La Guerra Fría estaba en su apogeo pero la carrera nuclear y espacial pierde todo sentido cuando la Unión Soviética encuentra en un solo hombre el poder de expandir el comunismo sin que nación o fuerza alguna se le oponga: Superman. En Superman: Red Son se plantea el qué hubiera pasado si la nave del kriptoniano hubiera aterrizado en Ucrania y no en Kansas.
Superman: Red Son | Reseña
Los cómics de Elseworlds siempre han sido una carta muy fuerte de DC Comics. El trasladar a los personajes tradicionales a escenarios aún más ficticios que nunca llevó a la editorial a publicar varias de las mejores novelas gráficas de la industria, y Superman: Red Son es un claro ejemplo del potencial de los Elseworlds. Su autor, Mark Millar (Kick-Ass y Civil War), había planeado esta historia por muchos años, lo que se nota en su excelente narrativa, la intrincada historia y el increíble manejo de los personajes icónicos de DC Comics.
“A mediados del siglo XX, los teléfonos empezaron a sonar por todo Estados Unidos, los rumores de mi existencia habían comenzado a circular”. Así comienza Superman: Red Son, una miniserie de tres números cuyo narrador es exactamente su protagonista, lo que le proporciona una tónica atractiva al conocer la historia del Superman soviético desde el punto de vista del mismo Superman.
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El presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, da una conferencia de prensa a gran escala para su país. Aparece en la radio y televisión anunciando que Estados Unidos tiene evidencia que demuestra que enfrentan una grave crisis cuando se enteran de que la Unión Soviética cuenta con un arma secreta: un súper hombre capaz de volar, con súper oído, visión telescópica y que atraviesa las paredes, tiene fuerza descomunal, y es fiel a la doctrina comunista y las ideas de Stalin.
La noticia inicia una especie de paranoia en la sociedad norteamericana, ya que todo mundo juraba tener avistamientos de aquel súper hombre… tenían miedo que con su increíble oído escuchara todas sus conversaciones o que ni siquiera en el baño podrían estar lejos del alcance de su vista. Comenzaba la leyenda del Superman comunista, el campeón de los obreros que lucha sin cuartel a favor de Stalin, el socialismo soviético y la expansión internacional del Pacto de Varsovia.
Supermán: Hijo rojo, campeón soviético
Eisenhower le encarga la misión de derrotar a Superman al hombre más inteligente del mundo: Lex Luthor, un investigador de los Laboratorios S.T.A.R. quien es contactado por el agente de la CIA Jimmy Olsen para trabajar en un plan que acabe con la amenaza soviética y recupere la supremacía para los Estados Unidos. La misión no es nada fácil y Lex Luthor desarrollará una fijación extrema por llevarla a cabo, por vencer con sus conocimientos e inteligencia al “hombre de acero”, convirtiéndolo en el principal antagonista de la miniserie.
A mi gusto, Superman: Red Son nos presenta a la mejor encarnación que existe de Luthor, un hombre no precisamente cruel y despiadado, sino con un pasión eterna por simplemente vencer a Superman cueste lo que cueste en beneficio de su nación y el modo capitalista de ver el mundo. Para vencer a Superman, Luthor (con permiso del presidente) idea derribar el satélite ruso Sputnik y hacerlo caer en pleno Metropolis.
“Me llamaban soldado, pero esa no era la verdad. Nunca fui un soldado. Un soldado siempre sigue órdenes. Un soldado conoce y odia a su enemigo. Un soldado sólo pelea y muere por su propia gente. Yo simplemente luché por lo que era correcto”. Superman escucha desde Moscú el sonido del satélite viniéndose encima de la urbe norteamericana. La gente es presa del pánico al ver el armatoste a punto de impactarse contra ellos. “No son mi gente. Pero nunca rehúso una súplica de ayuda. Todas las mentiras que esparcieron sobre mí, la propaganda que ingeniaron para la Guerra Fría. Nada de eso importó en aquella brillante tarde. Por un momento… se dieron cuenta que estaba ahí para salvarlos”.
Superman desvía la amenaza y a su partida, Lex ordena que recuperen el satélite de la bahía para intentar encontrar respuestas a la ecuación, respuesta que tomaría su primera forma en Superman-Two (Bizarro), un clon malhecho de Superman al cual derrotaría sin grandes problemas pero que sería recurrente. Era sólo el comienzo de la larga batalla que toma lugar durante los tres tomos de Superman: Red Son.
Poco después son introducidos más personajes, incluyendo al mismísimo Stalin; al jefe de la KGB e hijo ilegítimo de Stalin, Pyotr Roslov (Pete Ross); la Mujer Maravilla, embajadora de Nuevo Paraíso en el mundo de los humanos, quien ve con muy buenos ojos a Superman y a la doctrina socialista; y a un niño huérfano cuyos padres disidentes habían sido muertos a manos de Roslov, un niño que crecería con odio hacia el sistema socialista.
Superman vs Batman
La muerte de Stalin da la entrada al segundo arco de la historia, que nos muestra también el resentimiento de Pyotr hacia Superman, no sólo por robarle la admiración de su padre, sino porque según él, la existencia del kriptoniano es una ironía y contradicción para el comunismo, pues demuestra que no todos los hombres son iguales. A la muerte del mandatario soviético y viendo la necesidad de su pueblo, Superman decide que hará caso al clamor popular de la gente que lo quiere ver como el nuevo presidente de la Unión Soviética.
Al llegar al poder, Superman poco a poco empieza a “convencer” a los demás países de unirse a la Unión Soviética, bajo su eterna vigilancia prácticamente están seguros y su modelo de gobierno trae una prosperidad inaudita en todos los campos, llegando un momento en el que sólo Chile y Estados Unidos persisten como naciones capitalistas. Pero en esta parte también es cuando regresa aquel niño resentido con el comunismo… un niño que creció y decidió tomar la anarquía como bandera, el derecho a ser libres como eslogan y el sobrenombre de Batman para luchar por sus ideales, al creer que la omnipotencia y omnipresencia de Superman les quitan lugar a los humanos normales para decidir y equivocarse.
No vale la pena echar a perder más la historia en la reseña, sólo indicar que obviamente Batman lucha contra ese sistema, Lex Luthor busca la presidencia de Estados Unidos y tiene una nueva arma para combatir a Superman cuando encuentra una batería verde de poder, algunos antiguos aliados de Superman empiezan a dudar de sus métodos y una conclusión que te hará volver a leer esta historia decenas de veces, donde el arma más peligrosa contra el “hombre de acero” no es la kriptonita sino el pensamiento humano y el derecho a la libertad.
Obra maestra de Mark Millar
El arte en el cómic es muy bueno, con trazos que te transportan a donde el guionista lo desea, pero destaca la gama de colores usada por Paul Mounts para ilustrarlo. Los diálogos son certeros y les dan vida a todos los que interactúan en la narrativa. El uso de otros personajes conocidos de DC Comics para apoyar la historia está muy bien trabajado, y el sentimiento de gusto/rechazo por la labor de Superman siempre está latente, no puedes sentir empatía completamente por él, pero a su vez tampoco por Luthor… la lucha persiste y tal vez al cerrar el cómic no quieras ver a ninguno triunfante.
Quizá de lo mejor de Superman: Red Son es el manejo de Mark Millar de los personajes involucrados en el cómic, dónde todos están ubicados en una zona gris donde nadie es absolutamente bueno, ni siquiera Superman, y nadie es totalmente malo, ni siquiera Lex Luthor. Y es increíble que en esta zona gris se geste una de las mejores batallas del cómic entre lo que está bien y lo que está mal. Una historia cuyo final no termina en el desenlace mismo de la batalla sino en un increíble epílogo que nos transporta miles de años en el futuro y que te sorprenderá al pasar la última página.
Seas fanático o no de Superman, o de las historias de superhéroes, Superman: Red Son es una lectura obligada. No sólo encierra una interesante lucha de ideales satirizados en la batalla personal Luthor contra Superman, sino que, por cursi que parezca, por momentos te hace pensar en el potencial de la raza humana, en los errores cometidos históricamente por las grandes naciones y cómo una novela gráfica te puede adentrar tanto en sí misma que cuando terminas de leer sigues pidiendo más. El éxito de Superman: Red Son le ha valido varias reimpresiones, una serie de figuras de acción (2008), además de estar dentro de la línea de motion comics (cómics con movimiento) de DC Comics. Sólo queda dar gracias a Mark Millar y su equipo de creativos por darle vida a este excelente cómic, que por cierto estuvo nominado al premio Eisner de 2004 como mejor miniserie.