Muchas aventuras hay en DuckTales Remastered… Si ya estabas vivito y jugando a finales de los años 80 y principios de los 90, sabes que en aquella época, además de las Tortugas Ninja, había dos cosas que no podían faltar en la vida de cada niño: su dosis semanal de Patoaventuras y el haber jugado al menos una vez el cuasi legendario DuckTales para NES.
DuckTales Remastered
Con gráficos llamativos, selección de escenarios, entretenidas boss battles, música que aún se recuerda con cariño y niveles no lineales, DuckTales abrió el camino a una serie de buenos títulos de licencias de Disney que Capcom publicó para la primera consola de Nintendo, por lo que el anuncio de un remake en alta definición llegó como un bálsamo para muchos fans de la vieja escuela que buscaban descansar sus rifles de alto poder por una aventura de plataformas más amistosa.
DuckTales Remastered es en sí un juego en 2D a la antigüita disponible para Wii U, PlayStation 3 y Steam (más tarde en Xbox 360). Aquí tomamos el control de Rico McPato, trillonario plumífero que se lanza en la búsqueda de cinco tesoros ancestrales. La mecánica de progreso es el básico ochentero: brinca sobre tus enemigos y sobre las plataformas para llegar a tu objetivo, aunque los niveles no están estructurados linealmente, sino que tienes que recorrerlos en su totalidad para juntar algunos objetos y más tarde abrir el camino hacia el jefe, además de qué puedes escoger con cuál empezar.
El único accesorio que tiene nuestro acaudalado pato es su pogo, con el que puede golpear algunos objetos, abrir cofres, brincar sobre sus enemigos e impulsarse más alto de ser necesario. Cada escenario está lleno de diamantes, cofres, contenedores de corazón y cuartos secretos, descubriendo la mayoría de ellos casi por accidente pues ninguno es tan complicado ni tan recóndito.
Todos los jefes y escenarios de DuckTales Remastered están basados en algún episodio de Patoaventuras, justo como en el juego original, aunque en esta versión queda más claro gracias a los pequeños diálogos y cinemas que aparecen mientras vas progresando por cada uno de los cinco niveles: Amazonas, Himalaya, Transilvania, Minas Africanas y la luna.
Los cambios de WayForward
Además de estas escenas para ilustrar la historia, el estudio WayForward, agregó algunos cuartos y secciones de nivel que no estaban presentes en el título de NES. Por ejemplo, en el Himalaya añadieron una batalla sobre el helicóptero de Joe McQuack antes de enfrentarte al jefe de nivel.
Otro cambio notable es precisamente en las boss battles, ya que en DuckTales Remastered nos enfrentaremos a rivales de mayor tamaño, como la Mujer de las Nieves, o en secuencias mucho más elaboradas, como contra Mágica. Los jefes de nivel era sin duda el punto más flaco del original DuckTales, pues eran sprites pequeños y con mecánicas harto telegrafiadas.
La dificultad en general también fue aumentada notablemente, sobre todo en Hard o Extreme: los mundos cuentan con más picos, los enemigos son más rápidos y agresivos, y el número de vidas es menor. Tomando en cuenta que si se te acaban las vidas es volver a comenzar desde el inicio del stage no faltará quien considere esto frustrante, pero así se estilaba en aquellas salvajes épocas.
Aunque siendo honestos, salvo los primeros minutos en lo que te adaptas a los brincos y rebotes de McPato, DuckTales Remastered es un juego relativamente sencillo y corto. Pasar un nivel es prueba y error en lo que lo recorres y reconoces los distintos peligros, pero no te lleva más de tres o cuatro intentos. El único escenario engorroso es el del Himalaya, por unas cabras locas que se te lanzan brincando y no puedes usar el pogo para rebotar en la nieve.
A decir verdad, muchas de las muertes las pude haber evitado de no ser por un detalle extraño en la jugabilidad y las cajas de colisión: cuando McPato sube o baja plataformas usando el pogo y su pata apenas pisa una esquina, cancelarás el brinco/ataque para caer normalmente, y si hay alguien abajo (o picos) te quitará un corazón de vida. Fuera de ello y sabiendo cómo evitarlo, los niveles se completan en alrededor de media hora cuando mucho.
Una vez que terminas las cinco primeras misiones se abre un escenario inédito y exclusivo de esta remasterización, en donde por fin pondrás a prueba tu paciencia y tus pulgares, ya que es bastante más difícil que todo lo que te habían tirado hasta el momento. Otro nivel nuevo es el del tutorial, pero lo superas en cinco minutos tras iniciar tu partida.
En cuestión técnica, WayForward hizo un excelente trabajo con los personajes y su animación. McPato, los sobrinos y toda la fauna de enemigos lucen increíbles en DuckTales Remastered, que además cuenta con las voces originales de la serie en inglés. Esto último tiene sus bemoles, pues cada cierto tiempo los monitos se pondrán a hablar un buen rato a medio nivel y generalmente sólo cuentan chistes malos. Hubiera preferido animaciones más elaboradas al principio y al final de cada misión si es que querían ahondar en una historia que tuviera más semejanza con la caricatura.
La nostalgia no tiene HD
Los fondos en 3D son otro apartado irregular. Las texturas son muy toscas y no tienen el mismo nivel de detalle que los personajes dibujados a manos, dando un efecto de contraste muy marcado que no necesariamente es bueno. Vaya, me parece que la versión de NES tiene más atención en los escenarios aún con una paleta técnica tan limitada.
En el aspecto musical, DuckTales Remastered hace un trabajo excepcional. No sólo reinventaron la banda sonora que muchos ya conocíamos, sino que mantuvieron ese ritmo de midi, simple y pegajoso sin recurrir a orquestas o grandes obras de musicalización para transmitir al mismo tiempo el sentimiento del título que conocimos en NES como de la serie animada que veíamos semanalmente.
DuckTales Remastered cumple con las expectativas de los fanáticos de lo retro: una aventura simple de plataformas en 2D reinventando uno de los grandes clásicos de ocho bits. Gráficos aceptables, música que te pone la piel de gallina, un reto mediano y la necesidad de darle varias vueltas para desbloquear toda la galería te darán varias horas de juego, aunque no tantas.
Sin embargo, si no jugaste el original o no viviste la época de los sprites en consolas, te recomendaría pensarlo dos veces o esperar a que baje aunque sea un poco su precio. DuckTales Remastered es sin duda mejor que el original, pero no proporcionalmente mejor a lo que uno pudiera esperar tras el paso de varias generaciones de consola. Por momentos lo sentí muy chato y más como una manita de pintura que como un remake en su totalidad; queda claro que la nostalgia no entiende de alta definición.
1 comentario
Opiné lo mismo desde el principio, gráficamente parecía juego flash, nada del encanto de los escenarios con sprites hechos a mano pero bien detallados.