La semana pasada fue dura para los aficionados de la animación japonesa, especialmente para los seguidores de Studio Ghibli, pues un directivo había anunciado su aparente cierre debido a una pésima racha financiera.
Sin embargo, y para despejar todas estas malas noticias y rumores, Toshio Suzuki, director creativo de Ghibli, aseguró que el estudio no desaparecerá y que por el contrario, está seguro de que convencerán de regresar de su retiro autoimpuesto a Hayao Miyazaki, fundador y líder espiritual.
“Estamos cambiando la forma en la que hacemos animación. Queríamos crear una compañía de ensueño. Pensamos que íbamos a hacer lo que nos convenía y no hacer lo que no nos conviene. Hemos sido capaces de hacer realidad ese sueño hasta cierto punto y estamos muy contentos por eso”, comentó Suzuki durante una entrevista en el programa matutino Asa Ichi, de la cadena NHK.
La revista Variety retomó la charla del show televisivo con el cineasta, donde aclaró que se trata de una mala interpretación (o más bien, mala traducción) de las declaraciones originales. “Ahora estamos en un punto en que tenemos que pensar en lo que haremos en el futuro”, declaró Suzuki, al referirse a que pese a que es falso el cierre de Ghibli, sí habrá una reestructuración importante.
Aunque no hay detalles sobre estas medidas, la realidad es que el estudio tiene por delante la difícil misión de recuperar a un público que parecía eternamente cautivo, sin embargo la taquilla de sus últimas producciones ha venido a la baja y no han podido repetir el éxito de La Princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro y El Castillo Vagabundo.
Debido a que la técnica de trabajo de Ghibli es mayoritariamente tradicional, con animación por celdas en dos dimensiones a la vieja usanza, los costos de producción suelen ser muy altos, algo que no se ha recuperado a corto plazo debido a los malos resultados en sus exhibiciones en la pantalla grande.
De acuerdo a medios especializados japoneses, la apuesta de Ghibli pudiera llegar en forma de animaciones menos enfocados al mercado local, para que sus películas puedan ser exhibidas en tiempo y forma en todo el mundo, lo que podría repercutir en mayores ganancias en un lapso menor de tiempo.
Los últimos dos largometrajes de Ghibli –The Tale of Princess Kaguya (2013) y When Marnie Was There– son un claro ejemplo de lo mal que le ha ido y hasta el momento no han recuperado la inversión, lo que dificulta de paso su traslación a los formatos casero. De 120 millones de dólares mínimo por filme, las ganancias apenas llegan a 36 millones el último, por lo que se hace difícil mantener una plantilla tan cara. Es normal que el estudio haga una breve pausa para replantear su situación.
Otra pieza clave de recuperación de Ghibli sería el regreso de Miyazaki, de quien se afirma que su próximo trabajo será un cortometraje animado, similar a Mei and the Kittenbus, que acompañó en las salas de cine a Mi Vecino Totoro, en 2002.