Perteneciente al género del suspenso/misterio, Cuerpos Invadidos (Videodrome) es una película que podría considerarse una pieza clásica de principios de los 80. La cinta fue escrita y dirigida por David Cronenberg, es uno más de los filmes que su autor acuñó como body horror pero que fracasó estrepitosamente en su estreno en cines.
Cuerpos Invadidos (Videodrome) | Reseña
Max Renn (James Woods) es dueño de una antena satelital que transmite señales de cable pirata, una especie de estación de televisión clandestina cuya política es transmitir programas con el contenido más sórdido que exista a quien sea que logre captar la señal. A últimas fechas, Max Reen dio con una frecuencia oculta donde descubrió el programa Videodrome, que no es otra cosa sino un show snuff que transmite completamente en vivo escenas de tortura física y sexual, hasta llegar a asesinatos. La señal aparentemente provenía de Malasia.
En medio de todo esto, Max desarrolla una relación sentimental con una siquiatra llamada Nicki Brand (Deborah Harry), quien se obsesiona con el show al grado de que desea hacer algo parecido. Las cosas se complican cuando Renn investiga el verdadero origen de la señal (en Estados Unidos), mientras intenta dar con el paradero de su novia.
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A lo largo de la extraña trama de Cuerpos Invadidos nos enteramos de la naturaleza del Videodrome, un “programa” creado a partir de los experimentos de un neurólogo que dirige un culto al tubo catódico mientras seguimos de cerca las alteraciones mentales que la exposición a Videodrome genera en las personas.
A diferencia de obras anteriores más exitosas (como Scanners), esta cinta contiene un trasfondo más profundo y una propuesta cultural muy oportuna para la época. Los primeros treinta minutos de Cuerpos Invadidos, de hecho, son magistrales y dan pie a que el espectador se empiece a realizar cuestionamientos interesantísimos sobre la trama, pero la película nunca avanza después con el mismo ritmo con el que inicia. Debido a este fallo del guion, a pesar de que la trama sea interesante y la temática morbosamente fascinante, Cuerpos Invadidos no llega a ser tan grande como pudo ser.
Body Horror de David Cronenberg
Como mencionaba al principio de la reseña, David Cronenberg acuñó el término body horror para referirse a sus películas que usualmente incluyen como elemento importante (si no es que central) en la trama, aquellos horrores grotescos e indecibles que surgen del propio cuerpo de los personajes. En sus filmes observamos cómo la gente muta, se convierte y desarrolla adicciones que le producen cambios, o tiene su cuerpo controlado por objetos u otras personas… como una metáfora espantosa de la forma en que los vicios y pecados que cometemos adquieren una dimensión física a niveles que pueden parecernos abominables. La gente teme que se manifieste corporalmente aquello que en verdad hay dentro de ellos.
En el caso de Cuerpos Invadidos, la cuestión tiene también un trasfondo religioso, bajo la figura de la Iglesia de la Nueva Carne, un concepto que se insinúa de forma difusa, pero que parece indicar la necesidad de entregar nuestro cuerpo a voluntades que no comprendemos, a sacrificar nuestra humanidad corpórea para glorificar el delirio de grandeza creado por un idealismo enajenante. Aquí la película hace referencia explícitamente a la política militar de Estados Unidos, así como a ciertas cuestiones de represión sexual y la manera en que vía los medios de comunicación es posible alterar la sique del ser humano.
Como podrán notar, mucho de entender a Cronenberg y sus filmes es ir más allá de las capas superiores de lo que presenta en pantalla y captar el mensaje (casi subliminal) que imprime en cada una de sus obras. Cuerpos Invadidos es una película con una premisa interesante, indispensable para los seguidores del director así como los interesados en el cine alternativo y de culto. Pero por desgracia, el esfuerzo parece quedarse a medio camino. Conforme la película comienza a delirar con escenas surrealistas (justificadas por la trama) el enfoque se pierde poco a poco.
Probablemente se trataba de la intención del director, ya que la trama de Cuerpos Invadidos está construida de manera coherente, pero en lugar de cerrar con fuerza narrativa, todo termina en un festín de efectos especiales, escenas de acción y secuencias con maquillaje prostético muy elaborado, pero que no termina de asentar bien aquel mensaje que nos pudiera haber dejado el director. Las escenas finales son efectistas e incluso bastante predecibles… siendo lo único predecible de esta cinta, de hecho.
De cualquier forma, Cuerpos Invadidos es una experiencia interesante. La cinematografía lenta y autorreflexiva de Cronenberg se desenvuelve en escenas que parecen tener sentido únicamente en la sobresaliente interpretación de Woods, quien arroja una actuación verdaderamente memorable al dejar traslucir los delirantes y contradictorios estados mentales de su personaje. Y junto a esto, escenas con una intensidad impresionante, que sólo maestros como Cronenberg son capaces de crear. La excelsa dirección es la que salva la trama de esta película, que pudo haber dado más, pero conforme avanza se cae a pedazos.
A pesar de no haber desarrollado de la mejor forma las posibilidades que la premisa de Videodrome nos podía ofrecer, la excelente cinematografía de Cronenberg y las memorables actuaciones convierten a lo que (de la mitad de la película hacia adelante) pudiese haber sido una película de serie B, en una obra artística recomendable para los verdaderos amantes del séptimo arte. Si eres fan de este tipo de cine, Cuerpos Invadidos es una película recomendable, si no lo eres quizá sea más conveniente alejarte en busca de algo menos violento y metafórico.
1 comentario
que cagado, casi la acabo de ver. Espero una reseña tuya de Naked Lunch, porque a ésa si no le entendí nada