Creado en 1991 por Fabian Nicieza y Rob Liefeld como una especie de homenaje/parodia a Deathstroke, de la línea de cómics de la competencia, Deadpool se convirtió pronto en uno de los personajes distintivos de Marvel y con un brillante futuro por delante. Dentro de este futuro de nuevos productos a donde expandir al mercenario de gran bocaza está un videojuego para Xbox 360, PlayStation 3 y PC titulado simplemente de manera homónima, Deadpool.
Deadpool
Y es que en teoría, Deadpool parece pintado para aparecer en este medio. Una de las habilidades de este antihéroe es su factor de curación mutante, lo cual encaja perfecto con una mecánica de poner tierra de por medio mientras se regenera tu vida. ¿Un hack n’ slash moderno al estilo Devil May Cry? ¿Por qué no? Deadpool es experto (y amante) en usar pistolas y espadas por igual, además de que es uno de los pocos personajes que rompe la cuarta pared (habla a la audiencia): su principal poder es su capacidad consciente de saber que está dentro de un cómic… O en este caso, de un juego.
Este fue el discurso que le presentó el estudio High Moon a los altos mandos de Activision y Marvel en una reunión donde se sentaron a planear el juego, mientras que seguramente más de algún ejecutivo sudaba nervioso a ver el presupuesto de un pequeño país invertido en un título de ocho horas que a la vez era una nueva franquicia. Para sanear esta parte, seguramente recortaron el presupuesto para guionistas, diseñadores y el reparto de voces que no rimaran con “Nolan North”.
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La premisa detrás de Deadpool es que nuestro mutante regenerativo está aburrido y se la ocurre la brillante idea de tener su propio videojuego, así que mediante sus típicas técnicas de persuasión negocia con el jefe de High Moon Studios para crear un título digno de su nombre: con montones de explosiones, sangre, desmembramientos, mujeres imposiblemente proporcionadas, un séquito de fanáticas y armas de todo filo y calibre.
¿Por qué sospecho que recortaron el presupuesto? Los escenarios en Deadpool incluyen alcantarillas, ruinas urbanas lentamente devoradas por la flora natural, complejos industriales abandonados y templos misteriosos convenientemente colocados en el escenario, todo como si hubieran rescatado algún archivo antiguo de un juego cancelado, café y poco original. No puede uno dejar de sorprenderse cuando la futurista y tecnológica Genosha de los cómics acá es representada como una especie de castillo europeo medieval.
La carencia de un buen guion se nota también en las pocas líneas que Deadpool tiene durante el combate. Es divertido las primeras cinco veces que lo escuchas, pero una muestra real de que el juego necesitó más imaginación y tiempo para no sufrir del síndrome de “esto ya lo esuché 500 veces” durante todo toda la travesía.
Balas, bubis y boss battles
En lo que respecta al gameplay, el combate es limitado y restrictivo. Parte de la caracterización de Deadpool debería ser la exageración, pero el juego recompensa que uses tus armas de fuego en una mecánica de disparos en tercera persona no muy precisa ni tan satisfactoria como podría ser darle mayor peso a ir y cortarles la cabeza. Además, prepárate a para pelear contra centenares de clones y variaciones de los mismos parcos enemigos en lo que presumo es un (mal) chiste de los desarrolladores.
Todo juego puede mejorar con más batallas de jefe, pero también hundirse si son pocas y muy malas, y Deadpool es el ejemplo perfecto. La historia se centra en cazar a Mr. Sinister, el villano “du jour” que tiene un pequeño grupo de mutantes -no tan conocidos- a su control, quienes sirven como las pocas boss battles que encuentras durante tus sesiones. Ninguno de estos enfrentamientos los recordarás, salvo por lo decepcionantes que son.
La cúspide de mi decepción fue cuando entra el clásico tipo grande y pesado que se avienta hacia ti sin ver a donde va. Como puedes anticipar (sin necesidad de poderes síquicos), una vez que se lanza queda completamente vulnerable y es cuando lo atacas por la espalda. El resto de jefes tampoco aporta gran cosa.
Deadpool incluye un sistema de combos poco fluídos y visualmente pobres si los comparas con otros títulos del género; en vez de poder hacer una transición sutil entre enemigos mientras armas la cadena, los diseñadores insertaron un pequeño gag que también se vuelve aburrido cuando lo ves durante tantas veces. También hay algunas secciones de sigilo y usar torretas para acabar con tus enemigos, así como partes del nivel diseñadas en honor a títulos retro. En general encajan bien estos momentos, pero son tan aislados que se vuelven pequeños oasis en un mar de tedio.
Lo perplejo es que Deadpool es un personaje divertido y sí tiene momentos divertidos en su videojuego. Las secuencias que nos narran la historia son graciosas, asertivas y atajan esa distancia entre el personaje y el espectador, logrando que me carcajeara mientras descansaba el control, pero tan pronto terminaban los cinemas era como salir del descanso y regresar a tu aburrido trabajo.
Técnicamente, Deadpool tiene muchas y notables carencias/fallas. Los escenarios son a veces muy vastos para lo que en realidad puedes ahí, sin contar su pobre diseño y texturas que parece recicladas de hace al menos seis o siete años. Los modelos de los personajes cumplen con su función, pero se notan la mayoría del tiempo acartonados, sin vida y sin ganas de interactuar con ellos.
Deadpool pudo ser un muy buen título, pero parece que los diseñadores no hicieron casos a sus instintos y recortaron recursos técnicos. En lugar de una ególatra aventura estilo Groucho Marx, con armas extravagantes, momentos sin sentido y muchos X-Men desfilando en tu pantalla tenemos un juego con mala presentación, diálogos pobres, sistema de combate aburrido junto a jefes tristes y olvidables. Lo único bueno son los cinemas, es aquí donde los creativos se divirtieron de verdad y mostraron que existe potencial si cuidan la franquicia.