Si te gustó la película Guardianes de la Galaxia con su fórmula de acción y comedia desfachatada en el espacio, seguramente estarás preguntándote si existen otras ofertas similares de entretenimiento en el mercado, y claro que las hay, para ello basta a voltear a la versión impresa del grupo de superhéroes y en específico a Guardianes de la Galaxia: Legado (Guardians of the Galaxy: Legacy).
Guardianes de la Galaxia: Legado
Legado es un libro que compila los primeros seis números del segundo volumen de Guardians of the Galaxy, cómics publicados originalmente entre julio y diciembre de 2008. La historia toma lugar justo después de los sucesos de Annihilation: Conquest, con un universo que presenta fisuras y enfrenta la entrada de peligrosas amenazas provenientes de otras dimensiones.
Intentando poner un alto a estas amenazas antes de que siquiera sucedan y ayudar en la medida de lo posible a preservar el delicado balance en los confines más alejados, Star-Lord forma un peculiar grupo de vigilantes con varios de los personajes centrales de la saga Annihilation. Para el lector de cómics habitual el tener estos nombres juntos significaba inmediatamente una curiosa bomba de tiempo, y para el no tan conocedor será también todo un deleite irse adentrando en cada uno ellos.
Si vienes precisamente atraído por lo que viste en el cine, te dará gusto ver que Star-Lord, Gamora, Drax y Rocket Racoon están aquí; también Groot, aunque su rol es mínimo y muy similar a la escena de los créditos en el filme: una plantita creciendo. Por otra parte, al ser el universo de la historieta uno mucho más amplio y rico, el grupo también lo conforman algunas caras no tan conocidas como Adam Warlock (bueno, éste si es conocido entre los comiqueros) y Quasar (Phyla Vell), así como el apoyo en la base de parte de la telépata Mantis y Cosmo, un perro ruso astronauta que por alguna razón desarrolló inteligencia, el habla y hasta poderes síquicos.
Narrativa cósmica juvenil
Algo que me gustó de sobremanera en la narrativa de Dan Abnett y Andy Lanning es que pese a que veces pareciera ser una necesidad imperiosa leer una docena de cómics previo a Guardianes de la Galaxia: Legado, los autores logran enganchar al lector en el engranaje de la trama aún sin conocer de lleno a los personajes y sus aventuras anteriores. La fórmula se basa en un 50 por ciento de acción intergaláctica con combates que incluyen golpes, armamentos y magia, y otro 50 por ciento compuesto por un sutil elemento cómico.
Los diálogos en Guardianes de la Galaxia: Legado tienen su toque pícaro, no para soltar la carcajada con chistes cada tres paneles, pero sí para sonreír por la inevitable similitud entre el lenguaje usado en la historieta y la clásica charla cómica imbuida en las películas de acción de los años 80 y 90.
Además, la narrativa está complementada con una ingeniosa sátira al estilo de un reality show: Star-Lord, Gamora, Drax, Rocket y compañía son entrevistados en retrospectiva cual Big Brother sobre los sucesos que estamos leyendo en tiempo real, y aunque de alguna manera los escritores nos anticipan el desenlace del conflicto, no disminuye el interés por leerlo.
El dibujo de Paul Pelletier y las tintas de Rick Magyar acompañan la experiencia. No se trata de un trabajo preciosista, pero sí con suficiente detalle y con una buena proporción en relación con la cantidad texto, ya que se trata de una aventura con muchos globos de diálogo; atinadamente los artistas supieron balancear trazos de buen tamaño para que lucieran las batallas y planos abiertos.
En cuestión de trama, Guardianes de la Galaxia: Legado comienza con el equipo enfrentando a la Iglesia Universal, una corporación religiosa que empieza a extender su dominio peligrosamente por todo el cosmos. Una de las naves de la Iglesia amenazaba con crear una ruptura en el universo, por lo que Star-Lord y su grupo acuden, no con el afán de patearles el trasero, sino simplemente de evitar el desastre. Como es obvio, tiene que haber un malentendido que nos conduzca a una pelea abriendo apenas la primera página.
Esa mecánica de acción continua se mantiene a lo largo de todo el libro, entralazando a su paso pequeños arcos argumentales que en algunos puntos se unen y dan forma a algo más grande.
En las cerca de 150 páginas se nos presentará más adelante a Major Victory, un misterioso guerrero que porta el mismísimo escudo del Capitán América; la base de los Guardianes será atacada por un sujeto que parece venir del futuro y quiere destruir al equipo, y los skrulls se harán presentes en un par de capítulos que conectan con Secret Invasion, el evento de Marvel donde esta raza planea una invasión a gran escala, tomando el aspecto y lugar de varios de los personajes más importantes de la editorial.
Más allá de esto, el eje central de Guardianes de la Galaxia: Legado recae en la interrelación de todos los miembros de los Guardianes: la confianza y desconfianza mutua, su compromiso para el bien común y la manera única de cada integrante de lidiar con los problemas que se les presentan, no sólo con sus poderes, sino con su personalidad en sí. Es la historia un equipo de superhéroes intentando ser ambas cosas, un equipo y superhéroes al mismo tiempo, habiendo muchos momentos donde no están tan convencidos ni de lo uno ni de lo otro.
Star-Lord lo recomienda
Dado que Guardianes de la Galaxia: Legado es apenas el recopilado de las seis primeros entregas de un cómic que se extendió por 25 números, desgraciadamente no se trata de una lectura autoconclusiva, y aunque no se necesita mucho para quedar atrapado, al cerrar el libro no precisamente se cierran por completo todos los arcos argumentales. Es como una especie de final agridulce, muy interesante pero donde al mismo tiempo, y cuando le vamos agarrando a la historia, se nota que lo mejor está por venir (y así es, más adelanta Rocket Racoon se vuelve el líder del grupo, por ejemplo).
De cualquier forma, Guardianes de la Galaxia: Legado, en su versión en español publicada en México por Editorial Televisa, se vuelve un libro obligatorio para los fanáticos de los personajes y aquellos que se quedaron con ganas de más tras el estreno de la película. La acción sazonada en porciones iguales con comedia y sátira juvenil compensa de cierta manera el no poder leer el meritito final, y siempre quedará la oportunidad de que en un futuro nos traigan los tres tomos restantes de este segundo volumen.