De mano de Pedro Pablo Ibarra, con un guion de Issa López, Georgina Riedel, Gabriel Ripstein y Oscar Orlando llega Amor a Primera Visa, una comedia ligera con un romance común y corriente que, al menos de entrada, no ofrece más allá de una historia contada más de mil veces.
Amor a Primera Visa
Jaime Camil es Alejandro Fernández (no, no el que todos conocemos), un mariachi que vive una vida promedio, típico padre soltero que aunque lo desea no puede darle “lo mejor” a su hija, María (Renata Ybarra). Después de la muerte de su esposa, Alejandro se sumerge en la depresión y en sus propios miedos, principalmente el no ser el mejor para el resto.
Del otro lado tenemos a Laura Ramsey como Rachel, una mujer trabajadora que se mantiene en constante movimiento, y que al laborar como cónsul de la embajada americana concentra sus metas en una sola cosa: Ir a Londres, la última ciudad donde estuvo su padre.
Alejandro cree que lo mejor para su hija es que sus abuelos maternos se encarguen de educarla y de darle lo que aparentemente él no puede. Tras una negativa de Rachel a Alejandro en cuestión de obtener la Visa por no cumplir los requisitos, y de un reencuentro afortunado con “El Canicas” (interpretado por Omar Chaparro), ambos se involucran en la búsqueda de dos objetivos diferentes: ella estará detrás de una Mac que tiene documentos confidenciales que fueron confiados por su jefe, mientras que Alejandro la ayudará (porque él tiene la computadora en cuestión), mientras intenta convencerla de que es un buen prospecto para que se le conceda la Visa.
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Una de mariachis
Todos telegrafiamos en qué terminará Amor a Primera Visa. En realidad no hay ningún cambio en la historia y en su ejecución. Anticipamos que ambos terminarán enamorados, sabemos que en algún punto la verdad saldrá a relucir entre tantos enredos y los protagonistas terminarán distanciados por una mentira que, aunque se intentó aclarar, nunca pudo ser explicada, además de que tenemos a Omar Chaparro en el apartado del humor.
Y aunque no salir del cliché establecido podía sentirse como algo malo, resulta no ser el principal problema de la película, sino que las motivaciones de los personajes no se sienten genuinas, y en una trama con tintes románticos los sentimientos que transmiten los personajes son claves para disfrutar una historia, aunque ya sepas en qué termina.
Recuerdo estar durante toda la proyección de Amor a Primera Visa preguntándome por qué Alejandro quiere alejar a su hija. ¿Por qué no intentar de nuevo el trámite consular? ¿Por qué sigue trabajando sólo como mariachi? ¿Por qué le oculta la computadora a Rachel cuando pudo haberle servido como un buen argumento desde el principio? ¿Por qué ella quiere seguir los pasos de su padre cuando fue lo que más detesta? ¿Por qué la maestra de inglés odia a la niña y a su padre?
Durante todo el largometraje estarás cuestionándote éstas y muchas cosas más. El guion no tiene sentido, las situaciones simplemente proyectan una necesidad imperativa de formar una historia romántica que no se detiene a explorar las motivaciones que llevan a los personajes a cometer sus errores, y sólo se sienten como un berrinche.
No se aceptan comparaciones
Después del (por muchas personas odiado) éxito de No se Aceptan Devoluciones, las comparaciones entre ambos exponentes del cine mexicano no se hacen esperar. Mientras que la cinta dirigida y protagonizada por Eugenio Derbez intenta imprimir su propio estilo (bueno o malo) a un cuento de sobra conocido, Amor a Primera Visa no se arriesga a intentar nada en este renglón y se guía por la única premisa de que el amor mágicamente solucionará todo.
Aunque seamos sinceros, no todo en es malo este filme, tengo que ser enteramente honesto con ustedes. El cine mexicano ha sido un constante problema para mí; el que las obras de cine “negro” mexicano sean levantadas como única propuesta para exportar es algo que considero sinceramente estúpido.
“En Estados Unidos se hacen diez Iron Man y dos Precious, la gente mira esas dos obras y dicen: ‘¡Qué gran película!’. Mientras que en México se hacen diez Precious y solo dos Iron Man y la gente critica a los que intentan hacer algo diferente”. Dejando a un lado las obvias diferencias pero siendo sinceros, así es.
No tengo porqué justificar las fallas de la película, pero es cierto que intenta mostrarnos varios detalles tradicionales mexicanos que se han ido olvidado en el cine nacional. Los mariachis, los monumentos, la música, la gente, la comida mexicana, por lo que los mejores actores en Amor a Primera Visa sea la cultura, los lugares y la misma esencia mexicana que (aunque poco) se intenta resaltar.
Con todas y esto, la fotografía, la música, algunos personajes que llegan a destacar, el humor (que siendo sinceros, es el que manejamos muchas veces en la vida diaria), el breve tour por la Ciudad de México y algunos aspectos rumbo a la conclusión hacen que nos quedemos en nuestros asientos. A pesar de todo soltarás risas discretas y carcajadas culposas por el humor simple pero, en algunos puntos, efectivo.
Amor a Primera Visa tiene muchísimos fallos, pero estaría siendo deshonesto con todos ustedes si no les dijera que me divertí con esta comedia romántica. Es la clásica obra estándar del género que cumple con entretener, aun sin poderla recomendar abiertamente.
2 comentarios
Malísima la película nos salimos de la sala pésima actuación todo superfingido
Admito que me divertí aunque la historia estaba llena de clichés, pero tengo una pregunta ¿En qué diablos estaban pensando cuando le pusieron clasificación A a una película que contiene palabrotas y se presume que hubo una escena de sexo?