¿Tienes ganas de una “road movie” con mensaje positivo? Midnight Nation es lo que buscas, sin embargo la serie de doce tomos puede parecerte poco interesante durante los primeros dos números. Al principio pinta para ser una trama común de asesinatos y detectives, nada nuevo, pero en cuanto agarra velocidad la historia te picas y ya no puedes dejar de leer un cómic que involucra acción, temas ocultos, piernas largas y la búsqueda de un sujeto por su alma.
Midnight Nation
De Top Cow e Image, el escritor Joseph Michael Straczynski y el dibujante Gary Frank transforman una trama aparentemente insulsa en una trama que raya en la exageración de todos sus elementos. En Midnight Nation el detective David Gray busca a un homicida de indigentes y pequeños distribuidores de droga en Los Ángeles, pero cuando por fin cree dar con el culpable se encuentra con un grupo de asesinos muy poco comunes. Una especie de humanos con marcas negras al estilo de tatuajes en la cara y el cuerpo, pelones y un color de piel verde que no parece muy sano.
Con un último esfuerzo logra matar a la persona que dirige a esta bola de calvos caníbales que por momentos incluso lucen como transparentes e intangibles, pero ellos a su vez logran matarlo… O algo parecido. Cuando nuestro protagonista despierta tiempo después en el hospital se da cuenta que se encuentra vivo, pero todas las personas a su alrededor parecen ignorarlo, como si no notaran su presencia, de hecho se ven tan intangibles como él veía a sus atacantes unos días atrás.
Una sexy chica (el punto fuerte de los dibujos de Gary Frank, a mi parecer) llamada Laurel aparece en escena. Laurel puede ver a David y el detective a su vez la visualiza sin esa extraña sensación de transparencia. Laurel es la única que comprende lo que sucede y decide guiarlo por el nuevo mundo al que ya pertenece, el de “los olvidados”: todos aquellos que por alguna razón se pierden en la soledad y empiezan a ser ignorados hasta el punto de volverse invisibles para el resto. Un mundo para los indigentes, los vagabundos, los niños abandonados, aquellos que nunca tienen un espacio en la sociedad y cuyo lugar se encuentran justo en el estrecho que existe entre nuestra realidad y la de los muertos.
La jovencita le explica que fue atacado por el grupo conocido como The Men, o sea, los pelones caníbales. El líder del grupo le robó su alma y ahora le queda un año para recuperarla o convertirse en otro pelón caníbal más. Para ello tendrá que emprender un largo camino desde Los Ángeles hasta Nueva York por su propio pie, debido a que en este mundo de “los olvidados” existen reglas muy especiales y una de ellas es que no pueden usar nada del mundo normal, nada que funcione, nada que sea nuevo, los únicos objetos con lo que pueden interactuar son aquellos que también han sido olvidados o desechados.
Es un peregrinaje que Laurel no guía por primera vez, pero del que hasta a la fecha nadie ha sido capaz de salir triunfante, una premisa que de inmediato llama la atención en Midnight Nation y que se volverá el principal motivo por el que te encontrarás pasando página tras página.
Un viaje con referencias conocidas
Durante su viaje, David Gray se da cuenta que sólo puede ver e interactuar con “los olvidados”, nadie más lo percibe y nadie más lo escucha. Entre ellos se encuentra a un viejo loco llamado Lázaro, “Laz” para los cuates. Nadie sabe mucho de él excepto que le encanta beber, comer y fumar. Su relato lo ubica como el primer “olvidado” de la historia cuando su familia lo da por muerto y milagrosamente alguien le devuelve a la vida. Familiares y amigos estuvieron encantados con su retorno, pero no todos, algunos buscaban matar a “Laz”, pero él siempre contó (y cuenta) con una protección especial.
Sorprendido por su nueva vida, Lázaro no sabía qué hacer con ella así que fue con su milagroso benefactor a preguntarle qué procedía. Él respondió que aguardara su regreso… Parecía adecuado, “¿qué tanto podía tardar”, se preguntó Lázaro, “al final de cuentas sólo iba a una cena con sus allegados”.
La espera se volvió una noche, la noche una semana, la semana un año y el año un tiempo incontable. Ahora Lázaro cada día se asoma hacia el horizonte en busca de algo, que muchos intuyen es la muerte. Él se vuelve otro acompañante de David Gray en Midnight Nation y le ayuda en varios momentos durante el cómic.
Laurel, como parte del protocolo del viaje en Midnight Nation, le pregunta a David si desea que lo mate mientras aún está consciente de sus decisiones y no se ha transformado en un pelón más. Pero no es la única que contacta a David. También, como parte del ritual, el líder de The Men tiene su oportunidad dos veces de hablar con el detective y explicarle su punto de vista, un hombre que parece sincero y que le dice que ha sido engañado desde el comienzo, como toda la humanidad fue timada desde el principio de los tiempos.
Como algunos seguramente ya intuyeron, de Midnight Nation está plagado de referencias religiosas, pero éstas nunca se mencionan explícitamente, lo cual es una muy buena decisión, ya que le da cierto aire de misterio, suspenso y a la vez de libertad de interpretación.
Joseph Michael Straczynski (conocidopor escribir los episodios de Babylon-5 para televisión) hace un acercamiento muy original a los dogmas religiosos no hablando de la muerte y planos etéreos, sino del rechazo de los humanos para con sus similares. El cómic intercala muy bien los textos y la acción, y en general están muy bien equilibrados. En cada número se le presenta al lector una nueva encrucijada que te deja con esa sensación de “continuará” tipo telenovela y eso te invita a leerlos todos en una sentada.
Por su parte, Gary Frank realiza un excelente trabajo con los trazos, muy al estilo de Jim Lee, figuras bien definidas y mujeres sensuales de piernas largas y tangas que se salen. Las expresiones de los personajes son muy detalladas y contribuyen a afirmar la atmósfera de que algo muy cabrón está sucediendo en el mundo de Midnight Nation.
Los doce tomos del cómic han sido recopilados en una novela gráfica estilo trade paper back y otra versión de tapa dura, ésta última publicada también en español por Editorial Norma. Midnight Nation cuenta también con un pequeño one-shot patrocinado por la revista Wizard llamado Precious Objects (#½).
La historia se ubica en algún momento durante la primera mitad del viaje de David Gray, mientras nuestros personajes llegan a la casa de un viejito bonachón con pinta de Santa Claus que defiende todas las ideas que el mundo no alcanzó a concebir. Poemas, ecuaciones, novelas y hasta canciones de John Lennon que no vieron la luz del día están ahí. Su misión es protegerlas de un feroz ataque de The Men.
Midnight Nation es un viaje que se vuelve más extraña conforme avanza y a la vez más conocido. La trama del cómic sorprende con cada nuevo número y aunque quizá para algunos el final no cierre con la fuerza esperada, no deja de ser bueno. El dibujo es atractivo y los rollazos al final del trayecto te recordarán mucho a la película de El Abogado del Diablo, pero sin duda son interesantes y mantendrán tu atención si te gustan las tramas complejas con bastantes alusiones religiosas. La espada de fuego, lo mejor sin duda.