No se Aceptan Devoluciones llegó a las salas mexicanas causando furor y excelentes ingresos después de una taquilla respetable en Estados Unidos. La película, dirigida y protagonizada por Eugenio Derbez junto con las actuaciones estelares de Jessica Lindsey, Loreto Peralta y Daniel Raymont, retoma una temática ya conocida en el género, aunque con el particular enfoque del comediante, quien al mismo tiempo experimenta con un guion y situaciones lejanas a lo que ha presentado anteriormente. ¿La fórmula funciona o si vamos al cine corremos el riesgo de solicitar reembolso?
No se Aceptan Devoluciones
El largometraje escrito Guillermo Ríos, Leticia López Margalli y por el mismo Derbez presenta un giro notable a la historia ya contada del personaje irresponsable que conoce de repente a su hija y se ve envuelto en un viaje donde aprenderá a ser padre.
En No se Aceptan Devoluciones, Valentín (Eugenio Derbez) es un latin lover, un gigoló acapulqueño que ha pasado la mayor parte de su vida entre sus muchos amores mientras evade responsabilidades y miedos. Todo esto cambia cuando Julie (Jessica Lindsey), una de sus antiguas conquistas, reaparece en su vida junto a Maggie (Loreto Peralta), la hija de ambos.
Los papeles se invierten y las cosas se complican cuando Julie abandona a Maggie con Valentín mientras ella regresa a los Estados Unidos. El nuevo padre, asustado con la responsabilidad y asustado de perder su cómodo estilo, se embarca en un viaje para encontrar de nuevo a la madre y recuperar su vida.
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Instructions well followed
Seamos sinceros, No se Aceptan Devoluciones es una de esas películas que hemos he visto muchísimas veces en diferentes pieles. Incontables ocasiones hemos presenciado de alguna u otra forma esta historia. ¿Pero realmente esto sepulta al filme?
La trama nos lleva de la mano en el crecimiento de Valentín como el padre de Maggie. Una figura paterna sobreprotectora y complaciente que sobrevive como doble de películas; atrapado en un trabajo peligroso sólo por darle la mejor vida a su hija, pronto notamos que los personajes viven a la sombra de algún clásico estereotipo, de la mano de una enfermedad acechando a la vuelta de la esquina.
El rumbo “normal” de nuestros protagonistas se sale de curso cuando finalmente Julie regresa para conocer a la hija que abandonó hace años y ganarse el cariño de la pequeña. Después de pasar un tiempo con ambos y conocer la vida que llevan, la madre decide luchar por la patria potestad de Maggie para tenerla a su lado.
Las actuaciones de los tres personajes principales son lo que mantiene a flote No se Aceptan Devoluciones, ya que son ellos los que le imprimen su propio sello a una historia que por momentos puede parecer sobada. La convivencia de Maggie y Valentín se siente real, al igual que la relación de Maggie con Julie, aunque por momentos es demasiado melosa y faltó arriesgarse para llevar a la pantalla algo más que los problemas que todos sabemos que tarde o temprano saltarán a escena.
Por otra parte, los personajes con papeles secundarios, si bien aportan variedad, no salen de su típico rol, algunos son únicamente un chiste que se repite una y otra vez y aportan poco a la narrativa, destacando a Reené (Alessandra Rosaldo) como una de las pocas sorpresas que la película nos presenta en este aspecto.
Instructions not Included
Afortunadamente, es la misma obra la que nos explica (algo apresurado) el porqué de las situaciones que se presentan, con problemas espontáneos que nunca dejan de sentirse verosímiles. Las situaciones, pese a pecar de ser exageradas al punto de llevar al espectador de un sentimiento a otro, son tratadas al mismo tiempo con una facilidad notable que nos hace creer que al menos en este mundo todo esto es posible: Estarás riendo de un dialogo cómico para después caer en la realidad de la situación y de sus responsabilidades adjuntas.
El humor en No se Aceptan Devoluciones es en realidad el que siempre ha caracterizado a Eugenio Derbez; no encontrarás a Ludovico Peluche en la pantalla ni a alguno de sus otros personajes (aunque hay algunas referencias a ellos que navegan casi imperceptibles), pero sí te toparás con la comedia que lo ha caracterizado en televisión.
Pero no son los personajes ni el humor lo que consolidan al largometraje, sino el final del mismo. Durante el curso de 115 minutos te encontrarás intentando adivinar el curso real de la historia, predecir el siguiente giro, y cuando todo parece lineal y sin sorpresas es el último acto el que nos golpea de frente como pocas cintas; no es sino la conclusión misma la que nos hace voltear atrás para entender la cruda idea central detrás de su coraza comedia ligera.
Contrario a lo que la mayoría pudiera anticipar al ver los tráileres o leer el nombre de Derbez en las marquesinas, ésta no es una historia de sonrisas, no es un cuento de princesas donde al final sabemos que todos vivirán felices por siempre.
No se Aceptan Devoluciones es, en su muy particular estilo, un relato profundo de responsabilidades, de acciones y consecuencias que terminan afectando a quien menos deseamos, un retrato matizado de una realidad que muchas veces tenemos enfrente, pero que debido las risas y bromas de la vida misma, no alcanzamos a percibir hasta que el final nos golpea, igual que lo hace esta película.