El día que se anunció Resogun como título exclusivo de PlayStation 4 para salir en el estreno de la consola y vi sus primeras imágenes, quedé desconcertado ante la publicidad que le hicieron a un juego tan sencillo y diferente a lo que la nueva generación debería desplegar. En ese tiempo creí que era una mala movida por parte de Sony y que no impresionaría a muchos. Su simpleza me contrarió, los gráficos no me impresionaron y el hecho de disparar a naves no me llamaba la atención ni de chiste. Pero está gratis para usuarios Plus, y cuando te regalan un juego completo, es casi una obligación la descarga para mínimo saber de qué trata y que nadie me platique acerca de él.
Resogun
Cuando lo bajé y se instaló, inmediatamente cerré el FIFA 14 para probar un juego que estaba seguro no me iba a gustar y por consiguiente lo borraría de inmediato para liberar espacio en el disco duro. Así lo veía: como megabytes que me estorbaban y una vez satisfecha mi curiosidad podía deshacerme de él… Y aquí lo sigo jugando.
Resogun trata de una invasión de extraterrestres llamados los Conscientes, quienes vienen a llevarse a los últimos humanos sobre diferentes planetas en la galaxia. Los tienen enclaustrados en cubos para que no se escapen y su abducción sea más rápida y sencilla cuando un grupo especial va por ellos de tiempo en tiempo. Tú eres quien debe salvarlos, abriendo esas prisiones y llevándolos a alguna de las cápsulas de escape que están en cada escenario.
Estamos ante un twin stick shooter (con una palanca te mueves, con la otra disparas) espacial de navecitas con avance lateral, aunque en escenarios en tercera dimensión con diseño cilíndrico, por lo que la nave que uno maneja se desplaza en círculos y sus disparos solo aciertan cuando las naves enemigas están en su rango de vista. Clásico en el género, mientras más progrese uno, las probabilidades de morir incrementan potencialmente debido a la variedad de ataques y tipos de enemigos que te encontrarás.
En Resogun nos toparemos con la clásica batería antiaérea, que si bien sus balas no son muy amenazadoras, son demasiado estorbosas por los patrones de dispersión, sin embargo éstas son muy fáciles de destruir a ras de suelo pues no disparan a un blanco en específico.
Habrá también arcos de electricidad que no pueden ser traspasados, pero que igualmente podemos destruir, aun así hay que tener cuidado porque estos arcos pueden tener tres generadores: dos en los extremos de la pantalla y uno en medio, si éste último es destruido, el arco se hará más grande pues estará formado entre los dos primeros, y aquí se dificulta despacharlo pues tendremos que bajar o subir para deshacernos de otro generador más.
Trípodes, pulpos y platillos voladores son lo más vistoso de las fuerzas alienígenas sin contar a los jefes finales de cada planeta de Resogun. Hay unas naves que funcionan igual que los trípodes pero parecen panales: hay que desintegrarlos por completo para que dejen de ser una amenaza, aunque son más lentas, son bastante resistentes.
La diversión se viene con los kamikazes. No hay mucho que explicar pues el nombre lo dice todo: hordas de ellos se aproximan solo para chocar contra tu nave. Lo atractivo aquí son las formaciones de ataque, ya sea en fila, en onda senoidal que sube y baja, en forma de pelotón cubriendo toda la pantalla o hasta en pequeños grupos compactos disparando decenas de balas. Nuestra pericia con el joystick izquierdo se pondrá a prueba porque son muy ágiles y sus trayectorias cambiantes.
Arsenal galáctico
Como ya les expliqué, debemos de rescatar humanos, quienes sí son importantes más no imperativos para progresar. Housemarque (el estudio desarrollador de Resogun) utilizó la bocina del control para anunciar cuando un contingente de guardianes está a punto de llevarse a un humano o cuando éste se libera de la prisión y queda desprotegido; afortunadamente una guía verde nos avisará de su ubicación. Nuestro deber es ir por él, quien se subirá automáticamente para que lo llevemos a su salvación en las cápsulas, con esto obtendremos una mejora en nuestro disparo regular, puntos adicionales, una vida extra, escudo o una súper útil bomba, además de bonos por puntuación. Si nos tardamos, se cae o nos matan con el humano a bordo, lo perderemos para siempre.
El nivel no se termina al salvar a estos desamparados sino hasta el momento que lleguemos al jefe final, quien no es otra cosa más que una mole gigantesca que tendremos que ir destrozando poco a poco. Los jefes de Resogun son como los puedes imaginar en un shooter de este tipo: grandes y te avientan hasta la cacerola, por lo que esquivar sus patrones de balas suele ser complicado. Su tamaño aparte deja poco espacio para maniobrar cómodamente, sin tomar en cuenta que en varias ocasiones tendrás que literalmente navegar dentro del mismo para acabar con su núcleo. No son lo más difícil del género, pero sí muy entretenidos y al estilo de Super Stardust HD.
Es obvio que no nos mandan a la guerra desarmados. Contamos con tres opciones de naves que varían en velocidad y potencia: Nemesis, Ferox y Phobos. Creo que las dos primeras son las mejores; Nemesis por su hermosa manera de disparar y Ferox por su consistencia y sencillez. Phobos es también sencilla pero parecería una nave más pesada aunque con un impulso mucho más poderoso. Cada una tiene tres armas: metralleta, bomba, impulso y rayo.
La metralleta es eso nada más y dispara en línea recta a excepción de Nemesis (¡pruébenlo de verdad!). Esta arma puede mejorarse, ya sea con más rango o potencia. La bomba es nuestra máxima salvación: al presionar el gatillo R2 una explosión color azul irá esparciéndose por el escenario acabando con todos y cada uno de los enemigos; tenemos pocas y hay que saber usarlas ya que habrá ocasiones en que de verdad sean necesarias, sobre todo cuando los kamikazes y los trípodes se juntan.
El impulso es más o menos como un “quítense que ahí les voy”, un turbo que destruye enemigos y se activa con L1 pero se debe mantener presionado para que la nave se refuerce con un escudo especial y su velocidad se eleve destruyendo todo a tu paso. Finalmente tenemos un rayo que se llena encadenando puntos (y sobre todo con el impulso), tiene un gran, gran rango y vuelve invencible nuestra nave hasta que se consume.
El sistema de puntaje de Resogun funciona con un multiplicador que está al centro de la pantalla y en lo más alto. Empieza en 1.00 y va aumentando una centésima con cada nave destruida. Una femenina y robotizada voz nos anuncia cuando subimos o reseteamos en el multiplicador, el cual regresa a su estado original después de un periodo de algunos segundos sin derribar a nadie. Conforme vayamos avanzando en experiencia, sabremos ir administrando a los enemigos para nunca dejar de incrementar el multiplicador y aspirar a los mejores puntajes.
Las colonias galácticas son cinco y cada una representa un nivel de juego diferente. El salto en dificultad es muy marcado pero a partir de la tercera ya ni se siente lo duro sino lo tupido. Acis, Ceres, Decima, Febris y Mefitis son los nombres de los planetas que estaremos visitando. El diseño gráfico de ellos es increíble, con detalles que tal vez no sean muy notorios por la batalla pero que al poner atención nos daremos cuenta de lo genial que lucen. Hay que agregar que Resogun basa sus principios gráficos en bloques y así lo hace con todos los elementos del juego: naves, humanos, edificios y jefes finales, por lo que al eliminar a alguno los restos serán miles y hasta millones de cubos.
Más allá de detalles técnicos
Resogun es un juego súper sencillo en su control, un shooter que no requiere ningún tipo de seguimiento, ni de historia complicada o personajes con quienes interactuar; es sólo disparar, escapar y salir intacto, rescatar a los humanos y tratar de hacer infinidad de puntos. Así de rápido lo he podido explicar cuando me preguntan por él. Pero hay mucho más que decir.
Los gráficos son impresionantemente buenos, aunque no realistas, pero de eso se trata, de una fantasía visual. Eso sí, se trata de un título corto en su modo de campaña. Sin contar el cooperativo online y otro modo sinfín para hacer puntos y romper récords mundiales, lo puedes terminar en cuatro o cinco horas, quizá mucho más rápido si eres muy diestro o te vas haciendo bueno con el tiempo.
Resogun es un pandemonio total cuando los Conscientes se aglutinan y el sonido nos lo demuestra con destrucción y comando saltando de las bocinas de tu televisor y de tu mando. El equilibrio entre lo que oímos con lo que vemos es armónico y la fluidez con la que se juega hacen de éste uno de los mejores juegos para PlayStation 4. Contrario a lo que pensé en un principio, ahora que lo terminé espero con ansia que Housemarque desarrolle más niveles, muchos más, porque no me di abasto con las cinco colonias.
Actualización con el DLC de Heroes
Por fin está disponible el primer DLC de Resogun llamado Heroes, y actualizamos la reseña del juego original, con las nuevas características que nos ofrecen.
Para empezar en el menú principal vemos que ya tenemos disponible una de las principales mejoras, un edito de naves para poder diseñar aquel vehículo espacial que siempre quisimos ver, o de plano lo que muchos usuarios alrededor del mundo han hecho, crear “naves” con la forma de Mario Bros. o el X-Wing de Star Wars, incluso vi el pájaro odioso de Flappy Bird. En este editor tendremos una cuadrícula tridimensional con un puntero en medio, el cual es nuestra brocha, pues con ese colocaremos un cubito, o lo quitaremos. Podremos hacer tan ancho y alto el puntero para colocar tantos cubos como queramos a la vez y no estar uno por uno. Podremos cambiar el color cuantas veces necesitemos y nos ayudaremos de los joysticks para mover la cuadrícula a nuestro gusto y observar que vayamos bien en la loca idea que nos propongamos hacer.
Al final podremos guardar la nave en una de las cinco posibles ranuras, y modificar también las veces que queramos nuestros atributos, como la de agilidad y sobrecarga. Esto último es importante, pues algunos trofeos nuevos requieren de tener una nave lo más austera posible, y el más raro de todos consiste en tener un vehículo con 1337 bloques exactamente. Es aburrídisimo lograr este trofeo, pero ahí estuve haciéndola hasta que lo liberé.
Ahora vienen los tres modos de juego nuevos. El primero es “Supervivencia”, y y aquí tendremos una sola vida que podrá ser mejor cuidada con los escudos que aparecen durante la partida. Todos los humanos aquí bajan desde un paracaídas y no tienen que ser llevados a ningún lugar, sólo con recogerlos habrán sido salvados, siendo un extra que siempre aparece la flecha señalando su ubicación, comparado con el modo Arcade. Veremos estatuas durante el juego, y éstas tienen los nombres de nuestros amigos que ya han jugado este modo y con su récord personal, además de un medidor que muestra el porcentaje que hemos cubierto de dicho puntaje, para ir viendo cuánto nos falta para burlarnos de ellos: “¡Tengo más puntos que tú!”
Así como su nombre lo dice, debemos sobrevivir a un ambiente mucho más hostil y complicado. Es decir, varias decenas más de naves enemigas que nos persiguen, mejor colocadas y con patrones más complicados de esquivar. Pero para contrarrestar sus ataques, encontramos mejoras de armas con mayor frecuencia. Y lo más cool sucede cuando aparece un reloj, el cual pone todo en bullet time, o en cámara lenta, lo que permite que nuestros disparos tengan mayor precisión y así escapar con más tranquilidad de algún contingente enemigo.
El modo demolición me pareció bastante aburrido, pues para mi, Resogun es dinamismo y velocidad todo el tiempo. Aquí nos pondrán cajas que no podemos tocar, pero que generan puntos al ser destruidas, el problema es que no podemos disparar, sólo descargar energía sobre unas pelotas de fuego que rebotan en los extremos inferior y superior de la pantalla, y así romper todas las posibles. El problema viene cuando aparecen naves que nos persiguen como si fuéramos a darles propina, y que debemos esquivar mientras nuestra sobrecarga se regenera, y poder detonarla otra vez. Habrá súper cargas que permiten detonar sin necesidad de reponer la energía. Tendremos que buscar pelotas extras que podremos activar igual que a la anterior, y es de esperarse que a más esféricas, mayor cantidad de puntos iremos haciendo. Tener mucho cuidado de no chocar contra ellas pues perderemos de inmediato. En ambos modos de juego, nuestro marcador se subirá a la red de PlayStation, dándonos el lugar mundial en el que nuestra puntuación se encuentra. Y no, no me importa decir que estoy en el 1509, ya había perdido práctica. Dejen de molestarme.
Y el punto que hace de Heroes un excelente DLC, es la modalidad de juego cooperativo local. Nuestras plegarias se han escuchado por fin y Housemarque nos permite jugar con otra persona más. Así que agarren a su novia, primo, amigo o a esa vecina que desde hace rato le echaron el ojo, y póngalo a jugar con ustedes. Resogun es demasiado buen juego, pero le faltaba la maravilla del cooperativo local. Ahora el único problema es que tendremos que invertir en más controles, pues probablemente nos acabemos los joysticks de tanto jugar.
Otra buena noticia, es que nos proveen de más posibilidades de trofeos, que siendo sincero, son sencillos en la parte del diseño de naves, pero en lo que es el juego como tal, no tanto, pues en algunos casos deberemos jugar súper desarmados y en el modo más difícil. Heroes contiene trofeos que requieren volver a pasar todo el juego, y a como viene ahora, vale la pena.
Vale cada megabyte
Resogun tiene un precio para los que no son Plus (14.99), y estoy seguro que vale cada centavo por la experiencia aunque no así por la duración. No se torna aburrido ni imposible pero sí muy difícil. Para los que lo disfrutamos gratis, es una inversión buenísima de espacio en disco duro, que además no ocupa más de medio gigabyte. No es un juego para pensar, sino para reaccionar, para disparar y despejarnos un poco de lo cotidiano en el medio. Es una bocanada de aire fresco en un mundo de videojuegos plagados de visuales, fotos realistas y guiones rebuscados.
Para aquellos que tengan un PlayStation 4 o vayan por él, simplemente deben de descargarlo. Resogun viene a confirmar que en ocasiones la simpleza de un gameplay bien estructurado puede darnos ese deseo de no parar de jugar, de querer un nivel más, una próxima ronda, un último intento y quitarnos el sueño por mejorar nuestra puntuación. Todo eso lo hace Resogun, un juego estilo retro que saca lo mejor de la nueva generación.