Dentro de un fin de semana lleno de anuncios con estupendos títulos en el futuro, un triste suceso fue sin duda el más significativo. Ralph Baer, el padre de los videojuegos, falleció ayer sábado en su casa de New Hampshire, a la edad de 92 años, según revelaron amistades cercanas a la familia.
Un inventor en su máxima expresión, Ralph Baer tiene a su nombre unas 150 patentes, aunque sin duda su trabajo más reconocido fue el Magnavox Odyssey, la primera consola de videojuegos y quien desatara la primera “guerra de consolas” contra Atari durante los años 70.
Baer, de origen alemán, a temprana edad tuvo que refugiarse junto a sus padres, primero en Holanda y más tarde emigrar a Estados Unidos cuando comenzaron ataques paramilitares contra judíos en Alemania, en el año de 1922. Durante la Segunda Guerra Mundial regresaría a Europa como agente de inteligencia militar aliado, desencriptando mensajes e interviniendo las comunicaciones de las Potencias del Eje desde el cuartel en Londres.
En 1966 Baer era un empleado de la compañía de seguridad electrónica Sanders Associates cuando empezó a experimentar con la posibilidad de jugar usando la pantalla de un televisor. Junto a Bill Harrison y Bill Rusch diseñó la llamada Brown Box (“Caja Café”), un prototipo que permitía jugar con un par de controles algo similar al tenis de mesa (Table Tennis) en 1969.
El invento fue licenciado por Magnavox y lanzada a su venta al público como la consola de videojuego Magnavox Odyssey en agosto de 1972, una época en la que nadie confiaba en que esta industria tendría futuro.
Más tarde, Atari usaría de inspiración Table Tennis para crear el mundialmente popular Pong (noviembre de 1972), en una versión para máquinas de arcade, algo que desató una serie de demandas por plagio.
Ralph Baer luego inventó la light gun, o pistola de luz, que fue parte del paquete de expansión para la consola conocido como Shooting Gallery. La light gun además fue el primer periférico creado para una consola de videojuegos y de su diseño derivaron productos más exitosos, como la Zapper de la Nintendo Entertainment System.
Además de ser pieza clave en la competencia de Magnavox y Coleco en la guerra de consolas contra Atari a finales de la década de los 70, Baer también es el creador de un popular juego de mesa llamado Simón. Sí, el de “Simón dice” y cuatro paneles de colores, que pone a prueba la destreza mental y la memoria. Simón sigue siendo muy popular y uno de los juguetes más vendidos de Milton Bradley.
Ralph Henry Baer recibió en 2006 la Medalla Nacional de Tecnología de manos del presidente estadounidense George W. Bush, por sus logros tecnológicos y ser uno de los grandes pioneros de una industria que ahora rebasa por varios millones de dólares al cine.