productions supo utilizar esta experiencia para crear un producto lo suficientemente original y que no fuera un simple skin de las andanzas del Hombre Murciélago con El Señor de los Anillos.
Aparte de las peleas cuerpo a cuerpo, tenemos una serie de armas y el apoyo del enigmático espíritu de un elfo que nos proporciona habilidades únicas como disparar flechas, pasar desapercibidos y remates de gran poder. Algunos elementos RPG engalanan y profundizan la acción, pudiendo comprar equipo y mejorar un profundo árbol de habilidades, dándole preferencia a aquellas que vayan más con nuestro estilo de juego o que consideremos más útiles para el momento.
Visualmente Middle-Earth: Shadow of Mordor toma la estética de las películas en sus enemigos, locaciones y arquitectura, aunque nos muestra a un Mordor menos destruido que el que vemos en la trilogía original de Jackson; esto es comprensible pues la corrupción del Ojo de Saurónn aún no era tan fuerte.
Las gráficas en PC y consolas de actual generación son bastante buenas para un título de mundo abierto, y con lujo de detalle en las batallas, aunque difícilmente podría decir que superen a la calidad de otros títulos similares, como Assassin’s Creed Unity, pero durante todo el tiempo que he invertido no me he enfrentado a ningún glitch (esto en PlayStation 4).
Las versiones de Xbox 360 y PlayStation 3 sí lucen un tanto parcas, y más allá de los sacrificios visuales necesarios para que corra en dichas plataformas, elementos clave como el Sistema Némesis fueron removidos, lo que hace que por momentos pareciera que se tratase de dos juegos distintos. Si no es para PC o consolas de nueva generación, más vale la pena alejarse de Middle-Earth: Shadow of Mordor, ya que no vivirán la experiencia completa.
En cuestión de sonido, y como es de esperarse, es un apartado que cumple a la perfección para un producto AAA. Voces, efectos especiales y tremendas composiciones musicales sonorizan nuestro viaje, volviéndolo uno mucho más placentero. El doblaje al español latino también es digno de señalarse, y para ello se contrató un estudio mexicano nuevo pero con mucha visión, logrando uno de los mejores trabajos de la industria para nuestra región: no es perfecto, pero suena muy bien.
¿Sabor a Tierra Media?
Además de ser un excelente título de mundo abierto para fans o no fans de la Tierra Media, Middle-Earth: Shadow of Mordor se convierte en un imperdible añadido al legendarium de Tolkien: la historia, la acción, así como el cúmulo de bestias, enemigos y retos lo ponen como un digno candidato incluso para juego del año. La única crítica que podría hacerle es que toma demasiados elementos prestados del trabajo Rocksteady, ¿pero quién quiere ser original cuando puede ser Batman?